Capitulo 8: Celo

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A Gulf no le costó mucho adaptarse a su nueva vida con Mew, cada día se despertaba antes que Mew, se bañaba y preparaba el desayuno para ambos, luego despertaba a su novio. Después de que ambos tomaran desayuno Mew lo iba a dejar a la cafetería y luego tomaba rumbo a su trabajo en la empresa. Por la tarde pasaba a buscar a Gulf a su trabajo y pasaban a cenar a algún lugar para luego volver a casa y descansar. Los viernes Gulf salía más temprano de la cafetería por lo que Mew se adapto y también comenzó a salir más temprano los días viernes, dándole así a sus trabajadores también la oportunidad para poder salir temprano los viernes, luego de volver a casa los viernes y mientras Gulf dormía, Mew hacía aseo y pedía la cena para luego de comerla ambos se iban al bar. Los domingos por la tarde salían al cine o de paseo por ahí a almorzar, ya que era el único tiempo libre. Así pasaron un mes en su rutina entre algunos besos y caricias tiernas, pero algo sexual aun no sucedía.

— Amor —era pasada las seis de la mañana cuando Mew despertó y se extraño que Gulf no lo despertara como todo los días, fue esta la cocina, pero no había nada preparado y su novio no estaba por ningún lado—, Gulf... cariño... —sintió un olor algo extraño que lo atrajo hasta la puerta del baño.

— No... no entres... —algo dentro de Mew comenzó a despertar, un deseo incomprensible para él, algo que estaba cargado de deseo y lo obligaba a intentar entrar al baño.

— Gulf... algo... me pasa...

— Mew... es mejor... mm... que vayas a trabajar... por ahora...

— ¿estás... bien?

— No... pero... no te acerques más... tu olor...

— Esto... es... ¿tú celo?

— Mew... vete...

— Yo... quiero ayudarte...

— Dios mío Mew... ¡VETE! —Mew se mordió el labio y no supo de donde saco fuerzas para dar media vuelta e ir a la habitación por su ropa, solo tomó lo que pudo y salió del departamento.

El problema es que Gulf nunca había tenido un celo tan intenso, que ni los inhibidores le ayudaran, pero es porque nunca tampoco estuvo tanto tiempo en pareja, menos con un alfa y mucho menos enamorado como lo estaba. Sabía perfectamente que Mew le había prometido no dañarlo, pero no podía confiar en su parte alfa la cual estaba comenzando a despertar. Llamó al único Beta que podía ayudarlo y este fue a buscarlo para llevárselo ese día.

— ¿estás seguro que Mew estará bien con esto? —pregunto Max.

— Sí... —Gulf estaba en la cama de Max, su olor estaba impregnado por todo el lugar, pero para Max esto era algo que ya había vivido antes no solo con Gulf.

— Me iré un rato, vuelvo más tarde —Gulf asintió y Max salió.

Mew llegó esa tarde a casa y no encontró a Gulf, pero su olor estaba impregnado en casa, llamó por teléfono a su novio, pero sin respuesta. Llamó a Bright y este le dijo que podía estar con Max, algo dentro de Mew pareció arder, una rabia incontenible se apodero de su ser y al tener la dirección de Max no dudo en llegar al lugar en poco tiempo.

— Espera —sin siquiera poder decir algo Max fue acorralado contra la pared al abrir la puerta.

— ¿Por qué esta acá? —preguntó con un enojo que ni el mismo Mew desconocía.

— Me sueltas primero —Mew de mala gana lo soltó.

— No es primera vez que le pasa, no sé si lo sabes, pero Bright es una alfa y cuando Gulf ha tenido celos fuertes los ha pasado en mi casa, yo soy beta y no me descontrolo como ustedes, pero debo decir que nunca había sido tan fuerte como ahora.

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