Capítulo 10.

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Dominic:


—A eso vine, a hacer un acuerdo.

—Lo siento pero mi cliente no quiere un acuerdo —respondí—, le recuerdo, abogado. Que su cliente fue demandado por maltrato hacia mi clienta, ella no desea un acuerdo y eso se va a respetar.

—¿Ni siquiera piensa oír el acuerdo, abogado?

—No.

—En ese caso, me retiro, pero le dejo el acuerdo por si desea ojearlo.

Dejo sobre mi escritorio un papel, se puso de pie y se retiró. Cuando lo hizo, yo tomé el papel para leer el bendito acuerdo.

Mientras lo leía me parecía muy absurdo, palabra tras otra era una burla hacia mi clienta.

Su esposo llevó años violentándola, hasta que ella por fin se decidió a hablar y lo denunció con muchas pruebas, pero el sujeto en cuestión quiso llegar a un acuerdo para que ella retirara los cargos de agresión en su contra.

Una indemnización de diez mil dólares no va a compensar los años de maltrato y humillaciones hacia ella. Mi clienta quiere mantenerse firme en no aceptar ningún tipo de trato o algo que tenga que ver con el, por qué sabe que si lo acepta, el estaría ganando y no la dejaría en paz.

Por ello, el acuerdo se rechazó por completo por qué ella no quiere nada más que tenga que ver con el. Y es lo mejor que pudo hacer. Por qué yo, me sentí demasiado impotente cuando ví las fotos de ella golpeada, honestamente no podría hacerle eso, ofrecerle aceptar el trato, eso sería una gran humillación a su persona.

Se perfectamente que en las leyes existe todo tipo de abogados. Pero desde que me gradué de leyes me hice una promesa de defender a las personas que han pasado por momentos duros, tampoco representar a personas que le han hecho mal a otras, por qué eso iría en contra de mis principios y de mi integridad como abogado.

Se que la justicia es una mierda, que se tarda en hacer su trabajo por qué he Sido testigo de ello, testigo de casos que han quedado inconclusos y sin resolver, eso es un duro golpe para la víctima y un triunfo para el culpable.

Por ello, me prometí esforzarme en cada caso hasta descubrir la verdad y llevarle un poco de paz a la victima.

Tome aquel papel y lo deje sobre la trituradora para que lo hiciera pedazos.

Mi secretaria pasó a mi oficina.

—Señor, tiene una reunión con los demás abogados en media hora.

—Perfecto, por favor tráeme el almuerzo, no me dará tiempo de ir a casa —murmuré mientras miraba los papeles.

—¿Algo en específico o lo mismo de siempre?

—Lo mismo de siempre.

Escuché la puerta ser abierta y luego cerrada. Últimamente el trabajo que tengo está demasiado acumulado. Pero salgo de eso esta misma semana, no me gusta tener acumulado.

Amelie vino a mi mente de repente. Había olvidado por completo que estaba quedándose en mi casa.

Anoche cenamos muy a gusto, la verdad es que había olvidado lo bien que se sentía estar acompañado durante la cena. Usualmente ceno en restaurantes para no sentirme tan solo, pero anoche, fue magnífico cenar con ella.

Lo que prepare le había gustado tanto, que incluso repitió, yo gustoso le volví a dar mas comida y por supuesto, ella eligió mis habilidades en la cocina.

Anoche conocí un poco más a Amelie, casi siempre hablábamos por teléfono por las noches, pero en la cena, fue mucho mejor que por teléfono. Hablo más conmigo sobre el arte, sobre los artistas que les gusta entre otras cosas más.

Too Sweet for Me |+18| |Disponible en Booknet|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora