- Lilia -
Yo solía ser la sirvienta personal del harén del palacio de Asura, donde aparte de realizar mis trabajos de sirvienta, también debía tomar el papel de guardián. Esto realmente no me molestaba, pues siempre estaba dispuesta a pelear por la seguridad de mi amo en cualquier momento si era necesario, ya que siempre había sido devota a mi misión sin fallar en ningún momento. Aunque mi capacidad como guerrera apenas llenaba lo requerido para el puesto, lo que llevó a terminar siendo superada durante un intento de asesinato a la princesa recién nacida. Por muy poco logré salir con vida, ya que el asesino logró asestarme un ataque en mi pierna con su daga, la cual lamentablemente estaba bañada en un veneno sumamente letal que no podía ser eliminado con magia de desintoxicación. Por suerte, gracias a que el doctor actuó lo más rápido posible, no perdí la vida, aunque al final tuve que pagar el precio de perder bastante de la movilidad de mi pierna afectada, lo que llevó a que fuera despedida de mi cargo. Lo cual realmente no me molestó, pues sabía muy bien que ya no era apta para realizar el trabajo, por lo que no tenían ningún motivo para dejar que me quedara.
Después de un tiempo decidí que tenía que alejarme de los lugares más poblados como lo era la capital, pues realmente quería evitar problemas sobre política, porque sabía que si me quedaba sería un blanco para el perpetrador prófugo del intento de asesinato. Así que después de viajar por varias caravanas llegué a la región de Fittoa, la cual era en su mayoría campos de trigo, y ahí fue donde decidí que buscaría trabajo como sirvienta, ya que era lo último en lo que podía desarrollarme correctamente. Bueno, realmente no era lo único, también podría hacer de maestra de esgrima, pero sabía que el pago era peor en esto que como sirvienta, por lo que me convenía más buscar oportunidad en el campo de la servidumbre. Sorprendentemente, no tardó más de un mes para que encontrara una oportunidad de trabajo, pues al parecer un caballero de bajo rango que vivía en una aldea bastante retirada llamada "Aldea Buena", buscaba a una ama de llaves con experiencia en el cuidado de niños y como partera, lo cual me pareció perfecto. Aunque me llevé una gran sorpresa cuando descubrí que el caballero se trataba de un viejo conocido: Paul Greyrat.
Recordaba a Paul, aunque ya hace más de 7 años que no nos veíamos. Él y yo compartimos el mismo maestro durante nuestra juventud. Recuerdo que era un niño bastante arrogante, aunque tenía sus razones, pues en poco tiempo logró superarme por bastante. Realmente pregunté en más de una ocasión qué había sido de él después de que, al parecer por una pelea, abandonara el lugar con una última declaración:
- ¡!Me convertiré en un gran aventurero¡¡-
Fue entonces que decidí que iría a solicitar el empleo, pues recordaba que aunque arrogante también era amable, por lo que creía que me daría el empleo sin dudar si le revelaba que me encontraba en problemas. Y aunque no fuera así, yo mantenía secretos oscuros de su pasado con los que lo podría chantajear. Y aunque era incorrecto, era la mejor opción que tenía, entonces la tomé sin dudarlo.
Después de un día llegué a Buena, donde pronto encontré el hogar de Paul, el cual me dio el trabajo sin mucho esfuerzo y sin necesidad de chantajearlo, lo que me alivió bastante. Al parecer, no solo se había vuelto un caballero durante este tiempo, sino que incluso se había casado además de estar esperando un hijo.
Pronto comencé con mis labores como sirvienta de manera implacable, además descubrí que la paga era mucho mejor de lo que esperaba, era casi como un sueño.
Después de un tiempo llegó el momento en que la esposa de Paul, Zenith, diera a luz. El parto fue sumamente sencillo, no hubo ni una sola complicación, lo que debería alegrar a cualquiera, pero por alguna razón no podía evitar sentirme intranquila con este hecho, incluso el respirar se me heló cuando me di cuenta que el bebé, el cual resultó ser una niña, parecía no respirar. Pero justo en el momento de tomarlo me di cuenta que sin duda no había nacido muerta, lo que me devolvió el alma al cuerpo. Por un momento también me preocupó el hecho de que no llorara, pero de un instante a otro comenzó a hacerlo, y durante los siguientes días también lo hizo bastante, lo que me reconfortó al saber que parecía ser una niña completamente normal, a la cual llanron Reida Greyrat. O por almenos eso pensaba pues con el paso del tiempo note algunas cosas inusuales, como lo era que parecia tener rechazo a tomar pecho por parte de Zenith, además de que siempre que la cargaban parecía tener una expresión de molestia por algo. Además de eso, solo fue falta de tiempo para que notara más y más cosas inusuales, como era que aprendió a gatear bastante rápido, y cuando lo hizo empezó a vagar por toda la casa, como si de una prisionera recién liberada se tratara. Incluso solo necesitabas perderla de vista un momento y da por seguro que desaparecería como un destello. Incluso llegó a salir de la casa y de alguna manera que desconozco, llegar a subir a un pequeño árbol que se encontraba en el patio. Por esto y más cosas, Zenith se la pasaba regañando a Paul sobre que no debería descuidarla tanto, pues él era el que mayor parte del tiempo se encontraba en el patio, pero incluso así parecía nunca notar que Reida se encontraba ahí también, aunque Paul siempre se excusaba con que era normal que los niños fueran curiosos. Incluso llegó a ponerle el sobrenombre de su "pequeña exploradora" de manera cariñosa.
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La Historia de Reida Greyrat
FanfictionAlexander es un chico que pronto irá a la universidad, decide hacer un viaje para encontrarse con una amiga a Japón, donde lamentablemente fallece, pero como si de un milagro se tratara rencarna en otro mundo, pero con algunas desventajas, puesto qu...