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Llena de emoción mi puño choco contra la gran puerta derribandola, los gyogins de alrededor se sobresaltaron y junto a mi tripulación entramos al terreno enemigo.

-¿Nami? ¿Es esto acaso una rebelión?- Arlong pregunto alzando una ceja.

La nombrada sintió un escalofrío y retrocedió; el como apretaba los dientes y los puños reflejo su enojo, por mi parte solo acaricie su cabello suavemente para luego colocar mi sombrero de paja en su cabeza.

Su mirada se alzó confundida mientras sujetaba el accesorio, luego le di un fuerte abrazo. El cual correspondió ocultando su rostro en mi cuello.

-Cuidalo por mi ¿Si? Ambos son muy importantes para mí- gracias a ese acto ella dejo de temblar.

-Tengan cuidado por favor- la peli naranja pidió.

-Regresaremos a tu lado, por ahora ve con tu hermana; déjame romper... Tu cadena.

Deje un corto beso en su mejilla antes de avanzar con mi compañeros hacia el centro de Arlong park. Los gyogins de bajo rango se lanzaron hacia nosotros pero no fueron rivales para nuestro poder y nuestros stands.

Cuando todos estaban derrotados y caídos los aldeanos empezaron a birotear de alegría; en cambio los cuatro hombres pez que seguían en pie empezaron a molestarse.

-Señor Arlong déjenos esto a nosotros - Kuroobi dió un paso hacia adelante.

-Lucy... ¿Es el?- Sanji señalo al gyogin hablándome al oído.

-Correcto, te lo dejo en tus hábiles manos- le di una palmadita en la espalda que lo hizo sonreír.

Mientras nosotros los líderes esperábamos nuestros compañeros se alzaron a la batalla, y estaba emocionada por ver cómo se desarrollaría estos combates.

Narrador:

Los primeros en chocar armas fueron los espadachines de cada bando, Zoro sonrió apreciando el estilo de seis espadas de Hatchan quien se contagio de su risa. Con una sola espada le era suficiente para activar su Stand, pero debía de asegurarse de no recibir demasiado daño.

Para los primeros segundos de la lucha fueron en base de como el peli verde trataba de esquivar las espadas de pulpo, ya que si se desviaba del camino de una otra le apuntaría desde su punto ciego.

-Jamas serás capaz de vencerme torpe espadachín- Hatchan golpeó la herida de Zoro con el mango de su espada.

Como respuesta el peli verde retrocedió para escupir algo de sangre, estaba al borde del colapso pero ya había llegado su momento.

Nuevamente chocaron el acero, aunque a los pocos segundos el cazador de piratas ya era capaz de esquivar los ataques y trucos del pulpo; este no tenía muchas técnicas así que le fue fácil aprenderse todo en cuestión de cinco minutos.

Ahora el de los problemas era el gyogin, quien no comprendía como lo habían descifrado tan rápido. Viendo que Zoro iba a lanzar una estocada contra su costado se cubrió con todas sus armas.

Fue un error, aunque ni con un escudo de hierro o diamante, podría protegerse de algo que traspasa lo que sea; en el momento en que la punta de la katana del peli verde toco sus espadas empezó a traspasarlas como si de un fantasma se tratase, Hatchan no pudo entender lo que había ocurrido, pero si entendió el terrible dolor que sintió en sus costillas.

Después de haber pasado la barrera de acero la punta de la katana del cazador volvió a su estado solido, para así atravesar lo que se le poso adelante.

-¿Como lo...?- el gyogin escupió sangre. -La e-espada, juro que... La vi traspasar mi bloqueo...

-Pues tus ojos no mienten, si hubieras sido menos predecible, incluso con mi Stand tal vez hubieras tenido oportunidad- Zoro suspiro.

The Stand Master (reencarnando en One piece) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora