capítulo 3

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Habían pasado cuatro días desde que Jarran le había dicho eso y por suerte una misión le fue asignada. Vass estaba feliz de no tener que hacer tareas tan tediosas y agotadoras. Su entusiasmo contagió a Parei que parecía seguir su estado de ánimo hasta el puente principal.
-¿ha sucedido algo? Estas más feliz que de costumbre -preguntó ella mientras caminaba a su lado.
-¿además de verte? No lo creo -coqueteo él, con su sonrisa ganadora.
-pff, claro.
Ambos entraron al puente, donde se hallaba Khoran en el asiento de piloto revisando el mapa estelar con demasiada concentración. Él no los notó entrar hasta que Vass carraspeo, llamando su atención.
-bien, los dos están acá -se dio la vuelta para mirarlos a ambos-. Necesito de la ayuda de ambos para entrar a una base axariana y extraer los datos de la computadora central. Vass, tu misión es traer esa información sin ningún daño en lo posible. La última vez la mayoría de los archivos estaban corruptos. Y tú, Parei, lo protegerás. Esta es una misión de sigilo, así que se llevaran a Jarran con ustedes, su camuflaje puede serles útil.
-¿Jarran vendrá con nosotros? -preguntó Parei.
-sí. Debería estar aquí en unos minutos.
Jarran apareció por las puertas como si lo hubieran llamada y saludó al capitán.
-perfecto. Todos están aquí. Comencemos -comentó Khoran y acercó el mapa estelar adelante de los tripulantes.

...

Khoran había dicho que la base se hallaba en el cuadrante Kirr, sector 12, en un planeta llamado Lamma. El lugar no debería presentar vida hostil más allá de los Lammarianos, sin embargo, Vass diría lo contrario. Los mosquitos, o lo que él podría llamar una variante de mosquitos, eran unos insectos del tamaño de una cabeza humana y su aguijón, que estaba en la parte trasera de su cuerpo, picaban como si una daga atravesara su piel. Vass se quejó por quindécima vez desde que aterrizaron en el pequeño claro de la selva.
-si sigues gastando energía verbal, te deshidratarás -dijo Jarran con la voz ya demasiada cansada.
El agua les llegaba hasta sus pantorrillas y el esfuerzo de caminar sobre lodo se hacía notar en su frente perlada y su respiración entrecortada.
-¿cuánto falta para llegar? -volvió a preguntar.
Estaba comenzando a sospechar que sonaba a cierto burro de una película famosa de su planeta hogar.
-la base está lejos. Khoran nos lo dijo. Necesitamos estar lo más lejos posible de sus radares.
-no se supone que los piratas roban riquezas, ¿por qué debemos robar información de la cual ni siquiera tenemos permitido saber? -preguntó él con fastidio.
Parei inhaló y exhaló. Claramente estaba cansada. Vass decidió cerrar la boca para no molestarla con sus incesantes preguntas e hizo una mueca de cansancio.
-la información es mucho más valiosa que los créditos o las riquezas tangibles. Con la información puedes tener poder sobre las personas -respondió ella finalmente -. Y si puedes controlar a las personas, puedes controlar todo lo que quieras.
Su rostro se ensombreció y aire se volvió gélido. Vass nunca había visto a Parei sonar tan sombría.
El resto del camino se volvió silencioso, no fue incómodo, solo pesado. El ambiente húmedo y la forzosa caminata lo cansó más de lo que esperaba. Estaba agradecido que la atmósfera fuera respirable y la gravedad similar a la de la tierra, porque no quiere imaginarse en esta situación con el traje.
La base lammariana llevaba el símbolo de los axarianos en la puerta, unas dos líneas cortas en cada esquina de lo que parecía dos líneas más largas en horizontal.
Ellos habían llegado después de dos intensas horas de caminata. Fuera del primer muro había cuatro guardias, dos en la puerta y dos en cada esquina. Khoran les informó que la base tenía forma hexagonal, así que supuso que cada esquina tendría un guardia protegiendo sus murales. Las puertas se abrieron luego de que un aerodeslizador de cargamento entrara. Parei y Jarran se miraron entre sí. El plan original era utilizar el camuflaje de Jarran y entrar por la puerta, buscar el panel de comando, abrir las puertas y dejarlos entrar en menos de un minuto. Sin embargo, dado el cargamento entrante ambos parecían querer cambiar de plan.
-¿sabemos cada cuanto tiempo entran esos cargamentos?
-déjame buscar en las notas...
-¿no deberíamos adaptarnos al plan original? -preguntó él ocultando su nerviosismo.
-quizás, pero es menos arriesgado si entramos sin alertar a la seguridad -respondió Parei.
-con el plan original, tenemos un margen de 15 minutos, en el mejor de los casos, antes de que se den cuenta que las puertas se abrieron sin ser ordenadas por un rango superior -continuó Jarran con la explicación.
-entonces, ¿entraremos en uno de esos? -preguntó mientras señalaba el próximo cargamento entrando.
-¿qué tendrán esas cajas dentro? -susurró Parei a su lado.
Vass agarró su datapad y comenzó a teclear en búsqueda de la información. Al cabo de unos segundos exclamó feliz.
-¡Lo tengo!, ese es el segundo cargamento que vemos, pero por lo que dicen las notas, debería haber otros tres más. Llegan cada 5 minutos. No sabemos que llevan dentro -respondió lo último viendo a Parei.
-¿por dónde llegan?
-por allá -señaló Vass hacia una de las entradas de la selva.
Se veía el tercer aerodeslizador salir de entre los matorrales.
-perfecto. Tenemos un margen de 5 minutos. Si perdemos éste, tenemos un último intento.
-bueno, movámonos.
Los tres se dirigieron a la zona, pero antes de poder subirse al aerodeslizador, este comenzó a aproximarse peligrosamente al área despejada. Así que lo dejaron pasar. Llegó el siguiente cargamento y Parei y Jarran se subieron con una destreza envidiable, mientras tanto, Vass casi pierde la oportunidad cuando su pie quedó atascado en una rama oculta bajo el agua. Maldijo por lo bajo y, gracias al tirón de su camisa por parte de Jarran, logró zafarse del agarre. Subió y se escondió entre las cajas con los otros dos a bordo. Jarren hizo un gesto para el silencio y sujeto la muñeca de ambos, volviéndolos invisibles. Nunca va a dejar de sorprenderse por esa habilidad.
Las puertas se deslizaron con la orden en un idioma desconocido para su traductor. Ingresaron con facilidad, dejándolos ver el interior del recinto. El lugar no era ni muy grande ni muy pequeño comparado con las otras bases que Vass había visto antes. Tenía el tamaño de dos hospitales de la tierra, solo que estaba construido en un solo piso. O por lo menos esa era la parte visible del lugar, Vass no sabe si la base es más grande en su interior. Además del tamaño, la instalación tenía un pequeño patio donde cultivaban plantas del planeta y estaban protegidas por una holopantalla. Quizás para algún experimento. Tuvo que bajar la cabeza nuevamente antes de cruzar la segunda puerta, la que daba paso a la entrada. No tardaron mucho en que los lammarianos registraran el cargamento. Jarran, Parei y Vass tuvieron que salir del deslizador antes de que este los llevara a un lugar complicado de abandonar. Parei y Jarran apretaron su mano para dar una señal clara: busca el panel de control más cercano y manipúlalo para encontrar la computadora central. Vass se guio por los pasillos y, en el momento en que encontró lo que buscaba, soltó la mano de Jarran y se puso a trabajar.
-esta área debería estar despejada -dijo Jarran a la vez que revisaba en su datapad los horarios y los cambios de turno.
-eso no quita el hecho de que deba trabajar rápido, ¿cuánto tiempo tenemos antes de que nos encuentren en esta zona? -preguntó él.
-no menos de 3 minutos -respondió Parei al lado de Jarran, revisando el mismo datapad que llevaba en las manos.
Vass sonrió hacia ambos con satisfacción. Terminó. Encontró lo que buscaba.
-¿dónde?
-no muy lejos de aquí hay una bajada subterránea, debe haber tres sensores de movimiento antes de llegar, pero ya los desactivé, tenemos un máximo de 10 minutos. Apuremos el paso -respondió él a medida que avanzaba.
Vass se memorizó el camino para no tener que sacar su propia datapad y perder tiempo con eso, así que cuando dobló en la esquina y vislumbró un rayo verde a su derecha y un empujón, se desconcertó. Había un lammariano al final del pasillo y llevaba consigo un arma. Vass no sintió ningún dolor además de la caída, así que se alegró por su suerte. Jarran había gritado algo inaudible cuando levantó su propia arma y disparó a quemarropa al alienígena.
-grac-
Vass no había terminado de agradecerle a Jarran cuando este se derramó en el suelo sujetando el cuerpo de Parei.
Él... él no esperaba que Parei saliera herida. Ella tenía una herida en el centro de su cabeza y derramaba sangre, sus ojos estaban vidriosos y huecos. Vass nunca había visto a Parei tan quieta, tan... tan muerta.
Sintió que algo húmedo recorría su cara y se dio cuenta tardíamente que eran sus lágrimas. Comenzó a limpiarlas a la par que se caía al suelo al lado del cuerpo inerte. Sus ojos se nublaron e intentó con todo lo que tenía poder ver a Parei. Sus manos estaban manchadas de sangre verde y sus propias lágrimas. La sangre que se le había salpicado en la cara por culpa del disparo.
No. No, no, no, esto no estaba pasando. No Parei. Ella... ella...
Las alarmas empezaron a sonar y Vass no notó que el lugar se empezaba a distorsionar. Pasos apresurados se acercaban más y más y Vass sabía que debía moverse, lo sabía, si no salían ahora, ambos estarían muertos. Pero él no podía dejar a Parei allí. Jarran le gritaba algo mientras lo jalaba del hombro para levantarse y él le gritó que no quería irse. Él no se movería de allí. Parei estaba muerta. No podía irse de allí sin ella. Todo volvió a desfigurarse nuevamente, los colores, los sonidos, todo daba vueltas en un borrón de cosas y formas que no lograba comprender.
Luego, a su alrededor comenzó a formarse un túnel negro como el mismo espacio por el que llevaba viajando ya dos años. Colores a su alrededor en pequeños destellos se acercaban y alejaban rápidamente, tan rápido que él no pudo distinguir sus formas y ... Abrió los ojos.
Se despertó con un fuerte jadeo ahogado y sudor perlando su frente. Se llevó una mano al pecho e intentó respirar con calma. Se levantó como pudo de la cama, tropezando con las sábanas arremolinadas en sus tobillos y.... espera un segundo. Miró la cama y parpadeo intentando quitarse las visiones horribles del cuerpo inerte de Parei de su mente. Se centró en el lugar, se trataba de su habitación. Respiró hondo y exhaló temblorosamente.
Había soñado. Nada de lo que vio era real. Soltó una risa nerviosa que fue remplazado por un sollozo ahogado. Se llevó una mano a la boca para acallar el ruido. Aquel sueño fue terrible, horrible. Tan real. Pero no fue real, ¿no?
Se levantó del suelo, al que en algún momento había caído, y se dirigió a la puerta. Salió a tropezones por el pasillo de la nave Aster hacia la habitación de Parei. Cuando llegó no dudo en llamar a la puerta. No sabía qué hora era, quizás ella estaba durmiendo, pero eso a él no le importó. Quería, no, necesitaba saber si Parei estaba bien porque aquella imagen no se le borraba de la mente. Finalmente, la puerta se abrió dejando ver a una Parei algo molesta por la interrupción de lo que sea que haya estado haciendo. Miró a Vass con molestia, hasta que finalmente lo vio más detenidamente y su cara se llenó de preocupación. Se preguntó qué vio Parei en él para que su rostro se contorsione de esa manera.
-oh, Vass, ¿estás bien?, te ves terrible -dijo ella.
Y Vass juró que casi lloraba. Respiró hondo y sonrió, aún que seguramente fue una mueca. Fue a abrir la boca para decir algo, pero no sabía qué, así que la cerró de nuevo.
-me estas preocupando, ¿quieres pasar? -ofreció ella tan cortés.
Tan amable y tan hermosa como siempre.
Se quedó en silencio. Mirando su rostro sano y lleno de vida.
-sabes, las personas cuando llaman a mi puerta por lo general me dicen o piden algo. No se quedan como idiotas observándome como si vieran a un fantasma -y ahí estaba su otro lado, impaciente y malhumorado.
Él la amaba de todas las maneras posibles. Parei se cruzó de brazos y sus alas hicieron un leve aleteo impaciente.
-perdón, em... yo tuve un sueño y creí, no importa, discúlpame la molestia Parei, iré a la cama.
Parei parecía curiosa por su actitud más que ofendida. Pero no le insistió y le deseo buenas noches, quizás ella estaba demasiado cansada para desvelarse y hablar con Vass. Él se dio la media vuelta regresando a sus pasos.
-espera -dijo Parei antes de que se marchara a su habitación -. Si no te sientes bien, deberías ir a la enfermería, recuerda que ayer fuiste el experimento de Siena, no quiero saber que cuando te despiertes mañana seas una baba desparramada sobre tu cama.
Vass abrió los ojos sorprendido.
-¿una qué? -preguntó sorprendido.
-una baba viviente.
-¿por qué sería una baba viviente? -preguntó él desconcertado.
Quizás escuchó mal, quizás levantarse a mitad de la noche (o lo que supuso que sería la mitad de la noche) le estaba afectando más de lo que creía. El vio como un escalofrío hizo que el cuerpo de Parei se estremeciera y sus antenas y alas se sacudieron con el movimiento.
-no eres el único experimento vivo que tiene, o bueno, que tuvo.
Vass sintió que se le helaba la sangre y juró que sus ojos se le salían de sus cuencas.
-pero no pienses mucho en eso -dijo ella forzando una sonrisa -. Hace muchos itud que conozco a Siena antes de volver a verla aquí, así que seguramente ha cambiado. Simplemente recuerda, si sientes algo raro en tu cuerpo, ve inmediatamente.
Vass asintió con la cabeza y se marchó. Esperaba que no se convirtiera en una masa de baba humana. Se estremeció al pensarlo y se metió a la cama. Esta noche ha sido bastante rara para que su cerebro pueda procesarlo todo de una, se lo dejará de tarea para mañana.


Ecos en las estrellas, parte 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora