La vida para los mellizos Berkshire siempre fue demasiado buena, se podría decir que llevaban una vida color rosa. Eran los únicos dos hijos de un joven matrimonio.
Cuando los mellizos cumplieron la edad adecuada para asistir a Hogwarts, el mejor c...
El mundo se volvió gris y silencioso, pues el brillo que daba Lucila Berkshire se había ido con ella, esa noche de regreso en la mansión Malfoy, era completo silencio, solo se escuchaban los sollozos y el corazón quebrarse de cada uno de los Slytherin, nadie decía nada pero cada uno se culpaba internamente lo sucedido, ¿en que se equivocaron? ¿Qué pudieron hacer diferente? ¿de quien era la culpa?
Al entrar a la mansión Malfoy, había una sensación diferente, pues alguien los esperaba. En la sala de estar se encontraba la señora Zabini junto con su hijo Blaise y el padre de los mellizos Berkshire, pero lo que caracterizaba en especial, eran dos pequeños bebes que descansaban cómodamente en una pequeña cuna.
Mattheo fue el primer en acercarse rápidamente observando con atención a los pequeños bebes, su piel era blanca como la nieve, con unas pequeñita nariz rosada y el característico cabello azabache de cada uno.
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-un niño y una niña- dijo sonriendo la señora Zabini
-hermano, yo pensé que..- dijo Draco viendo a Blaise
-¿que te dejaría, loco? - dijo Blaise- el tinte rubio te esta dejando idiota, nunca te dejaría solo hermano, mi madre y yo actuamos como dobles agendes, alguien tenia que proteger a estos hermosos bebes.
Mattheo ya se encontraba cargado a un bebe tiernamente, mientras Pansy tomaba el otro
-este pequeña, es idéntica a su madre- dijo Mattheo con los ojos cristalizados viendo a la bebe de sus brazos
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El siguiente mes paso de forma lenta muy lenta, Tom y Mattheo se habían hecho totalmente cargo de los pequeños bebes, los cuales fueron llamados Lucila Riddle y Matthew Riddle, quisiéramos decir que fue algo sencillo, pero Tom no sabia nada sobre bebes, constantemente la Madre de Zabini o incluso Narcissa ayudaban a Tom para hacerse cargo de la mejor forma a dos bebes, pero si cuidar uno era difícil, ahora con dos era imposible y mas cuando los dos se ponían a llorar al mismo tiempo provocando que Mattheo "el mejor tío del mundo" se pusiera a llorar junto con ellos.
Todo parecía seguir su curso, excepto cuando llegaba la noche, la oscuridad y el silencio. Al anochecer Tom Riddle no podia dormir, el recuerdo de Lucila, lo perseguía día tras día, la culpa lo comía vivo, el deseaba saber algún hechizo para revivir al único amor de su vida y poder llevar una vida feliz juntos, pero eso no pasaría.
Por mas que sus hijos le daban felicidad, sus pequeñas risas, sus hermosos ojitos pequeños viéndolo o como con sus pequeñas manitas tomaban con fuera su dedo sin querer soltarlo, el no se sentia completo.
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Por otro lado teníamos a Draco Malfoy que solo existía, no tenia motivación, ni razón de existir, cuando Lucila se fue, se llevo todo con ella, su amor, su risa, su corazón. Constantemente pensaba ¿en que me equivoque?, desde el fallecimiento de Lucila, no salía de la mansión Malfoy, Blaise y Theo que ahora eran pareja oficialmente siempre iban a estar a su lado, pues necesitaban motivarlo.
