• Yo morí en vida •

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"¿Solo te quedaras ahí y me veras arder?"

























300 años antes de la caída del clan Rumano...























Cuando la joven Narcisa cumplía apenas sus quince años, el consejo real comenzó con una serie de cortejos para encontrar al pretendiente perfecto para la joven princesa, grande fue la sorpresa de esta cuando el mejor candidato fue alguien a quien la joven conocía a la perfección.

-Theodore, que bueno verte, ¿que haces aquí?

-Parece ser que fui seleccionado para el cortejo de cierta princesa- dijo con una sonrisa-.

-Oh, ¿eres tu?- cuestiono con una sonrisa, recibiendo un asentamiento de cabeza en respuesta- me alegro de que seas el alegido.

-Y a mi me alegra ser yo.

Lo siguiente fue fácil, la princesa había aceptado gustosa el compromiso con el joven, pues lo conocía, literalmente, de toda la vida, claro, todo tiene sus altos y bajos, pero eso para ellos siempre sería lo de menos.

-Lo que paso con mi hermano, eso es algo de lo que no me gusta hablar- dijo como respuesta a la pregunta del joven- es algo delicado, primero Andriev, no lo se -mintió, claro que sabía lo que sucedia con sus hermanos, pero hablar seria hundirse a sí misma, no estaba dispuesta a eso-.

-Lo entiendo, pero me gustaría saber si es que tu eres igual a el, si es algo de familia eso que consumió a tus hermanos también lo hará contigo, y no estoy dispuesto a perderte.

-No me perderas- se acercó al joven y acuno su rostro entre sus delicadas manos- te lo prometo.

Y como esas platicas hubieron muchas más, tantas que ya había perdido la cuenta.

-Señora- llamo un guardia a la entrada de la sala del trono- su familia la está esperando en el comedor, desean hablar con usted.

-Gracias, puede retirarse - pidió al ver que el guardia comenzó a seguirla, después de los sucesos relacionados con sus hermanos, los habitantes del lugar se habían negado a dejarla vagar por ahí sola- de verdad, puedo ir sola.

El camino al comedor fue tranquilo, si exeptuamos las sombras que se metían en su camino, pero encontrar a sus tíos en el lugar no fue agradable, menos ver a su primo.

Un joven rubio con unas cuantas muchas castañas asomándose por su cabello, alto y delgado, con unos ojos tan verdes como el bosque pero tan oscuros como la maldad que había dentro de él, la joven se asqueaba al sentir esa pesada mirada sobre ella.

-¿Que hacen aquí?- relaciono la presencia de dos personas más, presencias que al lugar no le agradaban- no recuerdo haber invitado a alguien más, querida tía.

-Pero no necesitamos invitacion cariño, podemos estar aquí cuantas veces se nos plazca, y más ahora, que te casaras con Lucien.

-¿Perdón?

-Si querida, escuchamos las propuestas para cortejo y decidimos ser quienes se aseguraran de darte un buen futuro.

-Usted me disculpara, pero yo ya estoy comprometida, y si no mal recuerdo, mi primo también, además de que es muy grande para mi.

Ante la negativa de su prima el joven se acercó a ella, con esa aura tan pesada que siempre lo acompañaba.

-Yo siempre tengo lo que quiero - susurro en su oído - y no me importa si tengo que tomarlo por la fuerza.











































Timezone- Alec VulturiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora