Recuerdos que iluminan

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Law se desenvolvió con elegancia en su trabajo, nunca se había sentido tan feliz de estar en el hospital como ahora. Fue un poco decepcionante no poder entrar a la sala de cirugías pero fue entretenido hacer cosas menores, le ayudo a fortalecer la mente.

Cuando la sala de urgencias estuvo más calmada se tomó la libertad de tomar un descanso. -Te van a reportar- Bepo le entrego una barrita energética -¿Olvidas que estás incapacitado?- le reprochó pero el enojo se disolvió en cuanto le vio sonreír. Era agradable ver a Law de esa manera.

-Me siento extraño- confesó -Feliz pero raro- medito unos segundos -Me siento diferente- observó sus manos por demasiado tiempo que asustó a Bepo y le detuvo antes de que lo internaran y empezarán hacerle estudios.

Su cabeza palpitaba pero era un dolor agradable, conocía esa sensación. Estaba recordando. -Devolvi un brazo a su lugar, le puse yeso a una pierna y cocí una herida en la cabeza- enumeró encantado. Nunca había estado tan felíz de hacer cosas que nadie quiere y le otorga a los pasantes de medicina.

-Hay que hacer rondas- soltó de la nada ansioso de perseguir aquella agradable sensación. Si realizaba rondas a pacientes que anteriormente conocía pero ahora ya no talvez sus recuerdos empiecen a regresar. Estaba entusiasmado pero Bepo no compartía el sentimiento -¿Ahora?- lloriqueo el platinado.

-Te recuerdo que estás incapacitado no deberíamos estar haciendo esto- suspiró Bepo sintiendo que estaba a punto de hacer algo ilegal que ameritara quitarle su licencia.

-Tranquilo, no es como si fuera abrir a nadie- calmó el ojeroso.

-Si nos llaman la atención diré que me obligaste- amenazó con las esperanza de hacerle retroceder pero fue todo lo contrario y suspiró derrotado.

-¿A quién?- miro hacia los lados con burla -Soy el jefe de este piso- le recordó y con una sonrisa ladeada entró a conocer a su primer paciente de muchos.

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Su mañana no pudo ser más productiva como ahora. Los dolores de cabeza se intensificaron por lo que se obligó a tomar un descanso.

Bepo estaba preocupado -Será mejor que vayas a casa y descanses- estaba seguro que Luffy lo entendería, aún podían tener su cita en casa.

-Estoy bien, es leve- mintió a la vez que se frotaba la sien -¿Crees que me permitan trabajar pronto?- estaba interesado -Si la Dra. Monet lo aprueba estoy seguro que volveré a mi puesto pronto- se entusiasmo de golpe. Si llegaba con un documento que dijera que estoy listo para volver al trabajo firmado por mi neuróloga, mí médico ocupacional no le quedaría de otra más que aprobarlo. Aunque claro después de realizar ciertas pruebas.

Con ese objetivo en mente despidió a su amigo y fue en búsqueda de la Dra. dispuesto agendar una cita lo más rápido posible para obtener su validación.

No fue complicado dar con su paradero, debido al accidente se ocupaban la mayor cantidad de manos disponibles así que empezó con la sala de urgencias.

-Dr. Trafalgar es bueno saber que ya se encuentra mejor- saludó la mujer con dulzura. Entregó unos archivos a su acompañante y su atención volvió a él. -¿Qué tal los dolores? ¿Son constantes?- indagó e inspeccionó-¿Medicamentos? No te haz estado automedicando ¿O si?- le vió con sospecha -¿Qué hay de los recuerdos?-

Law se sintió en un interrogatorio y no pudo evitar reír con cansancio. Con precaución respondió cada una de sus inquietudes dispuesto a impresionar. De verdad ansiaba volver al trabajo.

La conversación fue amena y no entendió el rechazo de sus amigos, la Dra. Monet era una buena persona no percibió nada raro en ella y bufó pensando que sus amigos eran unos exagerados.

En el cielo de girasoles, las luciérnagas bailan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora