Ecos del Destino

Capítulo 5: Confesiones a Media luz

Chiquita siguió a Ella por los pasillos silenciosos del karaoke, sintiendo una mezcla de nerviosismo e incertidumbre. Las luces de neón iluminaban tenuemente el espacio, creando sombras danzantes a su alrededor. El sonido lejano de las voces de sus amigas cantando se desvanecía a medida que se alejaban de la sala principal.

Finalmente, Ella se detuvo frente a una pequeña habitación vacía, destinada a los clientes que querían un momento de privacidad entre canciones. Entró primero, y Chiquita la siguió, cerrando la puerta detrás de ellas. El ambiente era tranquilo, pero cargado de una tensión palpable.

Ella: Gracias por venir conmigo, Chiquita. Sé que esto puede parecer repentino, pero… necesitaba hablar contigo. Algo que he estado sintiendo desde hace tiempo.

Chiquita se sentó en una silla frente a Ella, quien permanecía de pie, visiblemente inquieta. Su sonrisa habitual estaba ausente, y en su lugar había una expresión seria y vulnerable.

Chiquita: ¿De qué quieres hablar, Ella? Puedes decirme lo que sea.

Ella: Últimamente he pasado mucho tiempo contigo, y en ese tiempo me he dado cuenta de algo. He intentado ignorarlo, porque no quería complicar las cosas entre nosotras… pero cada vez es más difícil.

Lo que ni Ella ni Chiquita sabían es que, a pocos metros de la puerta, Ahyeon pasaba casualmente por el pasillo, buscando el baño. Al ver la puerta entreabierta y escuchar sus nombres, su curiosidad la hizo detenerse por un momento. Sabía que no debía escuchar, pero algo la impulsó a quedarse. Se apoyó discretamente contra la pared, sin ser vista, y empezó a escuchar lo que estaba pasando.

Ella: Chiquita, me he dado cuenta de que lo que siento por ti va más allá de una simple amistad. Me gustas… y no puedo seguir fingiendo que no es así.

Ahyeon sintió un golpe en el pecho al escuchar esas palabras. El aire se le escapó, y su corazón comenzó a latir con fuerza. Retrocedió rápidamente, alejándose antes de que pudiera escuchar más. Todo lo que había temido se había confirmado, y no sabía cómo manejarlo.

Chiquita: (Titubeando, sin saber que Ahyeon había escuchado) Ella... yo... no sabía que te sentías así.

Ella: Lo sé, y no esperaba que lo supieras. He intentado mantenerlo oculto, pero cada vez que estamos juntas, es más difícil. No espero que sientas lo mismo, solo necesitaba decirlo, porque... me está consumiendo por dentro.

Mientras tanto, Ahyeon regresaba apresurada a la sala de karaoke, tratando de mantener la compostura. Las demás chicas seguían riendo y cantando, ajenas a lo que acababa de descubrir. Ahyeon se sentó al lado de Ruka, sintiendo una mezcla de rabia, tristeza y confusión. ¿Cómo iba a enfrentar lo que acababa de escuchar?

Ruka: ¿Estás bien? Te ves un poco... pálida."

Ahyeon: Sí, solo estoy un poco cansada. No es nada.

Mientras tanto, de vuelta en la pequeña sala, Ella se armaba de valor para continuar.

Ella: No tienes que responder ahora, Chiquita. Solo necesitaba desahogarme. Podemos... intentar volver a la normalidad, si es lo que prefieres.

Chiquita: Gracias por confiar en mí, Ella. Prometo que pensaré en esto y hablaremos más adelante. Solo... necesito un poco de tiempo para procesarlo.

Las dos salieron de la habitación, con la confesión todavía fresca en el aire. Pero Chiquita no tenía idea de que Ahyeon ya sabía lo que había pasado. Cuando regresaron a la sala de karaoke, el ambiente seguía lleno de risas, pero el corazón de Chiquita estaba pesado con el peso de lo no dicho.

De vuelta en la sala, Asa y Rora estaban riendo juntas en un rincón, intercambiando miradas cómplices. Al notar que las cosas entre Chiquita, Ella y Ahyeon estaban tensas, Asa decidió que era el momento perfecto para soltar una noticia que había estado guardando.

Asa:Bueno, chicas, ya que estamos compartiendo secretos esta noche... Rora y yo tenemos algo que decir.

Todas se giraron hacia Asa y Rora, curiosas.

Ruka: ¿Qué pasa? No nos asustes."

Rora: Asa Unnie  y yo... estamos juntas. Hemos estado saliendo por un tiempo, pero no sabíamos cómo decirlo.

Hubo un momento de completo silencio en la sala mientras todas procesaban la revelación, y luego, de repente, Pharita, Rami y Ruka estallaron en aplausos y vítores.

Pharita: ¡Lo sabía! Lo sabía desde hace semanas, pero nadie me creía.

Rami: ¡Felicidades! No puedo creer que hayan guardado el secreto tanto tiempo.

Ruka: ¡Qué locura! ¡Esto es increíble! Estoy tan feliz por ustedes. Asa cuida de mi pequeña Rora o te las verás conmigo.

Ahyeon, quien había estado inmersa en sus propios pensamientos, apenas podía reaccionar. Mientras sus amigas celebraban la relación de Asa y Rora, ella seguía reviviendo la confesión que había escuchado entre Chiquita y Ella. Lo que debería haber sido un momento feliz con sus amigas se sentía distante y extraño.

Chiquita, por su parte, intentaba concentrarse en la revelación de Asa y Rora, pero no podía evitar lanzar miradas rápidas a Ahyeon. Sabía que tarde o temprano tendría que hablar con ella, pero después de todo lo que había pasado esa noche, no estaba segura de cómo hacerlo.

El ambiente seguía lleno de risas y felicitaciones, pero Chiquita no podía escapar de la sensación de que el drama estaba lejos de terminar. Y Ahyeon, aún en silencio, sabía que la verdadera tormenta acababa de empezar.

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