Armando el rompecabezas

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Hannibal no se había querido quedar en el hospital, así que al firmar su alta voluntaria se dirigieron a casa.

Al llegar Will se apresuró para abrir la puerta, lo ayudo a sentarse en el sillón y a subir sus piernas en este para que estuviera cómodo, fue rápidamente a su recamara por almohadas y una cobija. Acomodo estas en su espalda y puso la cobija sobre sus piernas.

Hannibal lo veía maravillado, era como estar viviendo una fantasía, su Will era tan dulce y atento.

-No debiste salir tan rápido del hospital. ¿Estás cómodo?

-Si porque estoy contigo.

-Tonto. Voy a ver si hay algo para que comas, no soy bueno cocinando pero puedo hacer un poco de pescado.

-Puedo ayudarte.

-Nada de eso, quédate ahí. Debes descansar. Podemos platicar durante la comida. ¿Estás de acuerdo?

-Lo que tu digas, mangosta.

Will sonrió ante el apodo, hace mucho no lo oía, cuando eran más jóvenes así es como Hannibal solía decirle. Preparo rápidamente filete con un poco de verduras congeladas que tenía. Sabía que Hannibal no le gustaban las verduras "procesadas" pero se tendría que conformar con eso por ahora.

Comieron con tranquilidad y al terminar, Will se llevo los platos a la cocina regresando con agua para que Hannibal tomara ciertos medicamentos que le habían recetado.

-¿De que quieres hablar, mangosta?

-Entiendo lo de tu tío y que quisieras protegerme, pero no puedes volver a hacer algo así. No me vuelvas a ocultar las cosas, por más terribles que sean dilas o pensaré que no me tienes confianza.

-Lo haré, pero debes saber que voy a seguir protegiendote, eso no significa que te considere débil o incapaz, pero eres mi prioridad.

-Esta bien, porque haré lo mismo, pero debes ser sincero. Lo que paso ayer, dime la verdad ¿Crees que haya sido él?

-No estoy totalmente seguro pero creo que es posible, aunque no tengo manera de comprobarlo.

-Es que esto no está bien, ¿Por qué querría lastimarte? Eres su sobrino.

-Como dije antes, creo que es algo relacionado también contigo, por eso te voy a pedir que bajo ninguna circunstancia vayas solo a esa casa.

-¿A tu antigua casa?

-Si, si él regreso no dudo que vaya a tratar algo más. No pretendo ponerte en riesgo, quizá soy egoísta por arrastrarte a esto pero no puedo renunciar a ti.

-Puedo cuidarme y cuidarte. Todo estará bien, arreglaremos esto juntos.

-Así será, no voy a perderte de nuevo. Tampoco debes hablar a solas con mi tío si te lo llegas a encontrar o él te busca.

-Esta bien, pero si resulta que tuvo algo que ver en lo que te paso no voy a dudar en detenerlo.-Hannibal asintió.- Algo más, si me vuelves a dejar sin decir nada, no voy a perdonarte. Así que, no se te ocurra volver a hacerlo.

-No lo haré.

-Oye ¿Dónde estuviste estos 4 años?

-En Europa. Específicamente Moscú.

-¿Por qué allá?

-Para que no pudiera regresar.- Will lo vio confundido.- Cuando nos fuimos me llevo a Paris, pero sé moverme en dicho lugar y el idioma no era un problema para mi. A las dos semanas trate de escapar y como podrás imaginar no tuve éxito.

-¿Por eso te llevo a Moscú?

-Si, él tiene muchos conocidos en todos lados pero sobre todo ahí. Es difícil escapar cuando en cada cuadra él tenía a alguien vigilandome.

Amorem: El día que vuelvasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora