Día 16

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La desaparecida ha vuelto <3

—¡No quiero hablar con nadie!

Fina no se rindió. Tocó el timbre más de tres veces seguidas y aporreó la puerta hasta que la otra morena no tuvo más remedio que dejarla pasar.

—¿Quieres que se enteren todos los vecinos? —bufó, nada más abrir la puerta y tener frente a ella a la única persona capaz de traer una botella de alcohol a las diez de la mañana.

—No hace falta que hables.

Carmen la dejó pasar sin decir nada más. Se apartó un poco, ofreciéndole paso, y se recostó en el sofá donde había pasado toda la mañana. Su amiga se cruzó de brazos, dejando escapar un suspiro.

—¿Quieres que lo mate? Porque te juro que lo mato y lo entierro en el jardín.

—No tenemos jardín, Fina —contestó ella, mirando un punto fijo de la pared sin pestañear. Su amiga se sentó a su lado y no esperó mucho más para abrazarla.

—No voy a dejarte sola.

—Es que si estás conmigo, lloro más.

Fina acarició su espalda, aún pegada a ella, y la apretó con más fuerza para que entendiese que no estaba sola en eso. Después, se separó un poco y limpió esas lágrimas que tanto odiaba ver en el rostro de su amiga, como si fueran suyas.

—Me duele verte así, Carmen.

Carmen misma se limpió las lágrimas.

—¿Hablamos de otra cosa?

—De lo que quieras —dijo rápido, inclinándose hacia su amiga en un intento de mantenerse serena.

—¿Por qué has traído una botella de vodka a las diez de la mañana?

—Porque el mal de amores y el alcohol juntos son la clave del éxito —afirmó, sin una pizca de duda en su rostro.

—No tengo mal de amores —se negó Carmen, cruzándose de brazos y haciendo que su amiga rodase los ojos.

—Vale, lo que tú digas —no quería contradecirla en ese momento. Pero la abrazó más fuerte contra ella, haciéndola sonreír en su pecho—. Quiero que, cuando lo necesites, hables sobre el tema con total confianza. ¿Lo prometes?

Carmen asintió, pero Fina hizo lo contrario, frunciendo el ceño al mismo tiempo.

—No, no, promesa de princesas.

—¿Qué tenemos, seis años? —Pero Fina pasó de su cuestionamiento y extendió su dedo meñique para que su amiga lo enrollase en señal de promesa.

—Sabes que es la mejor.

—Sí, en un colegio —el sarcasmo en su tono estaba claro, pero Fina sonrió porque significaba que estaba consiguiendo que volviese poco a poco de ese mar de lágrimas en el que se encontraba, muy seguramente desde la noche anterior. —¿Qué tal ayer con tu amor?

—Ay, fue increíble.

—Eso lo deduzco yo sola, Fina. Quiero saber qué tal te fue con tu amor, pero con detalles, ¿lo pillas? Detalles —e hizo una señal con los labios que se entendía perfectamente a qué se refería.

—No pasó nada.

Carmen parpadeó varias veces seguidas sin entender.

—¿Qué?

—Que no pasó nada —Fina cogió aire y se recostó en el sofá, encogiéndose de hombros mientras su amiga la seguía mirando sin entender nada. Así que la morena decidió contarle: —Marta quiere ir despacio.

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⏰ Última actualización: Sep 21 ⏰

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30 días con mi jefa-amanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora