▄▄▄▄▄▄▄▄▄ 🕯️✨🗡️ DONDE... donde Astoria, una romana, hija de Júpiter y parte del legado Grace, debe de afrontar lo que jamás se permitió: el sentir.
Ella era una soldado hecha y derecha, un porte que intimidaba a todo el mundo y una mirada que do...
DECEM. PRETTY WHEN YOU CRY ❪ diez. eres bonita cuando lloras ❫
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PERCY JACKSON
—Perseus, suéltame.
No le hice caso a las palabras de Astoria y la sujeté más fuerte contra mi pecho, la chica rubia rezongó un rato más hasta que la sentí relajarse contra mi regazo.
Arión era una bestia, habíamos pasado ya el límite de Canadá y el caballo seguía corriendo como una bala, fue por eso que todo se desvirtuó en la carroza, Frank había vomitado dos veces, Ella estaba en medio de un ataque de pánico por la velocidad y Astoria se había caído encima mío más de una vez, así que a lo último decidí asegurarme de que no intentara pararse nuevamente, de otra forma, podría salir lastimada.
Y no iba a permitirlo.
Suspiré, abrazándola, su cabello tenía un exquisito olor a chocolate, su cuerpo, a pesar de ser atlético, era como una suave pluma sobre el mío, dioses, ella era tan perfecta que me daban ganas de meterla en una caja de cristal y cuidarla para siempre.
No iba a mentir, luego de que se hubiese puesto a llorar contra mi pecho, todo dentro de mi se alborotó. No podía pensar en otra cosa que no fuera ella, en cómo podría ayudarla, en cómo podría hacerla sentir bien, en cómo podría... hacerla sentir amada.
No podía evitar sentirme así, desde que la vi en el Campamento supe que ella me volvería loco. Y digamos que en el buen sentido.
—¡Hazel! —chilló Frank—. ¡Esto se está rompiendo!
Ella captó el mensaje y tiró de las riendas. Al caballo no pareció hacerle gracia, pero redujo la marcha a velocidad subsónica mientras pasaban volando por las calles de la ciudad. Cruzamos el puente Ironworkers hasta North Vancouver, y el carro empezó a traquetear de forma peligrosa. Por fin Arión se detuvo en lo alto de una colina boscosa. El caballo resopló de satisfacción, como diciendo: «Así se corre, pringados».
El carro humeante se desplomó y nos arrojó a Astoria, Frank, Ella y a mi sobre la tierra húmeda cubierta de musgo.
Astoria se levantó de un salto de mi pecho con las mejillas sonrojadas pestañeando reiteradas veces antes de girarse e ir a ayudar a Ella. Frank se levantó dando traspiés. Y yo gimoteé y empecé a desenganchar a Arión del carro destrozado. Ella revoloteaba aturdida, pegándose contra los árboles y murmurando:
