V| ESTALLIDO

96 29 8
                                    

Hola mis amores.

Siento la demora, pero he estado en muchas partes a la vez, y con la mente dispersa.

He estado escribiendo esta historia, la de los bufones, la de los Stewart y corrigiendo la del lobo de Albemarle, y no es porque tenga muchas cosas, que puedo hacerlas sin problema, pero la mente la tengo muy dispersa.

Es una especie de bloqueo de escritor y la ansiedad me invade.

Por eso, quiero me ayuden.

Cual historia quieren leer primero.

Los bufones, o el rey de Prusia y Lady excelsa.

Aunque las dos las pienso seguir escribiendo, pero cual quieren que actualice con mas rapidez.

Es mas eso.

No siendo mas por el momento.

Les ama.

Jen <3 <3

---

KIRSTIN

«—Veo que siempre caes parada sin importar las adversidades —espetó ni bien se adentraron a uno de los estudios del castillo —. Tu suerte es ridícula.

—Le agradezco por sus buenos deseos, padre —correspondió mientras se dirigía a una de las sillas, sin tomarse el trabajo de ofrecerle una copa, porque sabía perfectamente que de sus manos era poco probable que le diera el visto bueno a algo.

Hace mucho tiempo aprendió a lidiar con su temperamento peculiar para con ella.

—Te lo mereces, después de todo —por el tono que utilizó mientras recorría la estancia hasta llegar al aparador y sacar la botella por su cuenta, sin tomarse el trabajo de ir a por un vaso, destapar la botella de líquido oscuro, empinándosela. Dándole un buen trago para dejarle en el lugar que la encontró caminando hasta quedar tras ella obligándose a no voltear, supo que estaba lejos de la realidad.

Pese a la ansiedad que se apoderó de su pecho, poniéndose rígida cuando posó las manos en sus hombros, haciendo una leve presión mientras ella apretaba la mandíbula y aprisionaba los labios en una fina línea, se obligó a guardar los papeles hasta el final.

—Grac...

—Edward estaría orgulloso de su hermana favorita —su lengua se entumeció ante la mención de su hermano mayor muerto —. Eran inseparables —tragó grueso relamiéndose los labios con la garganta cerrada —. Eras la niña de sus ojos —eso no lo recordaba.

Nada en realidad.

Lo ocurrido en ese tiempo con el decidió borrarlo de su memoria al ser un recuerdo doloroso, si es que le podia llamar de esa manera cuando no lo rememoraba como tal.

» Decía que con esos ojos serias capaz de conquistar el corazón del hombre más cruel y despiadado —por eso los odiaba.

Ella nunca quiso nada de eso, y sin embargo lo obtuvo.

Siempre le decían que sus ojos eran tan hechizantes que resultaban un veneno inyectado directamente en el corazón.

» Que eras el tesoro más grande de los Spinster, y que no podia darte a cualquiera por el simple hecho de codiciarlo —tenía tan solo quince años cuando dejó ese mundo.

DESCUBRIENDO EL AMOR (EL REY DE PRUSIA Y LADY EXCELSA) || INADECUADOS IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora