Amorem: El día que vuelvas

Jaque Mate

Al llegar a la residencia no pudo ver a nadie del servicio, la casa estuvo en silencio pero en cuanto la voz de Robert resonó en la enorme mansión sonidos provenientes de una de las habitaciones se hicieron presentes.

-¡Por favor déjeme salir! No me lastime.

Conocía esa voz era Alana.

-Esa voz es....

-Nada de que preocuparte, mi Will.

Detestaba que lo llamara de esa forma. Solo Hannibal podía referirse a él así. La voz de Alana volvió a sonar.

-No me gustan los secretos, te lo dije, Hannibal me decía todo lo que yo quisiera saber. Si quieres ganarle vas a tener que ser mejor que él.

-Mi Will, no me gusta que me compares con él.

-A mi no me gusta que trates de manejarme como si tuviera 5 años. ¿Por qué Alana esta gritando?

-No deberías preocuparte por ella. Jamás fue tu amiga.

-Lo sé.- Ahora que él estuviera en su casa tenía sentido.- ¿Ella te dio las llaves de mi casa?

¿Por qué intuyes eso?

-Después de que mi padre murió. Me volví un poco descuidado, siempre perdía mis llaves, tuve que cambiar 3 cerraduras antes de que Alana se quedara con un juego para que en caso de que las perdiera no tuviera que volver a cambiarla.

-Eso supe.

¿Sería momento de mencionar lo de las fotos? ¿Cómo hacerlo sin que supiera que Hannibal había tomado los negativos de estas?

-¡Robert! Ya hice lo que quería.- Gritaba Alana.-Déjeme ir.

-¿Vas a contestarme?.- Dijo Will pasando su dedos por el cabello de Robert.

-Alana estara un rato ahí hasta que piense lo que hizo. Ella le dio la idea a Matt de engañarte para que pensaras que habían tenido relaciones.

Eso definitivamente no lo vio venir. Sabía que desde que había formalizado nuevamente con Hannibal su relación con ella se había fracturado pero no sabía que tanto.

-¿No vas a lastimarla o si? ¿A quién culparas? Hannibal ya esta en los separos.

-Siempre puede desaparecer, no te preocupes.

Era un maldito bastardo, tenía que hacer algo ya. ¿Habrían ya escuchado lo suficiente? Debía darles un mensaje con el que no dudaran que era ya momento de actuar.

-¿Puedo conocer tu habitación?

A Robert se le iluminaron los ojos, lo tomó bruscamente de la cintura y Will se tenso lo que hizo que el beso que ansiaba darle a su muchachito no se llevara acabó.

-No te asustes, no voy a lastimarte.

-Lo sé pero... es que me sorprendiste

Beso su mejilla y lo dirigió escaleras arriba. Al entrar a la habitación lo aventó a la cama. Will sabía que esto ya no podía seguirse fingiendo debía hacer algo, empezando por sacar a Alana de ahí.

Robert se puso encima de él, empezó a abrir su camisa cuando sonó el timbre de la puerta.

-Creo.... creo que están tocando.

-No importa, por fin te tengo.

La puerta volvió a sonar más fuerte.

-En serio deberías ir a ver quien es.

-Ahora vengo.

No sabía quien estaba en la puerta pero lo agradecía, se levanto rápidamente y trató de ver por la ventana pero esta no daba a la entrada sino al jardín. Comenzó a buscar algo en los cajones que le ayudara a ligar las cosas, hasta que vio el cajón que Hannibal le había descrito esta vez no estaba cerrado así que lo abrió.