Desperté intentando acostumbrar mi vista a la luz que se filtraba por las cortinas, mire a mi alrededor mientras me paraba de la cama, llevaba una semana encerrada en este lugar sin siquiera salir a tomar algo de sol; lo único que hacía era hablar un poco con Manjiro, quién cada día me venía a ver unas horas y volvía a trabajar con los demás. Me encontraba pensando en mi madre y la señorita Emma cuando unos toques en la puerta me sacaron de mis pensamientos.Se abrió y entró una chica diferente cómo todos los días a dejar una bandeja sin decir nada más que " buen día ", tomé el desayuno y me puse a mirar por la ventana el gran jardín que se mostraba a plena luz del día, extrañaba mi florería, extrañaba a mi madre...
Knock
El golpe de la puerta me saco de mis pensamientos, se abrió y una cabellera rubia se asomó, lo escanee mientras me ponía de pie y en mi interior rogaba por qué viniera con buenas noticias.
— Señor... — Dije mientras lo sentía acercarse—
— ___, ya te dije que me llames Manjiro — hablo en un tono ronco que me hizo estremecer ligeramente. — me alegra verte de nuevo, ¿cómo te encuentras hoy?
— Supongo que bien, cansada de estar encerrada — murmúre lo último y lo mire fijamente — ya saben algo de la señorita Emma?
Me miró a los ojos y con un movimiento de cabeza me indica que lo siguiera para afuera, lentamente salí detrás de él.
— Tenemos ubicaciones, hoy saldremos a buscarla...
— Después de eso... podré irme de aquí? — lo mire mientras detenía mi paso, se giró a verme y suspiró—
— Eso ya lo veremos más adelante
Asentí en silencio y continuamos avanzando, llegamos a una oficina donde había tres personas y bastantes aparatos electrónicos, los tres nos voltearon a ver y uno de ellos se acercó a nosotros mientras los otros volvían a su trabajo.
— Mikey, ya pudimos dar con la ubicación — señaló una de las computadoras mientras suspiraba— seguimos la ruta que tomó por diversas cámaras y llegó hasta un almacén a los afueras de Culiacán.
Mire la computadora que señalo y se mostraba un almacén con las puertas cerradas y algunos carros afuera, volví la vista al chico escaneándolo disimuladamente; vestía todo de negro, su pelo lila y el arete que colgaba de su oreja derecha era lo que resaltaba en él, sentí su mirada en mí mientras arqueaba sus cejas y le lanzaba una mirada a Manjiro, sin decir nada avanzaron y yo los seguí, viendo por la computadora cómo no había ningún movimiento en el almacén. Mientras ellos hablaban, me encontraba perdida en mis pensamientos, una voz hizo salir de ellos y poner atención.
— Mitsuya, por qué no hay movimiento? — la ronca voz de Manjiro me hizo mirar hacia otra pantalla que daba a la puerta trasera del almacén, el tal mitsuya se acercó a la computadora y chasqueó la lengua mientras suspiraba con molestia. — idiotas, les dije que pusieran más atención, los imbeciles sabían que los vigilaríamos. — contestó esté mientras tecleaba unas cosas y la imagen cambiaba.
La pantalla mostró en cámara rápida cómo entraban al almacén varios tipos y salían por ratos, en un minuto salió el tipo que se llevó a Emma y atrás de él venía la rubia siendo cargada por otro tipo, parecía inconsciente. — debieron hackear las cámaras también, congelaron la imagen y por eso nos perdimos eso, no deben haber ido muy lejos, si no estoy mal...— tecleo nuevamente mientras hablaba y otra imagen se mostró en la pantalla; un bar viejo, los tipos llegaron ahí y la grabación corrió sin mostrar su salida. — bingo... cambiaron de ubicación y no se han movido de ahí.