like the sea

Solo por primera vez

Giselle se sentía extrañamente ligera. Las palabras que había soltado a Rafe, aquellas que nunca pensó que tendría la fuerza de decir, seguían resonando en su cabeza. *"Ya no quiero ser manipulada, ya no quiero ser tu muñeca."* Por primera vez, había logrado ser honesta consigo misma. El peso de su decisión caía sobre sus hombros, pero en lugar de aplastarla, le daba una sensación de libertad.

Esa noche, tumbada en su cama, intentaba procesar todo lo que había sucedido. Se preguntaba cómo sería el día siguiente, cómo cambiaría su vida ahora que Rafe ya no la tenía bajo su control. Pero había algo más que no podía ignorar: JJ.

Había algo en él, algo que no la dejaba en paz. No podía seguir negando que lo que sentía por JJ era diferente. No era solo una obsesión, ni una respuesta a las presiones de Rafe. Había algo real, profundo.

Con un impulso que no podía explicar, se levantó de la cama y tomó su teléfono. Sin pensar demasiado, escribió rápidamente un mensaje a JJ: "Nos vemos mañana. Necesitamos hablar."

Envió el mensaje antes de que la duda pudiera detenerla. Ya no podía seguir viviendo entre las sombras de lo que quería o temía. Si JJ era lo que realmente deseaba, entonces era hora de enfrentarlo. Esta vez no se trataba solo de JJ o de Rafe, sino de ella misma. Estaba lista para tomar el control de su vida

El día siguiente llegó más rápido de lo que Giselle esperaba. Se despertó con el corazón acelerado, el mensaje que le había enviado a JJ la noche anterior seguía resonando en su mente. *¿Y si no aparece?* *¿Y si ya no quiere saber nada de mí?* Los pensamientos la invadían, pero sabía que no había vuelta atrás.

A la hora acordada, Giselle llegó al parque donde solían encontrarse. No había mucha gente, solo el sonido lejano de unos niños jugando. Se sentó en un banco, intentando mantener la calma, aunque sus manos temblaban ligeramente.

Después de unos minutos que parecieron horas, vio a JJ caminando hacia ella. Su corazón dio un vuelco. Parecía igual de serio que la última vez que lo vio, pero algo en su mirada había cambiado. No había rabia esta vez, solo algo más... ¿confusión?

JJ se acercó despacio, y cuando llegó frente a ella, Giselle se levantó.

—Gracias por venir —dijo ella, su voz suave, pero firme.

JJ asintió, pero no dijo nada. Esperó, mirándola como si estuviera evaluando cada palabra que ella estaba a punto de decir.

Giselle respiró hondo. —Sé que no hice las cosas bien, y entiendo que estés enojado. Pero también sé que no puedo seguir así. No puedo seguir entre dos caminos.

JJ la observó en silencio, sus ojos buscando respuestas en los de ella. Finalmente, habló.

—Entonces, ¿qué vas a hacer? —preguntó con voz baja, pero cargada de significado. No era una pregunta cualquiera. JJ quería saber si ella estaba lista para tomar una decisión, para elegir.

Giselle tragó saliva, sintiendo el peso de sus palabras. Este era el momento que lo cambiaría todo.