Había pasado una semana desde el incidente en el salón. Desde la pelea entre Felix y Yeonjun, y desde el momento en que Minho había calmado la crisis de ansiedad de Jisung, abrazándolo y prometiéndole que ya no estaría solo. Aunque Jisung aún se sentía vulnerable y desconfiado, Minho estaba decidido a demostrarle que sus intenciones eran reales.
A lo largo de esos días, Minho no dejó de mostrarse atento. Le traía pequeños detalles, regalos cuidadosamente pensados que, según él, podrían alegrar a Jisung. El Alfa había comenzado una rutina diaria de acercarse a él antes de clases con alguna caja de bombones, galletas o incluso algo tan sencillo como una bebida caliente para darle un poco de energía. Jisung recibía los regalos con una mezcla de gratitud y timidez, pero había algo que Minho no lograba notar de inmediato.
Jisung no los comía.
En su mente, una lucha constante lo mantenía en un ciclo de autocrítica. Cada vez que veía la comida que Minho le regalaba, sentía una opresión en el pecho. La vergüenza por su cuerpo se intensificaba cada día. El espejo no era su amigo; cada mirada que lanzaba reflejaba una imagen de sí mismo que odiaba. Para Jisung, cualquier bocado era un recordatorio de esa inseguridad que lo consumía. No podía soportar la idea de comer frente a otros, especialmente frente a Minho.
Felix también había notado algo extraño. Al principio, pensó que Jisung simplemente estaba nervioso por la situación con Minho, pero a medida que pasaban los días, se dio cuenta de que su amigo estaba evitando comer. En los descansos, mientras todos se dirigían a la cafetería, Jisung se escabullía o simplemente decía que no tenía hambre. Felix, siendo alguien observador y preocupado por Jisung, decidió hablar con Minho al respecto.
-¿No te has dado cuenta?- le preguntó Felix un día en el pasillo, mientras Minho observaba de lejos a Jisung sentado en su pupitre, perdido en sus pensamientos.
Minho frunció el ceño, sin entender del todo a qué se refería su amigo.
-¿De qué hablas?-
Felix suspiró, cruzando los brazos frente a su pecho.
-Jisung no ha estado comiendo, Minho. Lo he notado. Siempre dice que no tiene hambre o que ya comió antes, pero es mentira. Lo sé porque paso mucho tiempo con él. Creo que está inseguro de su cuerpo y por eso evita comer-
Minho parpadeó, sorprendido por la revelación. Se quedó en silencio por un momento, procesando lo que Felix le decía. Ahora que lo pensaba, era cierto que Jisung nunca había comido los pequeños regalos que él le traía. Siempre agradecía con una sonrisa nerviosa, pero luego, al final del día, Minho notaba que los dulces seguían intactos en su escritorio.
-¿Y por qué no me dijiste antes?- preguntó Minho, con una mezcla de preocupación y culpa.
Felix se encogió de hombros.
-No quería sacar conclusiones apresuradas, pero ahora estoy seguro. Minho, necesitas hablar con él. Esto no está bien. Si sigue así, su salud podría empeorar-
Minho asintió, decidido a hacer algo. Sin embargo, sabía que abordar el tema sería complicado. No quería que Jisung se sintiera presionado o avergonzado. Quería encontrar la forma adecuada de acercarse y ayudarlo, pero no estaba seguro de cómo hacerlo.
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Ese día, el aula estaba más tranquila de lo habitual. Era una de esas mañanas en las que el sol apenas se asomaba entre las nubes grises, y el ambiente parecía reflejar la pesadez emocional que Jisung llevaba consigo.
Minho observaba desde su asiento cómo Jisung se movía con lentitud, como si estuviera agotado. Sus pasos eran pesados, y su piel lucía más pálida de lo normal. Felix, sentado cerca de él, intercambió una mirada preocupada con Minho, y este último decidió que ya no podía esperar más.
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✧༺ 𝐁𝐚𝐣𝐨 𝐋𝐚𝐬 𝐑𝐢𝐬𝐚𝐬༻✧
RomancePara Minho, las bromas son solo un juego, una manera de reafirmar su estatus social entre sus amigos. Pero, mientras él ríe, Jisung lucha con las heridas invisibles que cada comentario le deja. Sin embargo, bajo las risas y el desprecio, algo más pr...