Capítulo 11: Tierno

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03/10/2024.

¡Hoy tenemos dos capítulos!

CONVIVIENDO CON MI EX

Capítulo 11: Tierno.

Mecía a Setsuna en sus brazos, la bebé se encontraba profundamente dormida, tal parece que tenía el temperamento calmado de su padre, Sesshomaru Taisho. Mientras tanto, Inuyasha cuidaba de la pequeña e intrépida Towa en la alfombra de la sala principal, sonrió al ver como Inuyasha batallaba para que la niña no se golpeara en los muebles mientras gateaba, extendía sus manos para cuidar que su cabeza no se pegara, y soltó una risilla al ver como en un intento de levantarla, la pequeña se escabulló entre sus piernas y gateó alejándose de su tío. En la estancia se escuchaban las risas de ella y Towa, y los sonidos de frustración de Inuyasha…

–¡Qué bella escena! –la voz alegre de Izayoi irrumpió en la habitación. Se sentó a su lado y ambas contemplaron a Inuyasha, al fin había capturado a su sobrina–, ¿No te parece tierno? ¡Imagina cuando cuide de sus hijos!

Aquel comentario hizo que su corazón se encogiera, su sonrisa se borró, la apariencia de Towa cambió totalmente a la de su pequeña Moroha, desvió la mirada al instante. Su corazón comenzó a latir con rapidez y sus manos comenzaron a sudar.

–Espero que sea muy pronto –le dió un codazo amigable–. Sí tan sólo…

–Madre –intervino Inuyasha poniéndose de pie.

.

Sí, admitía que la imagen de Kagome cuidando de su sobrina le pareció lo más tierno y hermoso que había visto; incluso había notado una alegría diferente en sus ojos, un sentimiento que jamás había visto en ella. Pero los comentarios de su madre le habían caído como agua helada, al instante notó como el buen humor de Kagome se esfumaba, y un sentimiento amargo teñía sus ojos chocolate; conocía ese sentimiento, pues fue uno que él se había encargado de plantar en ella. Si no se hubiera comportado como un total imbécil, ella no tendría esa mirada, ni recuerdos agrios en su memoria… Incluso ya habrían tenido su propia familia.

–¿Qué? –Su madre lo miró sin entender su reacción.

Su madre no tenía idea de lo que sucedía, ni lo que sus palabras causaban, así que no la culpaba. Iba a desviar el tema, pero Setsuna comenzó a llorar y Kagome se levantó para intentar calmarla, la bebé comenzó a alejarla y querer estar en los brazos de su abuela.

–Yo la calmo, querida –Kagome le puso la bebé en sus brazos–. Tal vez quiere estar con su abuelo. Ahorita regreso.

Su madre se alejó con Setsuna y desapareció por el pasillo. Inuyasha agradeció eso, pues así no volvería a decirle algo de nuevo a Kagome.

–No era su intención.

Kagome le sonrió, restando importancia; pero sí importaba, porque se trataba de sus sentimientos. Se acercó a él con Towa en sus brazos.

–Hablaré con ella y…

–Descuida, Inuyasha, no es necesario. Podría sospechar, y es lo que menos deseamos, ¿no?

Kagome revolvió los cabellos de Towa, la pequeña estiró sus manos hacia ella y Kagome la recibió. Esa niña actuaba muy amable con Kagome; era raro que se dejara cargar por alguien extraño. Incluso con él, no siempre estaba de buen humor para ser cargada por su tío.

–Traidora –susurró y le dio un beso en la mejilla a Towa–. ¿De ella no vas a intentar escapar? –la pequeña bebé ni siquiera le prestó atención, hizo como si no hubiera escuchado nada y se acomodó en los brazos de Kagome, pegando su mejilla en su pecho–. ¡Ey! No me ignores, pequeña traviesa.

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