Capitulo 8: Separacion y Un nuevo inicio.

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   - Aclaración de este capitulo, desde ahora el estilo del "Dios de la Espada" pasa a ser "estilo del Dios del Filo" -                         

                             -Paul-

Para ser sincero, ya me esperaba algo como lo que pasó en la cena del día anterior. Reida siempre había demostrado ser una niña increíble, además de una hija ejemplar. Omitiendo la destrucción de la pared cuando era prácticamente una bebé, nunca había causado problemas.

Aunque ahora estaba un problema tan grande que no podía ser ignorado. Este era la alta velocidad a la cual estaba creciendo Reida. Ella, sin duda, era muy inteligente y astuta, pero no estaba muy seguro de si estaba lista para dejarla ir al mundo a tan temprana edad. Yo no me fui de mi casa hasta que tenía doce años, y ella quería hacer lo mismo cinco años más joven. Esto me causaba una preocupación increíble, pero supongo que era natural de un padre preocuparse por su hija. De hecho, creo que ahora experimentaba lo que sintieron los que me rodeaban en mi niñez.

También se encontraba el problema de Shilp, el cual parecía tener un apego demasiado alto. Esto me lo dijo Laws después de que, al parecer, Reida le dijo a Shilp que tal vez se iría, lo que causó que él se deprimiera durante días. Casi no quería comer, incluso según las palabras que usó, parecía que ni siquiera tenía ganas de vivir, lo que sin duda era preocupante. Aunque era de esperar de mi hija, siendo yo un rompecorazones en mi juventud, pues ya eran varias las veces que alguno de los padres o madres de los niños de la zona discutían la posibilidad de que se arreglara un compromiso.

-"Parece que sin darse cuenta, mi pequeña era la gran joya del lugar"- pensaba viendo la situación en la que se encontraba Reida.

Aunque obviamente me negué a todas esas ofertas, pues sabía muy bien que nunca arreglaría algo como eso. Quería que ella escogiera libremente, como lo hizo su madre, además de que sabía cómo varias jóvenes terminaban por volverse nada más que una marioneta vacía. Esto gracias al tiempo que pasé cuando era parte de la nobleza, pero eso ya era otra historia.

Volviendo al tema, estaba el problema de que parecía que Shilp se había vuelto involuntariamente dependiente de Reida, lo que significaba que si algo no cambiaba pronto, la vida de ese niño giraría entorno a ella por completo, lo cual podría llegar a ser bastante complicado, pues no podíamos saber si de tantos pretendientes que tenía sin saberlo, eligiera a Shilp, y si eso no llegara a ocurrir, podría destruir la vida de ese chico inconscientemente.

Todo esto me hacía doler la cabeza de tanto pensar, pero aunque no lo quería hacer, sabía que era la mejor opción, así que tomé un pedazo de papel, una pluma y comencé a escribir.

-"Ahora solo puedo preguntarme cómo se tomará todo esto, esa niña"- pensé mientras metía el papel en un sobre y lo guardaba en un cajón.

                            -Reida-

Un día, mi padre me llevó a ver cómo eliminaba un par de monstruos que habían sido vistos en las cercanías. Para ser sincero, fue entretenido y emocionante.

Mi padre resultó ser un espadachín muy competente, pues las criaturas se veían temibles, pero en cambio para él fueron un juego de niños, lo que me confundía por el hecho de que él me había pedido llevar mi espada (la real) al lugar, pero antes de que me diera cuenta, él ya había terminado con la mayoría, lo que me hacía pensar que si a ese nivel estaba mi padre, realmente no quería saber a qué nivel se encontraban los que portaban títulos de "Dios" con ellos. Debían de ser sumamente temibles, y en lo molesto que había sido cargar la espada durante el camino.

Al final, no tardó mucho, y luego nos dirigimos a la casa, donde cuando ya nos encontrábamos bastante cerca, visualicé una caravana en la entrada de la casa, lo que me pareció curioso, pero supuse que tal vez era algún comerciante que venía a ofrecer sus productos, como ya era costumbre. Pero fue en el momento en que ya nos encontrábamos en la entrada de la casa que fue cuando mi padre comenzó la plática.

La Historia de Reida Greyrat Donde viven las historias. Descúbrelo ahora