Después de....Una relación abierta.

8

Estaba organizando la agenda de Hyujin en la portátil mientras miraba de reojo cómo Lisa y So Hee hablaban atropelladamente de algo en los pufs, sin prestarles mucha atención. Noté que Tae revisaba su celular y se levantaba para salir a fumar a la terraza. Lo seguí con la mirada hasta que estuvo afuera, luego me volví hacia las chicas.

—Ehm... ¿puedo preguntarles algo? —dije, vacilante.

Ambas giraron hacia mí al instante.

—¿Tú quieres preguntarnos algo? —preguntó So Hee, claramente sorprendida.

—Es la primera vez, ¿no? —agregó Lisa, medio riendo.

—¿Puedo o no? —puse mala cara.

—¿El qué? —insistió Lisa.

—Tienen que prometerme que no le dirán a nadie —las señalé.

—Ya tienes mi interés —me aseguró So Hee, inclinándose hacia adelante.

—Eh... —titubeé, tratando de formular bien la pregunta—. ¿Quién es Suzy?

Hubo una pausa. Ambas me miraron como si me hubiera crecido otra cabeza.

—¿No sabes quién es? —So Hee frunció más el ceño.

—¿Suzy? —repitió Lisa.

—¿Debería saber quién es? —pregunté.

De repente, ambas se pusieron de pie y se acercaron a mí. Se sentaron una a cada lado, empujándome del sofá y tomando mi portátil sin siquiera pedírmelo. Me vi obligada a sentarme en el piso mientras ellas utilizaban mi computadora.

—Eso es mío, ¿saben? —les recordé, cruzándome de brazos.

—Cállate. La estoy buscando —murmuró Lisa, concentrada en la pantalla.

—No puedo creer que no sepas quién es —comentó So Hee, medio incrédula—. ¿Vives bajo una piedra o algo así?

—¿No pueden decirm...? —comencé a preguntar, pero me detuve en seco cuando ambas giraron la pantalla hacia mí.

Allí estaba. Mirando una foto de una chica con un vestido negro largo, posando en una alfombra roja. Tenía piernas largas, brazos esbeltos, una cintura pequeña, un cuello delicado, y sus rasgos eran marcados, casi perfectos. Su pelo negro caía en cascada sobre sus hombros y, lo peor de todo, era que su sonrisa se veía como si se estuviera riendo de mí, con esa apariencia asquerosamente perfecta y normal.

—Es como... súper famosa —murmuró Lisa.

—Y es la protagonista de todos los audiovisuales de Kook —agregó So Hee.

Me quedé mirándola un momento, tratando de procesar lo que veía.

—¿Qué? ¿Esa? —parpadeé varias veces, como si no pudiera creerlo.

Finalmente, me puse la portátil en el regazo y empecé a pasar las fotos. Con cada imagen que veía, sentía un nudo formarse en mi estómago. Todo en la vida de Jungkook parecía tan perfecto: las personas, los lugares, incluso las fotos. ¿Por qué todo en su mundo era tan impecable? 

Es decir. Todo el mundo, excepto yo. Qué deprimente.

—Sí —Lisa suspiró—. Y la prensa está obsesionada con la idea de que estén juntos.

—Y ella también —agregó So Hee, empezando a reírse. Lisa la siguió, como si compartieran algún chiste interno.

Mis ojos se despegaron de la pantalla y se clavaron en ellas.

—¿Qué quieres decir?

—Jungkook la ha rechazado mil veces —dijo So Hee con una media sonrisa.

—Entonces... ¿no están juntos? —mi voz salió ansiosa, y me odié un poco por eso.