Capítulo 4: Silencios que hablan

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El ambiente en la academia había cambiado ligeramente después de la conversación en el café. Ahyeon intentaba mantener la normalidad, pero Chiquita notaba las miradas furtivas y los silencios incómodos entre ella y Ella. No podía negar que algo nuevo estaba creciendo en medio de esa relación triangular, pero no tenía idea de cómo manejarlo sin herir a ninguna de las dos.

Esa tarde, después de la práctica, las chicas de Babymonster se encontraban sentadas en la sala de descanso de la academia. Habían estado entrenando intensamente para la próxima competencia y, por primera vez en días, tenían un pequeño respiro.

Ruka: (Estirándose en el sofá) “Finalmente, un poco de tiempo libre. Necesitaba esto. ¿Cómo se sienten?”

Rami: (Sonriendo mientras toma agua) “Cansada, pero satisfecha. Creo que vamos por buen camino.”

Rora: “¡Sí! Aunque deberíamos aprovechar para hacer algo divertido hoy. No todo es trabajo.”

Pharita: “¿Alguna idea? Me vendría bien desconectar por un rato.”

En ese momento, Ahyeon entró a la sala, y el ambiente se tensó un poco. Chiquita la observó con cautela, pero antes de que pudiera decir algo, Ella apareció detrás de Ahyeon, sonriendo como siempre.

Ella: (Dirigiéndose a todas) “¿Qué tal si vamos al karaoke esta noche? Hace mucho que no nos divertimos juntas fuera de la academia.”

Asa: (Entusiasmada) “¡Me apunto! ¡Karaoke suena perfecto!”

Chiquita: (Sonriendo tímidamente) “Suena bien. Hace tiempo que no cantamos por diversión.”

Ahyeon, que estaba a punto de sentarse, se detuvo al escuchar la propuesta de Ella. Miró a Chiquita por un momento, como si dudara de su respuesta, pero luego asintió con una sonrisa leve.

Ahyeon: “Karaoke... suena bien. Será un buen descanso después de tanto trabajo.”

El grupo decidió salir esa misma noche, con Ruka, Asa, Rami, Rora y Pharita liderando el camino. Mientras caminaban hacia el karaoke, Chiquita notó que Ahyeon estaba más callada de lo habitual. Ella, por otro lado, caminaba cerca de Chiquita, hablando animadamente sobre las canciones que podrían cantar.

Cuando llegaron al lugar, reservaron una sala privada. Las luces de neón, el sofá cómodo y la enorme pantalla con micrófonos en el centro del escenario crearon el ambiente perfecto para una noche de risas y música.

Pharita: (Tomando el micrófono) “¡Primero, un clásico! ¿Quién se anima?”

Ruka: “¡Yo! Pero alguien tiene que hacer el dúo conmigo.”

Rora: (Levantando la mano) “¡Cuenta conmigo!”

La música comenzó y las chicas se entregaron al momento, cantando y riendo. Pero en medio de la diversión, Chiquita no podía dejar de notar las miradas fugaces de Ahyeon. Ella intentaba disimular, pero la tensión en el aire seguía creciendo.

Finalmente, después de que varias chicas tomaran su turno, Chiquita y Ella decidieron cantar juntas. Eligieron una canción suave, una balada que ambas conocían bien. Mientras cantaban, la cercanía entre ellas se hacía cada vez más evidente, sus voces fluyendo con armonía. Sin embargo, Chiquita no podía ignorar la sensación incómoda que crecía en su pecho.

Cuando terminaron, los aplausos y los vítores de las demás llenaron la sala, pero Ahyeon no sonreía. En lugar de felicitar a Chiquita, Ahyeon se levantó rápidamente y salió de la habitación, dejando el ambiente congelado.

Chiquita: (Con preocupación) “¿Qué le pasa? No la vi tan animada hoy.”

Ella: (Mirando hacia la puerta) “Voy a hablar con ella. Tal vez solo esté cansada.”

Antes de que Ella pudiera moverse, Chiquita la detuvo.

Chiquita: “Déjamelo a mí. Quiero hablar con ella.”

Chiquita salió del karaoke y encontró a Ahyeon en el pasillo, apoyada contra la pared con los brazos cruzados. Parecía estar luchando con algo internamente.

Chiquita: (Suavemente) “Ahyeon, ¿estás bien? He notado que estás un poco distante.”

Ahyeon: (Suspirando y mirando al suelo) “No es nada, Chiquita. Solo... supongo que no estoy de humor esta noche.”

Chiquita: “Sabes que puedes hablar conmigo. No quiero que te sientas mal por algo que no puedo ver.”

Ahyeon: (Finalmente levantando la mirada) “Es solo que... últimamente siento que me estoy quedando al margen. Tú y Ella... parecen estar tan cerca, y yo... siento que estoy perdiendo mi lugar.”

Chiquita sintió un nudo en el estómago. Había estado ignorando los pequeños detalles, pero ahora todo estaba claro.

Chiquita: “Ahyeon, tú eres mi mejor amiga. Nada ni nadie va a cambiar eso. Sí, Ella y yo hemos pasado tiempo juntas, pero eso no significa que tú no seas importante para mí.”

Ahyeon: (Con un leve tono de celos) “Es que a veces parece que ya no me necesitas como antes. Y, bueno... es difícil no sentirse... reemplazada.”

Chiquita dio un paso más cerca y tomó las manos de Ahyeon, mirándola directamente a los ojos.

Chiquita: “No te he reemplazado, ni lo haré. Eres parte fundamental de mi vida, Ahyeon. Si alguna vez te hice sentir lo contrario, lo lamento. No quiero que pienses que nuestra amistad está en peligro.”

Ahyeon, con una mezcla de alivio y tristeza en los ojos, asintió lentamente.

Ahyeon: “No es fácil... pero creo que solo necesito un poco de tiempo. Estoy tratando de entender mis propios sentimientos.”

Chiquita: “Tómate el tiempo que necesites. Estoy aquí para ti, siempre.”

Las dos se abrazaron en silencio, dejando que los sentimientos encontrados se disiparan por un momento. Sabían que las cosas no cambiarían de la noche a la mañana, pero ese pequeño gesto era un paso en la dirección correcta.

Mientras regresaban al karaoke, Chiquita se preguntó cómo manejaría esta complicada situación con Ella y Ahyeon. Las cosas eran más complejas de lo que había anticipado, pero estaba decidida a no dejar que los sentimientos se interpusieran en las relaciones que tanto valoraba.

Las dos se abrazaron en silencio, dejando que los sentimientos encontrados se disiparan por un momento. Sabían que las cosas no cambiarían de la noche a la mañana, pero ese pequeño gesto era un paso en la dirección correcta.

Cuando regresaron al karaoke, el ambiente estaba más relajado. Las chicas seguían cantando y bromeando, como si nada hubiera pasado. Sin embargo, al verlas entrar, Ella las observó detenidamente, en especial a Chiquita. Su mirada tenía un matiz distinto, como si también hubiera algo que no había dicho aún.

Después de unos minutos, cuando Chiquita pensaba que la noche ya estaba a punto de acabar, Ella se acercó con una sonrisa suave pero algo más seria de lo habitual.

Ella: (En voz baja, lo suficientemente lejos de las demás) "Chiquita, ¿puedes venir conmigo un momento? Quiero hablar contigo... a solas."

El corazón de Chiquita dio un pequeño vuelco. Miró a Ella, luego a Ahyeon, que seguía conversando con Ruka y Rami, completamente ajena al hecho de que algo más estaba a punto de suceder.

Chiquita: (Asintiendo lentamente) "Claro, vamos."

Mientras se alejaban de las demás, Chiquita sentía la tensión en el aire. Sabía que esa conversación traería algo importante, pero no estaba segura de si estaba lista para lo que Ella tenía que decir.

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