Capítulo 5.

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Amelie:


Estire un poco mi cuerpo cuando desperté. Mi reloj marcaba las once de la mañana.

¿En serio dormí tanto?

Al parecer si.

Anoche me costó demasiado retomar mi sueño, ya que no dejaba de pensar en la propuesta del señor DeLacroix, hacer ese cuadro.

Tuve una pequeña crisis existencial que me llevó a fumarme casi media cajeta de cigarrillos, lo que para mí fue demasiado.

Pensaba en mi, en mis capacidades.

¿Podré hacerlo?

¿Tengo el suficiente talento para lograrlo?

No lo sé, no tengo la más mínima idea de cómo hacer un cuadro. Mejor dicho, ese cuadro.

El señor DeLacroix cree en mi talento, por algo compró mi cuadro a un precio elevado, cosa que para mí fue estupenda por qué cree que tengo talento para ello.

Pasé parte de mi tiempo pensando en el, pensando en ¿Que es lo que ve en mi? Supongo que después de todo, si tengo algo de talento. No es que no crea en mi, es que mi situación mental a veces me impide pensar adecuadamente, también me frena a hacer lo que me gusta. 

A diario me replanteo en si ir o no a terapia, en buscar algo de ayuda pero mi mente me juega una muy mala pasada y me dice que eso no es necesario, que buscar ayuda es para las personas débiles y que yo, soy una persona fuerte que no necesita de los demás. 

Por años me replanteé eso. Mis padres me decían que estaban decepcionados de mi, incluso yo misma lo estoy, he caído demasiado bajo ahora con mi comportamiento. 

Me senté en la cama y tome mi teléfono ya que este sonaba. 

—¿Diga? 

—Amelie, habla Dominic.. 

—Hola. 

—Lo siento por la hora ¿te desperté? —se escuchó un poco apenado. 

—Para nada, ya tenia rato despierta.. ¿En que puedo ayudarlo?

—Hable con mi amigo, el que desea la pintura y desea reunirse contigo en dos horas ¿estás disponible?

—Claro, no tengo nada que hacer —reí— ¿En donde puedo reunirme con ustedes?

—En mi bufete si gustas. 

—Claro, ahí estaré.. —colgué la llamada. 

Me pare de la cama para ir hacia la sala a buscar mi block de dibujo, en el habían muchos dibujos de retratos, algunos en color y otros en blanco y negro, no se como me vaya a ir pero espero que a su amigo le guste lo que hago. 

Necesito distraerme con algo por algunos días. No me agrada la idea de pintar ya que a veces mi mente no conecta con lo que realmente quiero hacer, así que debo mantenerme serena. 

Yo puedo. 

Claro que si. 


(...) 


Estaba entrando al bufete del señor DeLacroix, cuando llegue a su oficina su secretaria me miró con un poco de recelo, como cuando vine a dejarle los pastelillos. Ella me miraba como si yo fuese un bicho extraño, la verdad no me molesta pero si es un poco incomodo que me mire de ese modo. 

Too Sweet for Me |+18| |Disponible en Booknet|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora