Capítulo 7

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Habían pasado cinco horas con Yulak en una de las muchas salas abandonadas de la nave intentando hacer que él pudiera concentrarse y utilizar su poder a voluntad.

Había logrado algo en todo ese tiempo. Viajó unos minutos al pasado. Ambos sonrieron, satisfechos con los logros.

—¿tu última marca cuándo fue? —preguntó Yulak recibiendo el cronómetro en su mano.

—cuarenta y ocho minutos. Yo digo que con eso estamos bien.

Vass no estaba tan contento con el entrenamiento. Si bien logró sus objetivos, la razón de lograrlo era recordando el shock por el que había pasado en primer lugar el viaje. Uno creería que verlo tantas veces te insensibiliza, pero solo agrega más dolor a la formula. Si pudiera evitarlo, lo haría.

Solo una vez más.

Necesitaba hacerlo una vez más para ayudar a Parei y luego lo olvidaría. Completaría su misión y, luego, nada de esto sucedería. Estarían sanos y a salvo los tres.

—creo que es suficiente. Debemos ir con Siena.

—con lo obsesiva del conocimiento que es, estoy seguro que esta despierta a esta hora.

—Vass, apenas son las 11 de la noche —lo miró confundido.

—¿ah sí?

Yulak tenía razón, cuando revisó el horario, descubrió que habían pasado 30 minutos desde que comenzaron a practicar. Para el parecía que hubieran pasado horas.

—bueno, entonces debería ir allí y decirle lo que hablamos.

Yulak asintió.

Vass salió de la sala de entrenamiento y se dirigió a los laboratorios, específicamente, la sala A19. Un escalofrío recorrió su cabeza al ver la habitación y la cama. Siena puede ser bastante espeluznante a veces. Se acercó a la puerta y golpeó un par de veces. No quería llegar de la nada y no le avisó con antelación, por lo que optó por llamarla. Estas se deslizaron a los costados y detrás estaba la mujer, con su típica bata y sus antenas tan bajas como siempre. Parei es del mismo planeta que Siena, pero ambas son tan diferentes que parecen de lugares diferentes.

—¿quieres algo? —preguntó ella con la voz cansada.

Se le escapó bostezo que tapo con su tableta mientras lo veía con los ojos achinados.

—oh sí, perdón, quería consultarte algo con respecto al poder de los axarianos.

Eso pareció alegrar a la científica. Sus antenas se levantaron y sus alas zumbaron. Eso confirmaba lo que sospechaba hace un tiempo, que sus antenas estaban relacionadas con sus emociones, al igual que Parei.

—¿qué necesitas saber?, ¿hay algo nuevo en tu cuerpo?, ¿algún poder que se haya manifestado? —cuando Siena lo miró a los ojos, prácticamente se abalanzó hacia su cara.

—¡oh por Haf'la!, tus ojos cambiaron. Esperaba un cambio más notorio, pero eso es algo —dijo susurrando para sí misma mientras intentaba abrir aún más los ojos de Vass.

Él tuvo que alejarla de su cara con cuidado de que sus dedos no le pincharan las córneas.

—sí, no sólo eso, estoy repitiendo un bucle, no sé cómo funciona, necesito tu ayuda.

Necesitaba ser rápido y conciso. Solo tenía 48 minutos para obtener una respuesta, sino, Siena recordaría la conversación.

—¿bucle?, ¿bucle temporal?, ¿un bucle casual? Esto amerita una investigación más profunda —la mujer prácticamente voló hacia sus archivos y comenzó a escribir frenética.

Ecos en las estrellas, parte 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora