El sonido de las voces y el tintineo de las tazas llenaban la cafetería, mientras los estudiantes iban y venían, disfrutando de un merecido descanso después del examen. En una mesa junto a la ventana, Alastor y Vincent se sentaban juntos, sus mochilas tiradas a un lado. Habían sobrevivido el temido examen de química, aunque no sin ciertos... trucos.
-¿Crees que la profesora se dio cuenta? -preguntó Alastor en voz baja, mirando su café mientras daba pequeños sorbos.
Vincent sonrió de lado, apoyando un codo sobre la mesa mientras jugueteaba con el borde de su vaso.
-Si se dio cuenta, fue gracias a mi irresistible encanto -bromeó-. Aunque, entre nosotros, creo que tú fuiste mi verdadero salvador hoy.
Alastor intentó no sonrojarse, pero sus mejillas traicionaron sus intentos. Había pasado todo el examen dándole pequeñas pistas a Vincent, como si susurrar respuestas por lo bajo mientras el profesor no miraba fuera un juego entre ambos. Vincent, con su habitual sonrisa confiada, había seguido sus indicaciones sin pestañear.
-No debí haberte ayudado tanto -dijo Alastor, intentando parecer serio-. Podrías haber aprendido por tu cuenta, ¿sabes?
-Nah, para eso estás tú, mi nerd favorito. -Vincent soltó una risa suave y, antes de que Alastor pudiera responder, extendió la mano y le quitó las gafas de un tirón.
-¡Oye! -protestó Alastor, entrecerrando los ojos para enfocar a su alrededor sin sus lentes.
Vincent se rió mientras giraba las gafas entre sus dedos, observándolas como si fueran un juguete fascinante.
-Siempre me pregunto cómo ves el mundo con esto. -Se las colocó brevemente en su rostro, haciendo una mueca de exagerada confusión-. ¡Wow! Esto es un caos. No sé cómo lo haces.
Alastor soltó un suspiro exasperado, pero no pudo evitar sonreír ante las tonterías de Vincent.
-Dámelas -pidió, extendiendo la mano, aunque en el fondo sabía que Vincent no se las devolvería tan fácil.
-Primero, un trato -dijo Vincent, inclinándose sobre la mesa, con una chispa traviesa en los ojos-. Solo te las devuelvo si me dejas hacerte algo.
Alastor levantó una ceja, algo escéptico pero también curioso.
-¿Qué cosa?
Vincent dejó las gafas a un lado por un momento y, en lugar de responder, llevó su mano al cabello de Alastor, que siempre estaba cuidadosamente peinado. Deslizó sus dedos por entre los mechones, revolviéndolo ligeramente, haciéndolo parecer más desordenado de lo que Alastor jamás habría permitido.
-¡Hey! -exclamó Alastor, entre risas y protesta-. ¿Qué estás haciendo?
-Haciéndote ver más relajado -respondió Vincent, riéndose mientras seguía jugueteando con su cabello-. Te ves demasiado perfecto todo el tiempo. Déjame divertirme un poco.
Alastor hizo una mueca, pero no podía ocultar el hecho de que disfrutaba de la atención. El contacto de los dedos de Vincent en su cabello, y el hecho de que estaba completamente concentrado en él, hacía que su corazón latiera un poco más rápido.
-¿Ves? -dijo Vincent al terminar de revolver el cabello de Alastor-. Mucho mejor. Ahora pareces más... accesible.
Alastor se miró en la ventana cercana, viendo cómo su cabello estaba todo alborotado.
-Voy a necesitar un peine -dijo con resignación, pero con una sonrisa escondida.
Vincent, satisfecho con su trabajo, volvió a tomar las gafas de la mesa y se las devolvió a Alastor, colocándoselas él mismo con cuidado.
-Ahí tienes, mi nerd favorito. Vuelves a ser tú -dijo con un tono dulce, su mirada llena de cariño.
Alastor sintió un calor en el pecho. Aunque Vincent lo molestaba, había una ternura en esos pequeños gestos. Le hacía sentir que, aunque fueran de mundos diferentes, había un rincón en el universo donde todo encajaba perfectamente entre ellos.
-Gracias -dijo Alastor, ajustando sus gafas en su nariz y tratando de reacomodar un poco su cabello-. Aunque no sé si eso de ser tu "nerd favorito" sea un cumplido o una broma cruel.
-Definitivamente un cumplido -respondió Vincent sin dudar-. No me interesaría nadie más si no fuera tan brillante como tú.
Alastor no pudo evitar sonreír ante el comentario. Aunque Vincent bromeaba a menudo, sabía que en esos momentos era genuino. Había una honestidad detrás de las palabras que hacía que el corazón de Alastor latiera un poco más rápido de lo normal.
Se quedaron en silencio por un momento, disfrutando de la compañía del otro. La cafetería seguía llena de estudiantes, algunos de ellos mirando a Vincent de reojo, probablemente sorprendidos de verlo sentado allí, tan cómodo con alguien como Alastor.
-Oye, por cierto -dijo Vincent después de un rato-. ¿Qué tal si esta tarde nos tomamos un descanso del estudio? Podríamos hacer algo divertido. No todo en la vida es química, ¿sabes?
Alastor lo miró, fingiendo estar pensativo.
-¿Algo divertido? -repitió-. ¿Como qué?
-No lo sé, tú eliges. Podríamos ver una película, ir al parque, o simplemente... quedarnos en mi casa y pasar el rato.
Alastor sonrió, sintiendo una calidez que le llenaba el pecho. Sabía que, con Vincent, cualquier cosa que hicieran sería divertida, incluso si solo se trataba de pasar la tarde juntos sin hacer nada en particular.
-Me parece un buen plan -respondió-. Pero solo si prometes no revolverme el cabello otra vez.
Vincent rió, inclinándose un poco más cerca de Alastor.
-No puedo prometerte eso, nerd.
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RomanceAlastor tiene todas las características de un nerd. Vox es un chico popular que solo quiere pasar tiempo con su novio. Au humanos, secundaria, son pareja. Créditos de la portada a: @yuba9291 (twitter)