Problemas del corazón

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Problemas o ¿Cómo es que se dice?.

...

El diablo se encontraba en su penthouse, lo había conseguido a base de robos y otras cosas más. Sentado en su sillón rojo con un vaso de whisky pensado en que demonios iba hacer.

-Por mi, si sigo pensando terminaré con un hueco en la cabeza.- Ya tenía la solución pero no la quería cumplir.

Y por primera vez el Diablo iba a fallar a su palabra, se iba a ir, iba a regresar al infierno o eso pensaba él, no estaba preparado para volver a los atrios de su Reino, pero tenía que hacer algo porqué no podía enamorarse de un.. humano..
Eso era inaudito, era asqueroso.

Un Rey no podía enamorarse de un pecador no.. ¿O si..?

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-¿Qué?.

-¿Pero que hice mal?.- Bill contenía las lágrimas.

-No puedo cumplir tu deseo y ya se a acabado el tiempo de espera.- Era una vil mentira, ya que los límites en los deseos no existía. Pero era el Diablo como el tanto lo profetisaba.

-¡Dijiste que eras un Diablo de palabra!.- Grito.

-Y lo soy, pero el tiempo a caducado.- Dijo como si nada.

-Pero..

-No hay más peros Bill, esto a acabado, mi tiempo en la tierra se a acortado.

Bill no dijo nada más, con el corazón en la mano, se acostó en su cama dándole la espalda al Diablo, quién lo quedaba viendo con un nudo en la garganta.

-Me gusto pasar tiempo contigo niño.

-¿Ya no soy tu humano favorito..?.- Pregunto en un tono triste.

-Es hora de marcharme.- Ignoro lo que dijo.

-Bien..

Antes de irse, entre abrió sus labios y dejó salir un suspiro lastimero, el cual creo temblor en la habitación provocando que Bill sintiera un profundo sueño. Tom había usado la magia de Ángel que en muchos eones había utilizado, solo por su humano favorito.

Dejo que el niño soñara bien y que nada perturbar sus sueños. Pero este soño con un lindo niño rubio de orbes marrones castaños, corría y atrás de él iba una mujer hermosa, vestía ropas blancas demasiados hermosas, parecerían que estaban hechas del más frágil y grasil lino.

Tan hermosa era la mujer pero lo que más la caracterizaba era lo amable que era, pero de un momento a otro el sueño cambio y dio paso a un hombre más alto, su rostro era tan luminoso que no se podía ver bien que era, pero si sabía que estaba haciendo, estaba regañando al niño rubio el cual se escondía detrás de su madre, estrujando con tantas fuerzas las ropas, después paso hacer cálido otra vez, pero ahora el niño se encontraba jugando muy animadamente.

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Bill se levantó demasiado animado, queriendo compartir el sueño con Tom, pero cuando abrió los ojos e inspecciono su cuarto se dio cuenta que no había nadie aparte de su presencia y como rayos los recuerdos surgieron de su mente aún adormilada, sintió su corazón estrujarse y finas lagrimas traicioneras se escaparon de sus redondos y expresivos ojos avellanas.

-Se fue..

-Se ha ido..

El sueño que había tenido se convirtió en pesadia, soñando diversas cosas. Pero el hechizo que Tom le había puesto seguía allí. Lo que Tom no sabía era que este estaba soñando con su infancia en la ciudad de plata.

...

LuciferDonde viven las historias. Descúbrelo ahora