Existe una teoría epicureana que dice que el placer es un bien inherente a nuestra naturaleza, y que estamos destinados a buscarlo. Pero, ¿qué tan importante es la búsqueda del placer y cuál es el límite de lo que nos debemos permitir? Los antiguos filosofos afirman que es bueno todo lo que produce placer, pues el placer, según ellos, es el principio y el fin de una vida feliz. Así mismo explican que para que el placer sea real debe ser moderado, controlado y racional. Y que en ocasiones se debe rechazar placeres a los que les siguen sufrimientos mayores, pero también dicen, que otras veces está bien aceptar dolores cuando se siguen de placeres superiores.
"Todo placer, pues, por tener una naturaleza apropiada a la nuestra, es un bien; aunque no todo placer ha de ser elegido. Así también todo dolor es un mal, pero no todo dolor ha de ser por naturaleza evitado siempre."
Patricia y Néstor conocían el dolor y el placer a partes iguales. A lo largo de sus vidas habían experimentado grandes momentos de ambas emociones. Sabían lo que era un grito de satisfacción tanto como entendían los lamentos de la aflicción. Los dos eran seres que cuando sentían, lo hacían con fuerza, entregando todo de sí, viviendo las sensaciones con cada fibra de su cuerpo y su alma. Porque no conocían otra manera de amar y sufrir que no fuese poniendo el corazón en la mesa para que fuera el destino quien decidiera su suerte.
...
La vista desde la gran terraza de la casa de Patricia era un verdadero sueño, las luces distantes brillaban en la oscuridad de la noche, y las estrellas resplandecían con la misma intensidad en el cielo. El gigantesco balcón estaba iluminado por grandes farolas que le daban la luz suficiente al lugar para hacerlo sentir acogedor y hogareño a pesar del gran tamaño de aquella terraza.Patricia sirvió el restante de la botella de vino en la copa de Néstor, la suya ya había sido llenada también, en lo que era la segunda ronda para ambos esa noche.
—Gracias a Dios que mi turno de mañana comienza más tarde, porque parece que me quisieras embriagar. —bromeó él sin dejar de mirarla cuando ella se volvió a recostar a su lado en el sillón de la gran terraza que ambos compartían, lo habían movido de tal manera que ahora quedaba de cara a las grandes vistas de la ciudad.
—¿Cómo va a pensar eso de mí, doctor? —preguntó ella con extrema sensualidad en la voz, usando el mismo tono que había utilizado por la pasada media hora de pláctica. —Jamás quisera embriagarlo, solo estamos celebrando que no solo vuelve usted al Sorolla, sino que regresa a ser mi médico. —le regaló una sonrisa genuina, sus ojos brillaban con algo especial, casi mágico y misterioso, y al mismo tiempo tan transparente. —Salud por eso. —chocó su copa con la de él y bebió el contenido de la misma sin dejar de mirarlo, él hombre la siguió, bebiendo también del vino.
Néstor no podía despegar sus ojos de ella, comenzaba a sentirse embriagado de verdad, pero nada tenía que ver con las dos copas de vino que se había tomado desde que llegó. Estaba embriagado por ella, por su mirada, por esa boca que lo volvía loco, por la forma como se iba acercando un poco más a él en el sillón con el paso de los minutos, provocándole cada vez más calor. Era su magnetismo envolvente lo que causaba ese estado eufórico en todo su ser. Por momentos sentía que estaba siendo torturado por ella, porque ambos sabían lo que deseaban, lo que querían para esa noche. Pero era como si estuvieran bailando a través de la idea, jugando a conquistarse y a aumentar la atracción que siempre había existido y que solo esperaba el momento perfecto para estallar. El ambiente cada vez se volvía más cargado de deseo, sus miradas lo gritaban en silencio, sus manos que accidentalmente rozaban de vez en cuando suplicaban por una caricia más íntima. La tensión se iba elevando, así como lo hacían sus respiraciones entrecortadas que cada segundo se volvían más erráticas, causándoles jadeos involuntarios que no hacían más que acelerar sus corazones que ya latían de forma irregular dentro de su pecho.
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Entre el debate y el deseo
FanfictionPatricia Segura es una política firme, decidida y honesta con sus ideales, una mujer divertida y llena de vida, pero su mundo se desmorona cuando recibe un diagnóstico devastador: cáncer. Nestor Moa es su oncólogo, un hombre brillante y dedicado, pe...