Desde que había llegado a Volterra no había día, tarde o noche en el que ella no encontrara una flor en su cama, en un jarrón sobre una librería o simplemente el mismo castaño se las entregaba en la mano.
-¿Sabes como se llama esta?- pregunto el castaño, pues sabía de pies a cabeza el nombre de las flores qué le regalaba a la mujer, pero esta definitivamente la desconocía- Demetri me dijo que no es muy común aquí, que se da en Alemania y Rumania.
-Si, se mucho por esos lugares pero es originaria de Francia- se llevó la rosa aterciopelada a la nariz- una Black Baccara, tan única como rara.
-¿Por qué es rara, Cissy?- tomó la mano libre de la joven y comenzaron a caminar-.
-Es un cruce, hija de dos flores más, Fuego negro y una Celica, es una flor medicinal, pero la Baccara perdió esas propiedades hace mucho.
-¿Como sabes tanto sobre eso?
-Mi madre nos enseñaba, nos hizo aprender todo su libro sobre botánica, era útil cuando sabias los usos de las flores, algunas medicinales, otras venenosas, las hay de todo tipo, solo tenemos que saber identificarlas- explico con una sonrisa -.
- ¿Las mismas que ocupabas con nosotros?
-Las mismas.
Aun tomados de la mano llegaron al balcón del pasillo principal, la luna estaba en su punto máximo y desprendia luz, una luz tan mágica que te hacia enamorarte de la noche más fría.
-¿Me concede esta pieza, hermosa dama?- pregunto el castaño cuando ambos comenzaron a escuchar la melodía del piano, realizando una suave inclinación mientras ofrecía su mano y regalaba una sonrisa a la rubia-.
-Será un gusto- dijo con una sonrisa y acepto su mano, quedando con la flor en medio de ambas manos- ¿sabes hacerlo?
-Aprenderé por ti.
La pareja comenzó a bailar, sus movimientos sincronizados como si fueran uno solo. Ella se acomodó en sus brazos, dejando que la música la llevara. Él la guió con suavidad, su mirada fija en la suya.
A medida que la melodía avanzaba, la pareja se perdió en el ritmo. Sus pasos se volvieron más lentos, más íntimos.
La música parecía envolverlos en un abrazo invisible.
En un momento, ella se detuvo y miró a él a los ojos. Él sonrió y la estrechó contra su pecho. La música continuó, pero ellos ya no bailaban. Estaban suspendidos en el tiempo, en el espacio, en la emoción.
El pianista concluyó la melodía con un acorde final. La pareja se separó lentamente, con una sonrisa en su rostro y un brillo en los ojos que opacaba el brillo de la luna misma.
-Te amo, Cissy - murmuró - te juro que sí.
-A veces se me olvida que transforme a un niño- sonrió - pero por eso mismo se que tus sentimientos son sinceros, Alec... yo también te amo.
El baile fue observado por un par de ojos curiosos, el rubio y el castaño observaron con alegría.
-A pesar de todo, Narcisa esta feliz.
-Por el momento.
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Timezone- Alec Vulturi
VampirEn un intento por defender a su clan, Narcisa les entregó a su mejor arma, ellos eran su ofrenda de paz ¿Resultó? No, pero esto era una muestra de que ellos no cumplían su palabra. "-¡Te di tu mejor arma, no te debo nada! -Ellos no merecían ese fina...