Habían pasado varios días desde que regresaron del campamento, pero la tensión entre Juliana y Valentina seguía presente. Aunque compartían cortos aportes en la escuela y alguna que otra broma en las reuniones de amigos, las dos evitaban estar a solas. Pero Juliana sabía que no podían seguir así para siempre.
Una tarde, en una reunión en casa de los Carvajal, Jacobo, el padre de Juliana, tuvo que marcharse antes por una emergencia de trabajo, dejando a Juliana con la promesa de que Valentina la llevaría de vuelta a casa más tarde. Al final de la velada, cuando todos los demás se habían ido, Valentina y Juliana se quedaron a solas hasta que valentina le hizo un ademan de ir por su auto. A pesar de que solo era un trayecto corto hasta la casa de Juliana, el silencio entre ambas hacía que el tiempo se sintiera interminable.
Juliana no soportaba más la tensión.
—"¿Vas a seguir evitando mirarme todo el camino?" —preguntó Juliana, rompiendo el silencio. No podía ocultar el tono sarcástico, pero había sinceridad detrás de sus palabras.
Valentina, que hasta entonces había estado mirando el tráfico, dejó escapar un suspiro. No respondió de inmediato, pero apretó con fuerza el volante.
—"No te estoy evitando, Juls." —dijo finalmente, aunque el tono frío de su voz sugería lo contrario.
Juliana soltó una risa amarga. —"Por favor, Val. Apenas me has dirigido la palabra desde que volvimos del campamento."
El coche se detuvo en un semáforo en rojo. Valentina respiró hondo y se giró ligeramente hacia ella, aunque sus ojos apenas se atrevieron a encontrarse.
—"No sé qué decirte." —admitió Valentina, mordiendo el interior de su mejilla, como hacía cuando estaba nerviosa.
Juliana la observó por un momento antes de soltar lo que había estado conteniendo desde aquella noche.
—"Lo que pasó... fue un accidente, ¿vale? No tiene por qué ser raro entre nosotras. Somos amigas, eso no cambia. No tenemos por qué actuar como si el mundo se hubiera acabado por un... beso sin intención."
Valentina tragó saliva, su mirada cayendo sobre el tablero del auto. —"Pero tú lo has estado evitando, ¿no? Yo no soy la única que se ha sentido incómoda." —replicó en voz baja, como si no quisiera decirlo en alto.
Juliana se inclinó hacia ella, tratando de hacer que Valentina la mirara. —"Tal vez lo estuve al principio, pero... no tiene por qué seguir siendo así. Fue un error, Val. Fin de la historia."
Valentina permaneció en silencio por unos segundos más, y cuando el semáforo se puso en verde, arrancó sin decir nada. El trayecto hasta la casa de Juliana continuó en un silencio tenso, pero no era el mismo silencio incómodo de antes. Era como si ambas estuvieran procesando lo que se acababa de decir.
Finalmente, al llegar a la casa de Juliana, Valentina aparcó frente a la entrada. Juliana ya había tomado el picaporte de la puerta, lista para bajarse, cuando la voz de Valentina la detuvo.
—"¿De verdad crees que fue solo un accidente?"
Juliana se quedó quieta, su mano aún en la puerta, pero no se giró a mirarla.
—"Sí, Val. Fue un accidente. No fue nada más que eso."
Valentina asintió lentamente, aunque Juliana no podía verla. —"Bien." —murmuró, pero había algo en su tono que sugería que no estaba tan convencida.
Juliana suspiró, soltando la puerta y finalmente girándose hacia Valentina.
—"¿Por qué estás tan tensa con esto? Si te molesta tanto, si te incomoda, solo dime. Pero no sigas actuando como si yo te hubiera traicionado o algo." —dijo con más firmeza de lo que había planeado.
Valentina se mordió el interior de la mejilla, luchando con sus palabras.
—"No me incomoda lo que pasó... Lo que me molesta es que me siento... confundida."
Juliana frunció el ceño, procesando lo que Valentina acababa de decir. —"¿Confundida? ¿Confundida cómo?"
Valentina finalmente la miró a los ojos, y en su mirada había algo que juliana no era capaz de explicar en palabras.
—"No sé lo que significa para mí, Juls. No sé por qué no puedo simplemente... ignorarlo como tú."
El corazón de Juliana dio un pequeño vuelco, pero no dijo nada al respecto. En su lugar, decidió cambiar el tono.
—"Val... No tenemos que darle más vueltas. Podemos olvidarlo y seguir como siempre. No quiero perder lo que tenemos por un accidente "
Valentina asintió lentamente, pero en sus ojos quedaba la duda. —"Supongo que tienes razón."
Juliana se inclinó hacia ella y le dio una palmada en el brazo. —"Claro que tengo razón. Ahora, ¿puedes dejar de poner esa cara rara y volver a ser la misma Valentina que conozco?"
Valentina sonrió ligeramente, aunque la sonrisa no alcanzaba del todo sus ojos. —"Lo intentaré."
Juliana bajó del coche y se despidió con un gesto de la mano. Sin embargo, mientras caminaba hacia la entrada de su casa, no podía evitar sentir que esa conversación no había resuelto todo. Algo dentro de Valentina seguía sin estar claro, y aunque Juliana intentaba no darle importancia, en el fondo sabía que esa confusion no era solo de parte de valentina.
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