Yo

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Me gustaría encajar, quiero encajar, no quiero estar sola, odio estar sola, desearía tener a alguien que me apoye, no quiero estar sola, amaría tener a alguien a quien pedirle ayuda. Tal vez de forma consciente o inconsciente siempre he intentado aferrarme a lo poco que he tenido a mi alcance, pese a saber que el resultado no iba a cambiar, incluso así me aferre de forma estúpida, cometiendo el mismo error una y otra vez.

¿Por qué yo?

¿Por qué yo? ¿Por qué yo? ¿Por qué yo? ¿Por qué yo? ¿Por qué yo? ¿Por qué yo? ¿Por qué yo? ¿Por qué yo? ¿Por qué yo? ¿Por qué yo? ¿Por qué yo? ¿Por qué yo? ¿Por qué yo? ¿Por qué yo? ¿Por qué yo? ¿Por qué yo? ¿Por qué yo? ¿Por qué yo? ¿Por qué yo? ¿Por qué yo? ¿Por qué yo? ¿Por qué yo? ¿Por qué yo? ¿Por qué yo? ¿Por qué yo? ¿Por qué yo? ¿Por qué yo? ¿Por qué yo? ¿Por qué yo? ¿Por qué yo? ¿Por qué yo? ¿Por qué yo? ¿Por qué yo? ¿Por qué yo? ¿Por qué yo? ¿Por qué yo? ¿Por qué yo? ¿Por qué yo? ¿Por qué yo?

Pese a que me gustaría culpar aquel momento de todo lo que me sucede, de todo lo que he sentido, en el fondo lo único que se es que es mi culpa, sin importar cuanto intente culpar al mundo o las personas que lo habitan, ha de haber alguna razón por la que estoy atrapada.

Yo soy defectuosa hay algún mal en mi, soy un error, no sirvo, no tengo nada que justifique mi existencia, nada que le de valor a mi vida, sabiendo esto tiene que ser mi culpa, como no va a ser mi culpa, no encajo porque no valgo nada, estoy sola porque soy defectuosa, no hay nadie a quien pedirle ayuda porque no merezco que alguien escuche mis ruegos.

Todo esto es mi culpa.

Al abrir mis ojos estaba en la enfermería, estaba oscuro, podía ver mis propias manos y mis piernas sin problemas, pero.

-¿Por qué estoy en la enfermería? ¿Qué paso hoy?

No recuerdo nada, pese a que intente enfocarme en lo que sea que pudiese haber pasado de ultimas todas mis memorias estaban nubladas, no ayuda el hecho de que mi rutina se ha estancado hasta el punto de la única diferencia entre hace unos meses y hoy es.... Es Ayanokouji, Ayanokouji.

-¿Cuándo fue que lo conocí?

Me levante y mire alrededor, el ruido que caracteriza la escuela esta ausente, dándome un sentimiento de paz, pese a la poca luz puedo caminar fácilmente.

-El silencio y la ausencia de luz son relajantes

El sonido de mis pasos resonaba por los pasillos, podía escuchar mi respiración y si me concentraba de seguro podría escuchar los latidos de mi corazón.

-Estoy viva...

Camina lentamente, disfrutando del momento de paz que encontré, me sentía tranquila, y tristemente no sentía ninguna preocupación, lo único es responderle los mensajes a mi mama pero a menos de que sea media noche no debería estar en problemas, ella no esta en casa hoy.

Abri mi casillero y tome el celular, han pasado dos horas desde que atardeció y el mensaje de mi mama llego hace veinte minutos, 'como te fue hoy hija, espero que estés bien hay comida en la nevera, y te deje algo de dinero encima de mi cama por si pasa algo, recuerda que te quiero' me sentí entumecida, indiferente al mensaje.

'Gracias mama yo también te quiero'

Le envié un mensaje de regreso y empecé a caminar de regreso a casa.

Pese a que se que ella me ama desde el fondo de su corazón, desde hace un largo tiempo me he sentido menos y menos sensible. Me siento menos como yo misma.

Al llegar al parque disminuí mi velocidad, siempre he sentido que desde donde empieza este parque es una zona segura, de aquí para adelante nadie ma va a lastimar, camine sin ninguna prisa por el parque, pasos anchos pero lentos.

-Siempre es lo mismo.

Siempre intento mantener mis espíritus lo mas alto posible, pese a saber que no puedo justificarlos.

Finalmente llegue al columpio, me senté y empecé a balancearme, este columpio es una de las pocas cosas que me hace sentir feliz.

-Que miserable.

Me balancee mas y mas, el sonido del metal chirriando lo único que llega a mis oídos.

'¿Por qué no se siente tan bien?'

Deje de usar mi cuerpo para balancearme y deje que se detuviera solo, luego de unos minutos me levante y seguí mi camino a casa.

El camino a casa fue al igual que todos los demás normal, nada remarcable, nada que valga la pena resaltar o recordar. Solo el mismo camino que ya he recorrido cientos de veces.

Saque mis llaves para desbloquear la puerta, pero me detuvo al escuchar el sonido de pasos detrás mío. Al girarme allí estaba Ayanokouji.

-Hola Karuizawa.

El levanto su mano saludándome, sus pasos relajados y su comportamiento igual de calmado como siempre. Por algún motivo sentía muy dentro una combinación de emociones negativas, quería dejarlas salir.

-Hola.

Como siempre mantuve mi boca cerrada, abrí la puerta, la cerré detrás mío y la bloquee.

-Desearía estar muerta.


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Nada que decir.

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