JJ caminaba solo, con el sonido de las olas golpeando la orilla llenando el silencio que lo envolvía. La brisa salada le golpeaba la cara, pero no era suficiente para calmar la tormenta que rugía en su interior. Sus pensamientos eran un caos, una mezcla de enojo, decepción y tristeza. Pensaba en Giselle, en la manera en que lo había mirado antes de volver a Rafe.
Por más que intentara convencerse de que no le importaba, la realidad era que sí lo hacía, mucho más de lo que estaba dispuesto a admitir. La quería fuera de la sombra de Rafe, lo quería para sí mismo. Pero verla regresar a su lado le dolió más de lo que esperaba.
"Siempre vuelve a él," pensó, frustrado. Había intentado protegerla, pero ¿cómo proteger a alguien que no quiere ser protegido? ¿Cómo amar a alguien que parece empeñada en lastimarse? JJ pateó una roca, dejándola rodar por la arena. El enojo se mezclaba con la impotencia.
De repente, una figura se recortó en la distancia. Una silueta que JJ reconoció de inmediato. Era Giselle. Salía de la casa con pasos firmes, aunque su postura delataba lo agotada que estaba. La distancia entre ellos era corta, pero se sentía como si fuera un abismo. JJ se detuvo, sus manos apretadas en puños, sin saber qué hacer. La miró fijamente, con el corazón en la garganta. ¿Qué hacía ahí? ¿Había vuelto por él?
Giselle lo vio, pero no se movió. Sus ojos, cansados y enrojecidos, se encontraron con los de JJ. Había una mezcla de dolor y algo que él no lograba descifrar del todo. Había un peso en ella que parecía estar a punto de quebrarse, como si estuviera a un paso de derrumbarse. Sin embargo, su orgullo, ese orgullo que tantas veces los había separado, la mantenía erguida.
JJ dudó. Podía acercarse a ella, podía preguntarle qué había pasado, pero el enojo aún latía en su pecho. "Siempre vuelves a él," quería gritarle. "Siempre te elijo, pero tú eliges lo fácil. Lo conocido." Pero las palabras no salieron. En su lugar, se quedó allí, mirándola, luchando contra el impulso de ir hacia ella.
Finalmente, Giselle fue quien rompió el silencio. Dio un paso hacia JJ, su mirada fija en él, como si buscara algo en su expresión. No habló, al principio. JJ podía ver el temblor en sus manos, la forma en que su pecho subía y bajaba con respiraciones rápidas, nerviosas. Cuando finalmente abrió la boca, su voz fue un susurro, apenas audible entre el rugido del mar.
—Terminé con él —dijo, sin rodeos. No había emoción en su voz, solo una declaración plana de hechos. Era como si no tuviera fuerzas para explicar más.
JJ parpadeó, sorprendido. Por un momento, no supo cómo reaccionar. ¿Era eso lo que había querido escuchar todo este tiempo? Tal vez. Pero ahora que las palabras estaban ahí, no sabía qué hacer con ellas. El silencio se estiró entre ellos, tenso e incómodo.
—¿Y qué esperas que haga con eso? —respondió JJ, con una mezcla de sarcasmo y dolor en la voz. Sabía que no era la reacción correcta, pero el enojo seguía allí, enterrado en su pecho. No podía simplemente dejarlo ir.
Giselle lo miró, herida por sus palabras, pero no sorprendida. Sabía que no sería fácil. Todo lo que había pasado entre ellos no podía borrarse con una simple frase. Sus ojos se llenaron de lágrimas, pero no las dejó caer.
—No espero nada de ti, JJ —dijo ella, con un tono que era a la vez firme y vulnerable—. Solo quería que lo supieras. Que entiendas que lo hice por mí, no por ti.
Esa última frase golpeó a JJ como una bofetada. Lo había hecho por ella. No por él. Su ego herido, su deseo de ser el héroe en la historia de Giselle, se desmoronó. Y por primera vez en mucho tiempo, JJ se sintió pequeño. El silencio volvió a caer entre ellos, pero esta vez no era incómodo. Era un espacio cargado de emociones no dichas, de confesiones que ambos aún no estaban listos para hacer.
Giselle dio un paso más hacia él, acortando la distancia que aún quedaba entre ellos.
—Sé que arruiné muchas cosas —continuó ella, con la voz quebrada—. Pero estoy cansada, JJ. Estoy cansada de sentirme atrapada, de no saber qué es lo que quiero. Y lo único que sé ahora es que no puedo seguir con Rafe. No después de todo lo que ha pasado. No puedo seguir siendo quien él quiere que sea.
JJ sintió un nudo formarse en su garganta. Quería decir algo, cualquier cosa que pudiera aliviar el peso de las palabras de Giselle. Pero no lo hizo. En lugar de eso, extendió una mano, vacilante, hasta rozar la de ella. Ese pequeño gesto fue suficiente para que Giselle finalmente dejara caer las lágrimas que había estado conteniendo.
No había solución fácil para lo que había pasado entre ellos. No había promesas de que las cosas mejorarían, de que el dolor desaparecería. Pero en ese momento, con las olas como único testigo, Giselle y JJ entendieron algo fundamental: a veces, la decisión más difícil era también la más necesaria.
JJ la atrajo hacia él, rodeándola con sus brazos. No dijo nada, porque no había palabras que pudieran cambiar el pasado. Solo quedaron allí, juntos, en silencio, mientras el sol comenzaba a esconderse en el horizonte.
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like the sea
RomanceEn Outer Banks, Giselle y JJ, dos jóvenes llenos de sueños, se encuentran atrapados entre la amistad y el amor. A medida que su relación se profundiza, enfrentan emociones intensas y desafíos que pondrán a prueba su conexión. "Like the Sea" es una h...