Han pasado un par de semanas desde que Rox se fue de la aldea. Al principio, me pareció raro tener todas las mañanas libres, donde no tuviera las entretenidas y estrictas clases de magia. Aunque tenía un buen recuerdo que había obtenido de mi maestro, unos días antes de irse, me había dado un pequeño colgante y me dijo que era de su tribu y que si me encontraba con un demonio molesto, tal vez me ayudaría a que no me hiciera daño o, por lo menos, a calmarlo un poco, lo cual agradecía bastante.
Luego de unos días, empecé a acostumbrarme a tener las mañanas libres. Poder dormir hasta tarde era un lujo que ni en mi otra vida podía permitirme constantemente. Pero luego, para mi desgracia, esa felicidad tampoco duró mucho, pues tanto mi madre como Lilia me han estado obligando a tomar clases de etiqueta con ellas todas las mañanas, en las que figuran los aspectos de: cómo saludar, cómo hablar, cómo caminar, cómo bailar, ser puntuales, no equivocarse, no ensuciarse y no reírte de los demás. Y tengo que dar énfasis a esa parte, ya que es mi único gran error, pues todo lo hago bien, pero cuando pasa algo que me causa gracia, no puedo evitar reír. Esto lo recriminan mucho tanto Lilia como mi madre, pero en esos momentos, lo único que puedo hacer es excusarme diciendo que mejoraré, aunque no sé si realmente pueda. Y tampoco es como si pudiera no tomar las clases, ya que, como dije antes, eran obligatorias y siempre que preguntaba para qué necesitaría esto, ambas decían al mismo tiempo:
-"Una señorita siempre debe de cuidar sus modales"- lo que hacía que solo quisiera que eso acabara pronto.
También he seguido practicando esgrima con mi padre y a veces con Shilp. Cada día siento que mejoro más, lo que solo me impulsa a seguir.
-Vaya, esto es increíble, ya estás acercándote a mi nivel en el estilo del Dios del Agua- dijo mi padre con una sonrisa mientras realizábamos un sparring donde solo estaba permitido ese estilo después de haber logrado burlar su ataque con mi defensa, para luego yo lanzarle un contraataque bastante efectivo, lo que lo hizo retroceder.
-¿En serio?- dije sorprendida por esta revelación.
-Sí, es una increíble coincidencia por el nombre que te puse. Incluso, tal vez de verdad te conviertas en la próxima Reida Reidar- dijo mi padre, lo que me causó confusión al no saber a lo que se refería.
-¿Qué es eso, padre?- pregunté curiosa.
-Mhm, como te lo explico. Verás, hay varios títulos que las personas pueden conseguir, pero hay algunos que son los más grandes de todos. Por ejemplo, en los que se encuentran: El Dios de la Espada, El Dios del Norte o El Dios del Agua, los cuales son los títulos que reciben los más poderosos del estilo que practiquen, y es un título único, es decir que solo una persona puede poseerlo- dijo mi padre tratando de hacer para mí las cosas más simples y entendibles.
-¿Entonces dices que podría tener uno de esos títulos, padre?- dije para asegurarme de que todo lo había entendido bien.
-Exacto. Para ser claro, me refiero específicamente al título del Dios del Agua, en el cual se sigue la tradición de que los que obtengan el título cambien su nombre al mismo del primer Dios del Agua. Por ejemplo, si es un chico, se cambia el nombre a Reidar, y si es una chica, se llama Reida- dijo papá mientras inflaba el pecho a manera de presumir su conocimiento. Pero entonces, eso no me llamó la atención, sino otra cosa.
-Padre, ¿por eso me pusiste mi nombre?- pregunté para confirmar mis sospechas.
-Sí, así es- dijo mi padre orgulloso.
Yo solo podía pensar en cómo resulta que posiblemente comparto nombre con la mejor espadachina del estilo del Dios del Agua. -"Espero que eso no me traiga problemas"- decía en mi cabeza.
Luego de eso, mi padre me siguió hablando sobre estos títulos, entre los que los más grandes figuraban en una lista llamada "Los Siete Grandes Poderes", los cuales estaban ordenados por poder en esta y eran los siguientes:
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La Historia de Reida Greyrat
FanfictionAlexander es un chico que pronto irá a la universidad, decide hacer un viaje para encontrarse con una amiga a Japón, donde lamentablemente fallece, pero como si de un milagro se tratara rencarna en otro mundo, pero con algunas desventajas, puesto qu...