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Decidí aprovechar mi pequeña y triste soledad para darme un baño de espuma muy largo y ponerme el pijama. Era la primera vez que tenía la residencia para mí sola por más de una hora, ya que seguramente estarían fuera hasta pasadas las tres de la mañana. Suga ya me había dicho que después de la película habría una fiesta. Aunque Jungkook había dicho que volvería pronto, estaba claro que no sería así. No pasaba nada, tenía asuntos que atender. Podía entenderlo.

Como todavía tenía media hora antes de que empezara el estreno, decidí cocinarme algo rápido, optando por unas verduras salteadas. Mientras cocinaba, llamé a mi mamá para pasar el rato, y me confesó que ella y Leo también verían el estreno.

—¿Cómo va la de ustedes? —me preguntó casualmente—. Nunca me llegaste a decir por qué lo habías dejado.

—La distancia, ya sabes —mentí, agradeciendo que no estaba frente a mí para ver mi cara—. Complica las relaciones.

—Mmm, sí, las relaciones a distancia... —suspiró, con tono comprensivo—. Bueno, hagas lo que hagas, espero que seas feliz por ahí.

Al final, me senté en el sofá con el plato en el regazo y empecé a comer mientras cambiaba de canal, buscando la cara de Jungkook en alguna parte. Me detuve en un canal que transmitía en directo, dedicado solo al estreno de su disco. Era un canal local, pero el revuelo que había montado era impresionante. Jungkook realmente era el ídolo del momento.

La pantalla mostraba mucha prensa amontonada alrededor de una valla que bordeaba una alfombra roja, que conducía hasta un enorme cartel con el título de su álbum: Golden. A un lado, otro cartel destacaba el tema promocional Hate You. Mis ojos no tardaron en captar el rostro de Suzy en uno de los carteles, con su mirada fija en Jungkook y el título Seven destacándose junto a ella.

No pude ver mucho más, porque de repente, Suzy apareció en la pantalla en carne y hueso, y los periodistas empezaron a hacerle preguntas. Al parecer, había tenido tiempo para retocarse el maquillaje, porque lucía impecable. La verdad, no escuché demasiado de lo que decía. Los fans, apostados afuera del recinto, gritaban con fuerza, pidiendo fotos. De vez en cuando, Suzy se giraba para saludarlos con gestos encantadores, provocando aún más gritos. 

Era evidente que sabía cómo dominar la atención.

Entrevistaron a los chicos; salían impecables y muy lindos todos, pero no les presté mucha atención. De hecho, estuve más centrada en mis cosas hasta que vi que aparecía Sejin en pantalla.

—¿Cómo se siente al estar aquí esta noche, señor Sejin? —le preguntó uno de los reporteros.

—Es un placer, claro —respondió Sejin, mientras los padres de Jungkook estaban a su lado—. ¿Hay algo mejor en la vida que saber que el más chico del grupo hace lo que más le gusta y ver el reconocimiento del Golden Maknae? Además de hacerlo con una joven tan encantadora, claro.

No me había dado cuenta, pero Jungkook y Suzy estaban a su lado. Ella sonrió agradecida y puso una mano en la nuca de Jungkook, que no se movió. Los fans se volvieron locos. Él tenía la mirada clavada en el suelo. Pero no se movió.

Mhm...

Vale, no pasaba nada. Solo era una mano en un hombro. Tenía que calmarme.

MHMMM...

Pero... Dejé el plato a un lado. Ya no tenía hambre. Decidí dejar de escuchar hasta que, de pronto, apareció Jungkook solo. Parecía bastante pensativo mientras se acercaba a los periodistas acompañado de Sejin.

Jungkook se detuvo delante de los reporteros y empezaron a lanzarle preguntas como si lo bombardearan. Él frunció el ceño y pidió:

—¿Pueden hacerlas de una en una?

Después de....Una relación abierta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora