Amor Inmortal

Prólogo

Hinata se encontraba en casa de su ahijado Shikadai, el hombre había encontrado su pareja y no solo eso, su pareja predestinada. Él al igual que Hinata pertenecían a una raza de seres inmortales, ella era la matriarca de los Hyuga, inmortales de muchos siglos de antigüedad.

― Ya no estoy realmente interesado en el teatro. Cuatrocientos años son suficientemente largos en una carrera. Pienso que es hora para un cambio. ― Dijo con determinación Shikadai. 

Enko la novia de Shikadai, levantó sus cejas.

―¿Qué harás?

Él contesto lentamente:― La verdad, me encuentro más interesado en lo que vas a hacer tú. Ser un detective privado parece interesarte.

Enko le miró con sorpresa, y antes de que ella pudiese hacer algún comentario, Hinata estuvo de acuerdo: ―Tienes razón es una profesión desafiante, como un acertijo. Con Claude mi marido ya fallecido y los demás casados e iniciando a sus propias familias, he estado intentando decidirme por algo para hacer como una carrera y ahora sé lo que puede ser ― le sonrió a Enko ―. Podría ayudar a Shino.

―¿Ayudar a Shino?― Enko parpadeó―. ¿Por qué Shino necesita ayuda?

―Pues bien, acabas de convertirte en un vampiro y aún tienes bastantes habilidades que aprender en un corto tiempo, para la supervivencia así como para controlar mentes, etcétera. Mientras más rápido aprendas, mejor. Deberías concentrarte en eso ― apuntó Hinata amablemente ―. Además, si lo dos se van a casar, tú querrás una luna de miel. Dejarás a Shino sin un socio. Estaría encantada de ser su socio y ayudarle a manejar su compañía. Me dará un propósito.

―¿Harías un trabajo en Europa?

Al escuchar esa voz, Hinata y Shikadai se voltearon al instante, mientras Enko aún miraba boquiabierta a Hinata. En la puerta se encontraban dos hombres uno rubio y el otro moreno quienes los observaban detenidamente. 

Hinata Parpadeo, cerró su boca y les miró con confusión.

―¿Y ustedes son?― Preguntó.

―Oh deja que te presente a mi amigo, ―Se dirigió a ella Shikadai. ―Vienen de una familia de inmortales de Europa, su nombre es Boruto Uzumaki y el amigo de su familia Sasuke Uchiha. 

Hinata los observo, aunque había muchos mas inmortales regados en el mundo, no recordaba alguna vez haber escuchado estos nombres. 

―Es un gusto conocerlos... ¿Europa?

―Igualmente y Sí. Si lo hace, tengo un trabajo para usted allí.

―¿Qué clase de trabajo es?― preguntó Hinata curiosamente.

Boruto vaciló y entonces dijo:―Averiguar quién es mi madre.

―¿Tu madre?― repitió Shikadai inexpresivamente. El inmortal tenía encima más de quinientos años de edad.

Boruto asintió con la cabeza.

―¡Oh, yo podría hacer eso!―Hinata se veía excitada mientras buscaba la mirada de Shino. Ella añadió―: Podríamos, ¿verdad que podríamos, Shino?

Ella no esperó a que le contestaran, pero deslizó su brazo a través del de Boruto, aunque era la primera vez que lo veía sentía que podía ayudarlo, así que comenzó a conducirlo hacia el camino a través de los árboles.

―Debes de decirme todo lo que sabes― dijo ella. Giró hacia atrás y dijo―: Oye Shino, tú tienes más experiencia en esto que yo. Tú sabes más acerca de la clase de preguntas que deberíamos hacer.

Shino vaciló brevemente y buscó la mirada de Enko y Shikadai. Cuando ella se encogió de hombros impotentemente, él suspiró y corrió tras la pareja.

Shikadai les observó irse y negó con la cabeza.

―Pero, como después de quinientos años, no entiendo porque su padre no le dice quién fue.

Sasuke se acerco, y entonces añadió:―Se ha rehusado a hablar de eso por quinientos años, ella es la mejor persona para este trabajo.

―¿Por qué?― preguntó curiosamente.

Sasuke solo sonrió, entonces empezó a seguir a los demás. 

Continua.