Cale Henituse no era una persona que la llamaría a una reunión privada sin una razón. Aunque era su hijo, ella sabía que había fallado mucho con él cuando era joven, pero incluso si no iba a ser su hijo de sangre, lo consideraba un hijo en su corazó...
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Cale estaba bebiendo elegantemente una taza de té, frente a él estaba su madre, la duquesa Violan, quien también estaba bebiendo té, y cualquiera que la viera podía notar su apariencia impecable.
Pero si mirabas más de cerca, verías que su mente estaba en completo caos. Ella sostenía la taza con manos temblorosas, preguntándose si había algo mal con sus oídos.
Su hijo mayor, la causa de su confusión, se mostró completamente estoico, como si no hubiera lanzado una enorme bomba.
La duquesa Violan miró una vez más a su hijo y elegantemente tomó otro sorbo de té, y al probar el amargo sabor del té se dio cuenta de que esto no era un sueño y esto era la realidad.
Cale Henituse no era una persona que la llamaría a una reunión privada sin una razón. Aunque era su hijo, ella sabía que había fallado mucho con él cuando era joven, pero incluso si no iba a ser su hijo de sangre, lo consideraba un hijo en su corazón. Y aunque no pudiera considerarla una madre, pensó que le daría algo de espacio, pero eso solo lo alejó.
Por eso se puso ansiosa cuando el pelirrojo le pidió una reunión privada. Pensó que podría ser algo relacionado con el territorio, o con la guerra. Y ya estaba preparada para darle todo el apoyo que necesitaba en sus batallas.
Imagínese su sorpresa cuando el tema que salió de los labios de Cale no tenía nada que ver con la guerra ni con asuntos oficiales. Tuvo que preguntar una vez más para asegurarse de haberlo escuchado correctamente.
- ¿Disculpe?
Al oír la pregunta, el pelirrojo repitió lo que había dicho antes.
-¿Cómo se educa a un niño?
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Para entender cómo llegamos a esta situación debemos retroceder unos días en el tiempo.
Cale estaba , como de costumbre, luchando y atacando contra el mal cuando los niños comenzaron a hablar.
- ¡Humano, vamos a follarlos!
- ¡Vamos a darle una paliza a estos malditos bastardos, nya!
- ¡Vamos a darles un golpe en la espalda, nya!
"¿Quién coño le enseñó a los niños ese lenguaje?"
Al escuchar las voces de los niños, Cale comenzó a sudar frío cuando se dio cuenta de que el vocabulario de los niños estaba compuesto de maldiciones e insultos, bueno, no era sorprendente considerando las personas aterradoras que los rodeaban.
"Debería preguntarle a la duquesa sobre esto la próxima vez que vaya al territorio".
