Capitulo 12. Brindis

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-¡Ozzy!- Ryley siguió gritando su nombre pero el no podía escucharlo en absoluto. Estaba debajo del agua después de todo, y además había todo un alboroto. No obstante, Ozzy si podía verlo, aunque no parecía estar procesandolo correctamente. Quizás estaba en shock, pensó Ryley. Así que estaba en él hacer algo al respecto, con un movimiento fuerte, abrió la esclusa al mismo tiempo que la cápsula termino de inundarse.

La cara de Ozzy estaba tan llena de desesperación mientras intentaba aguantar la respiración que le hizo doler el corazón a Ryley. No aguantaría 100 metros, era seguro. Así que con celeridad, entró a la cápsula, tomó la nadadera que recién había fabricado y se la puso en la boca a Ozzy.

De inmediato, pudo ver cómo Ozzy ganaba un poco de alivio con esa bocanada de aire. No obstante, no estaba fuera de peligro aún. Eso solo les daría unos segundos extras. Con cuidado, ayudo a Ozzy a salir de la cápsula, pero muy para su mala suerte, la serpiente herida fijó su cabeza sin ojos hacia ellos y ambos sabían perfectamente lo que eso significaba.

-¡Maldición! ¡Sujetate, Ozzy!

Seguro de que el hombre más grande lo tenía prendido de la cintura, Ryley se aferró a su deslizador submarino y se dispuso a ir a la superficie. Pero nada más accionar el acelerador, se dio cuenta porque los de la cápsula 3 se habían arriesgado tanto intentando "mejorar" el suyo. Definitivamente no estaba diseñado para dos personas, iban mucho más lento de lo que esperaba.

-¡Vamos! ¡Vamos!

La serpiente lanzó un mordisco pero lograron evitarlo, justo a tiempo. El destello del agua se hizo mayor conforme ascendían, iluminada por el cielo y su cuerpos celestes. Y entonces, fueron recibidos por el cielo estrellado de la noche y su fresco aire.

- ¡Aghh! Cof cof...

Ozzy dejo salir un jadeo y una tos al aspirar el aire de vuelta a sus pulmones. Demonios, habían estado cerca. Ryley metió la cabeza al agua para revisar si el peligro aún los seguía pero, aparentemente aún herida y habiendo perdido interés, la gran víbora se retiró al gran agujero en el suelo. Ya sin esta preocupación en mente, desvío su atención una vez más a Ozzy, el cual seguía respirando agitado y apenas y se mantenía a flote a base de torpes manotazos.

-¿¡Estás bien!?

- ¡Esa cosa! ¡Destruyó la cápsula!

-Lo sé. Pero ya se fue, todo va a estar bien.

- ¡Casi me mata! ¡Esa cosa casi me mata y... creo que...!

Estaba teniendo un ataque de pánico, y Ryley se dio cuenta. Realmente no teniendo idea de que hacer en esos casos, Ryley simplemente lo tomó fuerte por los hombros para que lo mirase de frente.

-¡Calma, Ozzy! ¡Todo va a estar bien!

O eso esperaba. Pero la sorpresa en los ojos de Ozzy no pasó desapercibida para los suyos.

-¿¡Cómo... Cómo sabes mi nombre!?

El más joven se dio cuenta de que Ozzy no podía ver su rostro con el casco puesto, así que procedío a quitárselo, con los ojos de asombro de Ozzy solo creciendo aún más cuando lo reconocío.

- ¡Soy yo, Ozzy! ¡Ryley!

- Ryley.... ¡RYLEY!

Y de inmediato, se vio envuelto en un fortísimo abrazo que casi los hundío a ambos. El joven se paralizó unos segundos ante el gesto de su mayor, pero luego se dejo llevar, devolviéndole el abrazo mientras sus piernas trabajaban el doble para mantenerlos a flote. Incluso se dejó llorar una vez más.

- Es bueno verte, Ozzy.

Al final, tener esperanza había valido la pena, y la prueba era esa. Su amigo estaba ahí, estaba vivo, y ahora todo iba a estar mejor.

Hope runs deepWhere stories live. Discover now