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Oscuro, solo y aterrador. Así es como describiría el espacio en dónde ahora me encuentro; ¿Quien soy? ¿Que me pasó? No tengo una respuesta para eso, pero me alegra por lo menos haberme terminado de ver el final de One piece antes de todo esto.

Fue un final feliz pero hubieron tantas cosas que me dolieron ver; momentos crueles y muertes dolorosas. Si pudiera cambiar algo para el bien de mis personajes favoritos lo haría.

—Estado del alma intacto, recuerdos completamente dañados y fragmentos de arrepentimiento necesarios— una voz resuena por el lugar.

Estoy bastante confundida la verdad. Y ni siquiera parece interesado o interesada en darme alguna explicación de la situación; una luz algo curiosa se mueve de un lado para otro en el espacio oscuro.

No puedo hablar ni tampoco moverme aumentando la incomodidad de mi mente, la cual me duele mucho.

—Bien, ya coloque cinco stands en ese mundo y uno solo en otro... Supongo que tienes la suficiente fuerza para quedarte con el resto.

Esa palabra me suena... "Stand" el poder que tiene los personajes de Jojo's desde la parte tres, en este momento debo prestar atención.

—Escuchame alma en desgracia. Te haré reencarnar en el mundo de One piece, con una sola condición— la luz se quedó quieta en frente mío.

Me emocioné demasiado por sus palabras, pero también me hizo darme cuenta de que me morí. Pensé que el cielo sería más bonito pero no debo quejarme con esta suerte.

—Te daré la habilidad de los Stands o más bien la capacidad de otorgarlos a las personas que tú creas que sean más adecuadas. Tu vida fue horrible así que diviértete, vuélvete alguien importante o convierte en la reina del mundo; lo que sea que te guste.

Al parecer esa luz era alguien muy compasiva, y yo deseaba gritar de la emoción pero no podía.

—De todos estos Stands te quedarás con uno para usarlo, el resto van para los demás. Más te vale hacer un trabajo bien echo o si no me voy a aburrir— esa luz empezó a girar a mi alrededor.

—Y por favor... No te fuerces en recordar tu vida pasada, tu subconsciente está demasiado roto para soportar el trauma.

Esa última parte no la entendí del todo pero ya era tarde, la luz brillo con una fuerza tremenda que me dejó ciega obligandome a cerrar los ojos.

De repente sentí un gran golpe en la frente y luego de lo que parecía ser una caída choque contra el suelo sintiendo un dolor agonizante en mi espalda y cabeza.

—¡Por Dios! ¡Lucy te he dicho un millón de veces que dejes de escalar los árboles!— una voz femenina me obligó a abrir los ojos.

Pero más importante... ¿Me llamo "Lucy"? Mire mis manos y me di cuenta de que eran pequeñas y llena de raspones, luego toque mi frente la cual no paraba de sangrar. Gire mi cabeza hacia la derecha y encontré un sombrero de paja lleno de hojas.

Entonces unos brazos me agarran con suavidad, la mujer que ví me confirmó toda sospecha de dónde estaba o que me pasó.

—Makino...— hablé con dificultad logrando escuchar mi tono de voz infantil.

—Por Dios está vez si te pasaste— la mujer de pelo verde negó mientras tomaba el sombrero de paja.

La confusión estaba presente, sobre todo el echo de que reencarne en el protagonista de esta historia. No sé que hizo la luz pero cambio el nombre y el género de Luffy; ahora yo estaba en este cuerpo y era la nueva prota.

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Estando en el bar Makino me sirvió un vaso de jugo después de haberme vendado la cabeza; no tenía hambre y más bien quise seguir analizando la situación para poder empezar.

The Stand Master (reencarnando en One piece) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora