Capitulo 11: Pensare en mí

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Mew llegó esa noche a casa solo gracias a Tul, él cual lo dejo en el dormitorio de su departamento.

— ¿Qué sucedió? —preguntó preocupado Gulf al ver a Mew tan ido.

— Gulf... no sé si soy el indicado para decirte esto, pero como esto también me involucra.

— ¿nos sentamos?

— Primero llamaré a Max si no te molesta.

— No claro que no.

— Mientras, ¿me puedes dar un té de manzanilla?

— Voy por él —Gulf se fue a la cocina mientras Tul llamó a Max para que fuera al departamento de Mew.

Una vez servido el té hubo un silencio absoluto hasta que Max llegó, Tul le pidió a Gulf que viera si Mew estaba durmiendo, cuando Gulf entró a la habitación Mew lo tiró a la cama y lo apretó contra su cuerpo.

— No voy dejarte —una lagrima perdida salió de los ojos de Mew.

— ¿de qué hablas?

— No importa que suceda, no me importa nadie más que tu.

— Mew...

— Chicos —Tul entró a la habitación—, pueden venir al living para que hablemos.

— Ya vamos —Mew soltó a Gulf y le dio un pequeño beso en los labios.

Mew se sentó junto con Gulf y en su cara aun estaba la agonía con la que llegó, Tul se veía tranquilo, Max y Gulf se miraban sin entender.

— Como soy el que está más calmo hablare yo —dijo Tul—, nuestros padres hicieron una comida para celebrar el cierre de nuestros negocios.

— Nunca debí haber ido —mencionó Mew apretando la mano de Gulf.

— Bueno la cosa es que no era lo único que ellos querían celebrar, pues... —Tul miró a Max—, ellos hicieron un acuerdo de matrimonio.

— ¿Qué? —Max se sorprendió y Gulf entendió el comportamiento de Mew, miró a al castaño y luego su novio.

— ¿tú ya lo sabías? —le preguntó Gulf a Tul.

— No —Tul se mordió su labio inferior—, yo tenía claro que padre si tenía un pretendiente, pero nunca supe quien era hasta hoy.

— ¿te casaras con Mew? —preguntó Max levantándose del asiento.

— Aguarda —Tul tomó la mano de Max—, ninguno ha dicho que estemos aceptando esto, ambos ya tenemos a alguien importante.

— Yo... —Max miró a Tul con tristeza—, nunca he sido importante para ti Tul.

— ¿Por qué dices eso? —Tul se levantó y Gulf le tomó del brazo.

— Será mejor que eso lo hablen entre ustedes.

— Sí —Tul suspiró—, lo siento, pues bueno Mew y yo estamos de acuerdo que ese matrimonio no se llevara a cabo por mucho que nuestros padres así lo quieran.

— Tul —Mew ya estaba más calmado—, tus padres pueden llegar a ser más permisivos contigo, pero los míos no.

— Lo sé, por eso buscaremos una solución entre los cuatro.

— Lo mejor será que ustedes vuelvan a su casa y mañana pensemos todo en frio —dijo Gulf-

— Sí —Tul miró a Max—, ¿puedo quedarme contigo?

— Yo... nunca te negaría algo.

Max y Tul se fueron, los dueños de casa se adentraron a la habitación.

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