DESCUBRIENDO EL AMOR (EL REY DE PRUSIA Y LADY EXCELSA) || INADECUADOS II

III| REINA

HOLA MIS AMORES!!!

COMO SABEN, LAS ACTUALIZACIONES SERÁN LENTAS PORQUE ESCRIBO SOBRE LA MARCHA, A LA VEZ QUE ESTOY ENFOCADA EN LA EDICION DE EL CORAZÓN DE LA BESTIA (EL LOBO DE ALBEMARLE)

PERO NO ME OLVIDARÉ DE ESTA HISTORIA.

APENAS ESTAMOS EMPEZANDO Y HAY MUCHO POR CONTAR, SUFRIR, LLORAR, Y MUCHOS MOMENTOS DE TENSIÓN Y MUCHAS ESCENAS QUE NOS DARÁN CALOR.

TODAVIA HAY MUCHO POR AÑADIR, PERO POR EL MOMENTO LOS DEJO CON EL CAP.

LES AMA.

JEN <3

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KIRSTIN

Kirstin debería estar atenta a todo lo que se estaba diciendo en su honor.

Empezando por la entrega devotada de sus fuerzas a un pueblo que era arisco con su presencia, sin embargo, eso era lo que menos le agobiaba en esos momentos.

Ya que, contra todo pronóstico se sentía en una burbuja.

Lejos de toda maldad asegurada, cuando las tretas se estaban fraguando entorno al evento empezando por los miembros del consejo, los cuales se notaban que no estaban de acuerdo con un simple cambio de costumbres, en especial la del Conde de Luxemburgo, que después del despreció que recibió la observaba con algo que identificó como asco.

No obstante, Charles era lo que menos le importaba, pues tuvo la cabeza muy lejos de la pomposidad del acto de coronación, como para fijarse si aun los sentimientos del pasado hacían mella en su interior.

No estaba para retroceder cuando nada podia cambiar lo que habia tenido que vivir.

Identificándolo como el más insignificante de sus inconvenientes.

No teniendo relevancia.

A duras penas notó como se inclinaba por inercia para recibir la corona por el mismísimo papa, que se habia quedado después de la boda para oficiar la ceremonia.

Tomando de este la bendición, y el juramento que aceptó para con su reino adoptivo sabiendo las palabras de memoria, pero no siendo consciente de estas.

Solo teniendo cabeza para lo ocurrido la noche anterior.

En como su cuerpo reaccionó a las sensaciones desconocidas.

Es que definitivamente no se reconoció, mientras jadeaba extasiada por tanto placer prodigado.

Era algo que no sabía explicar con certeza.

Nada con el Prusiano a la larga lo era, o eso aparentaba a simple vista, mientras estaba a su costado analizando con aspecto despreocupado al público que los ovacionaba y abucheaba en igualdad de proporciones al no estar en completo acuerdo como se habían dado las cosas con su reino.

No obstante, su poca importancia a la situación lo formaban como un espécimen fascinante, porque un rey en sus cabales estaría intentando agradarle a un país que podia simplemente formar una guerra civil, y acabar con lo que habían dejado los franceses, pero Federico solo suspiraba mortalmente aburrido, escapándose de bostezar, mientras ella sentía un corrientazo de excitante dolor en medio de sus piernas cuando hace tan solo unas horas la hizo su Reina en toda regla.

—De verdad piensas que esos pobres diablos son los que tienen el lujo de servirte, verte y trabajar en estas tierras —fue la primera en romper el silencio tras horas de ceremonia, ahora estando en una de las estancias del palacio adecuadas para el recibimiento de los enviados del pueblo, antes del banquete que se llevaría a cabo en su nombre, en donde tendría que enfrentar a su familia, porque se habían quedado precisamente para verla tomar el puesto que según sus hermanos siempre se habia merecido.