Capitulo 2: noche de juegos

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— Por cierto, aún no me dices tu nombre —dijo Mew cuando caminaban hacia la parada del bus.

— Gulf, Gulf Kanawut —Mew sonrió—, debeos apurar el paso o no alcanzaremos el bus y tendremos que esperar media hora más para que pase el otro.

— Vaya, que difícil movilizarse —Gulf tomó aceleró el paso y como aún iban de la mano Mew no le quedó más remedio que apresurarse.

— Genial llegamos a tiempo —justo venia un bus llegando—, vamos sube.

— Pero... —Gulf lo empujó hacia delante para que subiera y pago su pasaje con la tarjeta, luego pago el suyo—, ¿nos sentaremos acá?

— Donde más, quieres sentarte en el suelo acaso —Mew se sentó en la ventana y Gulf en el pasillo.— Es algo estrecho.

— Cuando es de día ni te imaginas como es, gente sudorosa y mal oliente pegadas a tu cuerpo —Mew puso cara de terror.

— ¿estás tratando de asustarme?

— No, es la realidad de los pobres Mew —Gulf sacó su celular y le puso un auricular en el oído izquierdo a Mew—, vamos a escuchar música para pasar la hora de viaje.

— ¿una hora?

— Y solo para llegar a un lugar céntrico —Gulf puso una canción.

— ¿Qué es esto? —preguntó refiriéndose a la canción.

— Es kpop, el grupo se llama Stray kids y la canción es Silent Cry.

— Oh... me gusta la melodía —se quedaron en silencio escuchando las distintas canciones que se iban reproduciendo hasta que Mew sintió un peso en su hombro y vio a Gulf durmiendo—, vaya, si esto sucediera a diario no me molestaría ir a trabajar todos los días en este transporte.

Mew escucho la playlist que Gulf dejo y tomó sin permiso el teléfono del chico para memorizar las que más le gustaron, al cabo de cuarenta minutos Gulf despertó de repente.

— Lo siento —dijo mirando por la ventana—, me dormí sobre tu hombro.

— No hay problema, supongo debes estar cansado —Gulf asintió.

— En la próxima nos bajamos —Gulf se levantó y tocó el timbre.

— ¿Cómo es que despertaste justo?

— Siempre me duermo en el bus cuando voy al trabajo y es como si mi cuerpo tuviera memoria.

— Wow —para Mew era todo muy sorprendente—, debe ser agotador viajar en esto.

— No sabes cuánto —las puertas se abrieron y ambos bajaron en una calle bastante iluminada y con muchos carros de comidas—, ¿tienes hambre?

— Algo, no comimos nada en la fiesta.

— Iremos por un PadThai —Mew lo siguió hasta unas mesas que estaban en la vereda—, vamos siéntate.

— ¿esto es un lugar salubre para comer?

— Dios mío Mew, solo confía en mí —Mew conocía de hace pocas horas a Gulf, pero algo en el presentía que debía confiar y dejarse llevar.

— Bien, pero si me muero no le digas a mis padres que fue por comer en la calle o no querrán ni acercarse a mi cuerpo.

— Eres un dramático, como todos los días así y no me he muerto —Gulf levantó la mano—, tía me da dos platos de padthai con unas cervezas por favor.

— Enseguida —grito una mujer desde el carrito.

— ¿cerveza? —Gulf lo miró con cara de "basta"—, ok, solo si me emborracho llévame a mi departamento, no puedo dormir muy bien en lugares que no son mi cama.

Nuestro FinalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora