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¿Por qué no estás todavía estresada?

¿Por qué debería estarlo?

Se te ha olvidado el pequeño detalle de que vas a la casa de los señores Jeon.

¿Y?

¡Que va a estar Sejin también!

¿Y?

¡Es el enemigo! Vas a cenar con el enemigo, pedazo de suicida.

¿En qué piensas tanto? -Jungkook frunció el ceño al mirarme.

En que estoy teniendo una conversación conmigo misma.

—En que deberías estar agradecido por ese suéter tan lindo que te regalé.

Me lanzó una mala cara antes de volver a concentrarse en la carretera.

Intenté no pensar demasiado en Sejin. Después de todo, los chicos y los señores Jeon también estarían ahí, ¿Cuál era la alternativa? ¿No volver nunca a su casa solo porque sabía que él también estaría ahí? Además, no iba a decirme ninguna tontería delante de Jungkook; no era tan idiota como para eso, y eso era lo importante.

Aun así, mis nervios fueron en aumento mientras subíamos la calle hacia su casa. Tenía un mal presentimiento. Uno muy malo.

Bajé del coche, siguiendo los pasos de los chicos. Jimin abrió la puerta como si fuera su propia casa; lo escuché saludar alegremente a la madre de Jungkook. Él fue el siguiente, mientras yo me quedaba junto a Suga y Tae en la puerta. Jin, Nam y Hobi ya estaban adentro, charlando con el papá de Jungkook.

Era extraño volver ahí después de todo lo que había pasado. Como si... bueno, como si todo volviera a la normalidad.

Me adelanté al ver que la señora Jeon estaba allí de pie, abrazando a Jungkook. Le dijo algo en voz baja mientras sonreía y le apretaba las mejillas. Jungkook se apartó, visiblemente irritado, como siempre, y ella me dedicó una sonrisa cálida.

—Hola, querida -me saludó suavemente—. ¿Cómo estás?

—Bien, gracias por invitarme.

—Gracias por venir —dijo, colocándome una mano en el hombro—. Kookie me había dicho que quizá no querrías.

Clavé la mirada en su hijo, quien levantó las manos en señal de rendición.

—Madre mía, tampoco he matado un perrito. No me mires así.

—Bueno, está claro que una de tus virtudes no es la adivinación, Kookie.

—Exacto, Kookie -lo provoqué.

Luego me acerqué al salón, donde Jimin y los demás estaban enfrascados en una partida de consola, disparando a diestra y siniestra en una ciudad virtual. Excepto Suga, que comía mandarinas. Para mi sorpresa, también estaba jugando el papá de Jungkook, quien sonrió al verme.

—Hola, Alejandra —me saludó tranquilamente—. ¿Has visto esto? ¡Me estoy modernizando!

—¿Estás seguro de que quieres empezar esto de los videojuegos disparando?—preguntó Jungkook, asomándose por encima de mi hombro.

—Relaja bastante -dijo su papá encogiéndose de hombros.

Jungkook y yo intercambiamos una mirada divertida mientras él y Jimin se colaban en un centro comercial virtual, disparando a todo lo que se movía. En fin... Nos quedamos un rato con ellos, animando a sus respectivos "equipos": Jungkook alentaba a su papá, mientras yo hacía lo propio con Jimin. Sorprendentemente, estaban bastante igualados, pero al final Jimin ganó, y chocamos las manos entre risas.

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⏰ Última actualización: Nov 07 ⏰

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Después de....Una relación abierta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora