Imbécil

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Sentí calor al interior de mi ser, al mismo tiempo sentí repulsión hacia mi misma, ¿realmente debería aceptar su ayuda?

Mis ojos estaban fijos en el celular que sostenía entre mis manos, el peso del teléfono aumentando con cada segundo, mi indecisión aumentando cada segundo.

De repente, el celular vibró de forma sostenida, al mirarlo, la persona que me estaba llamando era mi vecino, con dedos temblorosos acepté la llamada.

- ¿Hola? ¿Karuizawa?

Sentí mi mente nublarse aún más, diferentes pensamientos pararon por mi cabeza y al mismo tiempo no podía captar ninguno.

- ¿Estás ahí?

-Si... estoy escuchando.

Respondí inconscientemente, pese a intentar hablar normalmente incluso yo podía escuchar como mi voz sonaba de débil, derrotada.

-Asumo que sabes el tipo de foto que me fueron enviadas.

Su voz sonaba igual de monótona que siempre, no me sorprendería que estuviéramos hablando de un proyecto escolar. Pero se de lo que está hablando, y desearía que fuese un simple proyecto.

-Si, se de lo que estás hablando.

- ¿Que vas a hacer al respecto?

Sentí como si me hubiera pateado las rodillas para tirarme de nuevo. Mi ceño se frunció involuntariamente y mi tristeza fue remplazada por enojo, pese a haber desarrollado resistencia a decir lo que siento no podía mantenerme calmada.

- ¡¿Qué puedo hacer ?! ¡¿Qué puedo hacer?! A este punto que otra cosa puedo hacer además de putas suicidarme.

Al instante que las palabras salieron me arrepentí, los pensamientos que he ocultado tanto tiempo en el fondo de mi ser salieron tan ligeramente como un "buenos días".

- ¿Te vas a suicidar?

Su voz casi mecánica no cargaba ninguna emoción, indiferente a la tormenta dentro de mi ser, una vez más me sentí a mi misma siendo consumida por la ira, me levanté y me dirigí a la puerta. Una vez salí y me paré en frente a su puerta dudo, pese a sentir todos mis pensamientos siendo convertidos en enojo no siento el valor para verlo.

-Karuizawa, ¿Sigues ahí?

Su voz cataliza mi ira, cada vez que la escucho me siento menos deprimida y más enojada. Empecé a patear su puerta con todas mis fuerzas.

-¡Si imbécil, estoy aquí!

Como si me hubiera estado esperando detrás, el pomo se giró y la puerta se abrió. Yo no había parado de patear la puerta, al fallar mi patada me tambalee ligeramente hacia adelante.

-Hola Karuizawa.

Sin ningún momento de duda intenté pegarle una patada en el estómago. Una vez conectó miré hacia donde conecte con duda.

En efecto había atinado, ¿Por qué se sentía más robusto que la puerta? Ni siquiera generó un sonido, mucho menos intento esquivarlo.

-¿Mejor?

Asentí ligeramente, mi mente calmándose un poco.

-Perdón.

En este momento me sentía como la mayor estúpida del planeta, si pudiera me lanzaría al fondo del mar para salir de esta situación, y pese a eso Ayanokouji sigue con el mismo tono de voz y la misma mirada indiferente.

-Karuizawa, ¿que vas a hacer?

-Al menos deberías fingir interés en mis emociones.

Mis ojos se abrieron de par en par al escuchar lo que dije, pese a haberlo susurrado no puedo creer que haya dicho algo tan estúpido.

-Lo tendré en cuenta.

-Te quiero matar.

Por algún motivo frente a él no me importa olvidar mi filtro.

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Nada

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⏰ Última actualización: Sep 30 ⏰

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