Capítulo 41

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Narra TN:
-¿Puedes dejar de beber?
-Es solo cerveza.
-El médico dijo que nada de alcohol -le dije mientras le quitaba la cerveza de la mano.
-Es solo una.
-Y lo mismo dijiste ayer, y antes de ayer y así hace días .
-No me gusta estar sin beber cerveza.
-Pues te bebes una Fanta.
Tiré el resto de la cerveza en el fregadero y le serví un vaso de agua fría .
-Bebe agua, te sentará mejor que la cerveza.
-Esta bien, ¿A donde vas?
-A hacer unos recados, tu quedate en casa.
-Me dio un infarto no estoy inválido.
-Me da igual quedate en casa descansando. El gobernador dejó que tuvieras una semana para recuperarte, no la desperdices en venir conmigo.
-Esta bien, tú ganas.
Dejé a Steve en el sofá, mientras fui a hacer unas compras. Y si, le había quitado toda la cerveza que había en casa, no soy idiota, sabía que se la beberia nada más irme.
Compre un poco de comida y ropa para mí porque tenía un poco aburrida la mía . Pero obviamente que tenía que ser roja y negra.
Estaba escuchando música mientras volvía a casa, el camino se hacía más corto si tenía la mente despejada.
-¡He vuelto!
-Hola - lo encontré de pie, enfrente de mi, sin camiseta, con unos pantalones de chándal .
-¿Estás bien?- su cara era seria, sin ninguna expresión en particular.
-Si, pero no me gusta que salgas sola, han pasado muchas cosas, conozco gente muy mala por ahí, puede pasarte algo - y dicho eso, me envolvió en sus brazos.
-Lo se, pero no quiero que hagas mucho esfuerzo, no después de sufrir un infarto.
-Estoy bien, no me ha pasado nada.
Steve beso mi cabeza para después coger mi cara entre sus manos y mirarme a los ojos.
Sinceramente parecía que el tiempo no pasará, que se paralizará el tiempo.
Sus labios se juntaron con los míos, sus manos bajaron por mi cuello hasta mi cintura, y me pegó hacia el.
-Que te quede algo claro pequeña- susurro en mis labios - Eres solo mia, me perteneces a mí y solo a mí.
-Si- gemi en sus labios.
Una de sus manos, paso a mi vaquero, la metió dentro y empezó a acariciar mi clítoris.
Mi cabeza se fue para atrás. Me senté encima de el en el sofá y en un abrir y cerrar de ojos ya no teníamos ropa.
-Sube- me ordeno. Hice lo que me pidió y sentí su miembro en mi vagina.
Steve hizo que me sentará sobre su miembro y lo sentí completamente dentro de mi .
Empecé da dar saltos sobre el mientras el tocaba y estrujaba mis pechos.
¡Steve! - grite. Cada vez lo sentía mejor, sentía que me iba a correr- ¡Me voy a correr!
-Correte para mí.
Su cara era de desquiciado sonriente, algo muy sexy.
Entonces llegué al orgasmo y caí sobre el .
-Es mi turno.
En un abrir y cerrar de ojos estaba a cuatro con el culo arriba.
Sentí como me penetraba por detrás, los azotes que me daba, sentía su mano en mis nalgas.
-Me corro....
Entonces sentí como saco su polla y se corrió en mi culo.
Después me limpio.
-¿Nos damos una ducha?- me ofreció su mano y fuimos a ducharnos.
-No pensaba que serías así en el sexo.
-¿Sádico?
-Si...
-¿Te gusta?
Beso mis labios mientras me apegaba a él y el agua caía sobre nosotros.
-Me encanta.
Seguimos con los besos hasta la cama y caímos muertos de sueño.

Steve Mcgarret y tu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora