Capítulo: El Silencio Doloroso

98 10 0
                                    

Los días siguientes al enfrentamiento en casa de Vincent fueron un torbellino emocional para Alastor. Desde el momento en que salió por esa puerta, había tomado una decisión firme: necesitaba distancia. Necesitaba tiempo para pensar en lo que realmente estaba ocurriendo en su relación. Vincent había intentado contactarlo. Le envió mensajes, lo llamó varias veces y hasta había intentado encontrarlo durante los recreos. Pero Alastor no estaba listo para enfrentarlo.

Cada vez que escuchaba su teléfono vibrar, una mezcla de ansiedad y rabia lo invadía. Ignoraba los mensajes, evitaba las llamadas, y si veía a Vincent en los pasillos, simplemente se escondía. Evitarlo había sido lo más sencillo... al menos hasta ese día.

Esa mañana, Alastor se encontraba en el baño del colegio, refugiado en uno de los cubículos. No tenía ningún deseo de enfrentarse a la realidad fuera de esas cuatro paredes. Sus manos temblaban mientras sostenía su celular, viendo el último mensaje de Vincent:

"Al, por favor, tenemos que hablar. No entiendo qué está pasando."

Alastor cerró los ojos, respirando hondo. Sabía que eventualmente tendría que enfrentarlo, pero el resentimiento aún ardía en su pecho. Se sentía usado, traicionado, como si hubiera sido solo una herramienta para facilitar la vida de Vincent.

Mientras estaba perdido en sus pensamientos, dos compañeros entraron al baño, hablando en voz baja pero lo suficientemente alto como para que Alastor pudiera escuchar cada palabra desde su escondite.

-¿Escuchaste lo que pasó con Vincent y Alastor? -dijo uno de ellos, con un tono cargado de chisme.

El corazón de Alastor dio un vuelco, y automáticamente se inclinó hacia la puerta del cubículo para escuchar mejor, aunque sabía que lo que oiría no sería agradable.

-Sí, claro. Todo el mundo lo sabe ya -respondió el otro, riendo entre dientes-. Dicen que Vincent dejó al ratón de biblioteca porque el nerd se rebeló y dejó de hacerle las tareas.

El primer chico soltó una carcajada ahogada.

-¡Ja! No me sorprende. Si yo fuera Vincent, tampoco perdería el tiempo con un tipo que solo sirve para hacer trabajos. Y ahora que Alastor dejó de ser útil, pues... se acabó el romance.

Alastor sintió como si le hubieran lanzado un balde de agua helada. Sus palabras eran como dagas, hiriéndolo en lo más profundo. Se mordió el labio, sintiendo un nudo en la garganta. ¿Eso era lo que la gente pensaba de él? ¿Que solo había estado con Vincent para hacerle las tareas? ¿Era eso lo que Vincent también pensaba?

-Es una pena para el nerd, pero Vincent puede tener a quien quiera -dijo el otro chico, como si fuera un hecho innegable-. Seguro ya está buscando a alguien más.

El silencio que siguió fue ensordecedor. Alastor se quedó quieto, apretando los puños en su regazo, su mente girando en un torbellino de dolor, enojo y confusión. ¿Eso era lo que realmente pensaba Vincent? ¿Había sido todo una farsa para él?

Los chicos salieron del baño, riéndose entre murmullos, dejando a Alastor solo en su angustia.

Por primera vez desde que comenzó a ignorar a Vincent, una sombra de duda comenzó a instalarse en su mente. ¿Realmente lo había dejado porque "ya no era útil"? ¿Había terminado todo entre ellos, solo porque había dejado de hacer sus tareas? Las palabras de esos chicos resonaban en su cabeza, alimentando un miedo profundo que había estado intentando ignorar.

Con el corazón acelerado, Alastor apoyó su frente contra la puerta del cubículo, sintiendo cómo sus emociones se desbordaban. El enojo y el resentimiento que había sentido hacia Vincent empezaban a mezclarse con una inseguridad devastadora. Tal vez debía haber hablado con él. Tal vez había malinterpretado todo. Pero la imagen de Vincent jugando despreocupadamente con su cabello mientras él hacía todo el trabajo seguía viva en su mente.

Los recuerdos de las risas compartidas, las miradas cómplices, y los momentos en que Vincent lo trataba con cariño, contrastaban con esa amarga sensación de haber sido explotado. ¿Había sido todo una ilusión? ¿Era solo el "ratón de biblioteca" que hacía las tareas del chico popular?

No podía quedarse en ese baño para siempre, pero tampoco podía salir a enfrentarse a la escuela, a Vincent, o incluso a sus propios sentimientos. Estaba atrapado entre la ira y el dolor, sin saber cuál de los dos era más fuerte.

Finalmente, tomó una decisión. No podía seguir huyendo. Aunque el miedo a la verdad lo paralizara, necesitaba saber qué estaba pasando. Si Vincent realmente lo había estado usando, si realmente lo había dejado porque ya no era útil, quería escucharlo de su boca. Necesitaba una respuesta, incluso si esa respuesta le rompía el corazón en mil pedazos.

Salió del cubículo con pasos lentos, todavía con las manos temblando. Caminó hacia el lavabo, se miró en el espejo, viendo la expresión de alguien que no reconocía. Un rastro de lágrimas se asomaba en sus ojos, pero las contuvo. Se mojó la cara, esperando que el agua fría le devolviera algo de claridad. El Alastor que veía en el espejo ya no era el mismo que había entrado al baño esa mañana.

Sabía lo que debía hacer, y aunque lo aterrorizaba, estaba listo.

Con pasos decididos, salió del baño y se dirigió al lugar donde sabía que encontraría a Vincent. El corazón le latía rápido en el pecho, y su mente se llenaba de todas las posibles respuestas que podría recibir. Pero ya no importaba. Lo único que importaba era la verdad, por más dolorosa que fuera.

Sabía que la confrontación que venía no sería fácil, pero finalmente estaba preparado para enfrentarla.

────୨Ⓝⓔⓡⓓ୨──── [StaticRadio]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora