El eco de los aplausos aún resonaba en sus oídos mientras Ahyeon y Chiquita caminaban de regreso a los vestidores. El torneo había sido un éxito rotundo, pero ambas sabían que ese triunfo traería consigo nuevas responsabilidades y desafíos.
Al llegar al vestuario, las chicas de Babymonster las esperaban con sonrisas y abrazos.
Pharita: (Emocionada) "¡Eso fue increíble! No puedo creer lo que acaban de hacer en ese escenario."
Ruka: (Riéndose) "Ya se los dije, ¡eran invencibles! Sabía que iban a impresionar a todos."
Ahyeon, sin embargo, no podía evitar sentir una extraña mezcla de emociones. El éxito siempre había sido su objetivo, pero ahora que estaba aquí, las expectativas sobre ella y Chiquita parecían multiplicarse. Sintió una mano en su hombro y vio a Asa, con su característico semblante tranquilo.
Asa: (Susurrando) "Estás bien, ¿verdad? Sé que a veces, cuando alcanzamos algo tan grande, puede sentirse… abrumador."
Ahyeon asintió lentamente, agradecida por la comprensión de Asa. Sabía que tenía razón, pero no estaba segura de cómo manejarlo.
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Esa misma noche, después de la celebración en la Academia, Ahyeon y Chiquita se encontraron de nuevo en su rincón secreto del jardín. Había algo distinto en el aire, una sensación de tensión que antes no estaba allí. Se sentaron en silencio por un rato, cada una sumida en sus propios pensamientos.
Ahyeon: (Con una voz suave) "Hoy fue increíble, pero... no puedo evitar pensar en todo lo que viene después."
Chiquita: (Mirándola preocupada) "¿A qué te refieres?"
Ahyeon: "Con cada éxito, la presión aumenta. ¿Y si no podemos estar a la altura? Ya sabes, las expectativas de nuestros mentores, de las chicas, del público... de nosotras mismas."
Chiquita frunció el ceño. Sabía que Ahyeon siempre había sido perfeccionista, y que el peso del éxito le afectaba de maneras que no siempre eran visibles para los demás.
Chiquita: (Acariciando la mano de Ahyeon) "Nosotras podemos con esto, Ahyeon. Sé que es mucho, pero no estamos solas. No tienes que cargar con todo el peso por ti misma."
Ahyeon: (Suspirando) "Lo sé. Pero a veces siento que si no soy perfecta, voy a decepcionar a todos."
Chiquita se inclinó hacia adelante y besó la frente de Ahyeon, intentando transmitirle todo el amor y apoyo que sentía.
Chiquita: "Eres increíble, no porque seas perfecta, sino porque das lo mejor de ti. Y eso es lo que realmente importa."
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Los días pasaron rápidamente después del torneo, y con ello, las responsabilidades dentro de la Academia aumentaron. Mingyu, el mentor principal, empezó a exigir más a cada una de las chicas, preparándolas para el siguiente nivel de competencias.
Durante una sesión de entrenamiento particularmente agotadora, Ahyeon se encontraba luchando por mantenerse al día con las coreografías. El cansancio físico comenzaba a pasarle factura, y la presión mental se acumulaba. Mientras repetían los movimientos una y otra vez, Ahyeon tropezó y cayó al suelo.
Mingyu: (Con una voz firme) "Ahyeon, concéntrate. Si quieres seguir liderando, necesitas más disciplina."
Las palabras de Mingyu eran precisas, pero cortaban profundamente. Ahyeon se levantó rápidamente, pero por dentro, la frustración se acumulaba. El resto del entrenamiento continuó en silencio, con Ahyeon esforzándose por no mostrar sus emociones.
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Esa noche, después de un largo día de entrenamiento, Ahyeon no pudo evitar sentir que algo dentro de ella se quebraba. Chiquita la encontró sentada sola en el rincón del jardín, mirando hacia el cielo estrellado con una expresión distante.
Chiquita: (Sentándose a su lado) "¿Quieres hablar de lo que pasó hoy?"
Ahyeon no respondió de inmediato, pero después de un largo suspiro, finalmente habló.
Ahyeon: "No sé si puedo seguir así. Es demasiado. Siempre he querido ser la mejor, pero ahora siento que no soy suficiente."
Chiquita la miró con ternura y comprensión. Sabía que las palabras no serían suficientes para aliviar el dolor de Ahyeon, pero estaba decidida a estar a su lado.
Chiquita: "Estás haciendo lo mejor que puedes, Ahyeon. Nadie espera que seas perfecta, excepto tú misma. Tienes derecho a fallar, a cansarte. No tienes que ser invencible todo el tiempo."
Ahyeon la miró, sus ojos llenos de emociones contenidas. A lo largo de su vida, siempre había creído que la perfección era la clave del éxito, pero ahora se daba cuenta de lo desgastante que era ese ideal.
Ahyeon: "No quiero decepcionarte... ni a las chicas."
Chiquita: (Apretando suavemente su mano) "No me decepcionas. Estoy orgullosa de ti, no por lo que logras, sino por lo fuerte que eres, por seguir adelante, incluso cuando sientes que no puedes."
Ahyeon sintió que sus palabras la reconfortaban, como si el peso en su pecho comenzara a aliviarse. Sabía que no tenía que hacerlo todo sola. Con Chiquita a su lado, y con el apoyo de sus amigas, tenía la fuerza para seguir adelante, incluso en los momentos más oscuros.
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Los días siguientes, Ahyeon se enfocó en mejorar su equilibrio entre su exigencia personal y el autocuidado. Con Chiquita a su lado, comenzó a apoyarse más en su equipo, pidiendo ayuda cuando lo necesitaba. Poco a poco, el miedo al fracaso fue dejando paso a una confianza más saludable, basada en el esfuerzo y la resiliencia.
Mientras tanto, las chicas de Babymonster continuaron preparándose para el próximo desafío. Ahyeon y Chiquita sabían que habría más dificultades en el camino, pero con cada obstáculo superado, su relación y su fortaleza individual crecían.
El futuro seguía siendo incierto, pero una cosa era segura: juntas, eran invencibles.
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Hola Gente volví, viene drama en esta historia, llegará un personaje a conquistar a Ahyeon
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Ecos del Destino
RomanceEn la prestigiosa Academia Musical Horizon, Chiquita y Ahyeon, dos jóvenes estrellas de Babymonster, se enfrentan al desafío más grande de sus vidas. Mientras preparan una competición crucial, sus vidas se entrelazan de formas inesperadas. Chiquita...