Regreso al futuro

9

1995

Gakushuu cruza el umbral del apartamento que comparte con una versión más joven de su padre y, una vez más, recuerda abruptamente que, aunque vive en dicho apartamento con su padre, el hombre es joven y no pasó 18 años de su vida con un padre adicto al trabajo y maniático de la limpieza.

Gakuhou se pregunta a lo lejos cómo ese hombre se convirtió en un limpiador obsesivo, recogiendo con cuidado una prenda de ropa suelta con los dedos de los pies (una maldita camiseta de la banda otra vez, va a tener unas palabras con Mark) y vadeando entre los artículos diversos que ensucian la sala de estar. 

Desmayado en el sofá está John, acurrucado en el sofá de dos plazas está Mark, junto a él en el suelo está Gakuhou, y hay tres botellas de brandy entre ellos.

Gakushuu se aclara la garganta una vez. Nada.

Gakushuu se aclara la garganta otra vez. Nada.

Gakushuu se cruza de brazos y grita "¡Levántense, idiotas!" y John salta un metro en el aire, Mark se cae del sofá y Gakuhou se aleja para evitar ser aplastado pero se golpea la cabeza contra la mesa de café.

Gakushuu espera misericordiosamente a que recuperen el equilibrio antes de darle una bofetada a Mark en la cara con su camisa (de todos modos, ¿por qué estaba durmiendo en topless en la sala de estar de otra persona?) y les frunce el ceño a los tres, golpeando el suelo con el pie con impaciencia. Es algo consciente de que comparte un extraño parecido con sus padres justo ahora, antes de que su madre le gritara que limpiara su habitación y antes de que su padre le dijera que ninguna persona que se precie vivía en semejante pocilga cuando todo lo que tenía era quizás un libro en el suelo y una percha o dos en algún lugar, bueno, Gakushuu iba a mantener esto sobre su cabeza a partir de ahora.

"¡Papeles por todas partes!", espeta Gakushuu, observando cómo los tres se encogen apropiadamente bajo su mirada penetrante, tal como a él le gusta. "Botellas de vidrio en el suelo, ¿qué pasa si alguien las rompe o tropieza con ellas?"

—¡Lo íbamos a limpiar antes de que volvieras! —dice Mark sin éxito, mientras se saca la camisa por la cabeza—. Gakuhou nos dijo que eras un maniático del orden y...

"¡No soy un maniático del orden!", dice Gakushuu. Él mismo había sido un poco estricto, como lo fueron sus padres cuando era más joven, pero los años de convivencia con Karma, que no podía presentar documentos ni para salvar su vida, habían hecho que Karma fuera más organizado y él mismo más tolerante. 

El desorden en la sala de estar no era demasiado grande, pero tenía algo que decir al respecto. "Soy una persona normal que no se digna a vivir en un desorden".

—Ya nos pondremos manos a la obra —dice Gakuhou inmediatamente, poniéndose de pie—. Limpia la habitación y...

"No", dice Gakushuu.

John ya está en medio de la tarea de reunir papeles y hace una pausa bastante cómica ante la interrupción de Gakushuu. "¿No?", repite, frunciendo el ceño en señal de confusión.

"Si vamos a hacer limpieza general, lo mejor es que lo hagamos todo de una vez y bien", dice Gakushuu. "No piensen que ustedes dos se van a salir con la suya, prácticamente viven aquí, están colaborando".

"No es mi culpa que mi compañero de cuarto haya conseguido una nueva novia y que siempre estén peleándose", se queja Mark. "¿Se suponía que yo tenía que sentarme allí y escuchar?"

"Es tu culpa por no conseguir una novia y echarlo primero", dice Gakushuu de buen humor.

"Realmente no tengo excusa para estar aquí", se encoge de hombros John sin poder hacer nada, con un rubor pintando sus mejillas.

Gakushuu pone los ojos en blanco. "¿No tienes novia?"

—Umm —dice John impotente.

Bueno, no es tarea de Gakushuu ayudar a John a superar su crisis de homosexualidad o bisexualidad. "Limpiar. Quiero que cada parte de esta casa esté limpia y ordenada, y prepararé la cena para todos".

Ellos se animan con eso. Animales, todos ellos. 

El camino al corazón de un hombre es a través de su estómago o eso dice el dicho, y Gakushuu no puede reprenderlos o sería un hipócrita, ya que está bastante seguro de que se enamoró de Karma el día que le preparó el almuerzo por primera vez. 

Gakushuu les hace saber que su habitación está fuera de los límites (no necesita ojos que miren sus cosas confidenciales y mantiene su espacio vital meticulosamente organizado, de todos modos), pero el resto del apartamento debería lucir como la portada de una revista de diseño de interiores a las 5.

—La estantería —dice Gakushuu, arrugando la nariz—. Ordena los libros alfabéticamente siguiendo los apellidos de los autores y sepáralos con sujetalibros, pero ordena los libros de cada categoría colocándolos en un degradado de color. 

Alinea los lomos por el frente, no los empujes hacia atrás.

"¿Por qué?", ​​pregunta Gakuhou. "Los códigos de colores no son un sistema legítimo para organizar libros".

"No tienes tantos libros", señala Gakushuu. "Además, el objetivo de cualquier sistema de organización es garantizar la coherencia. Una disposición alfabética sería útil, pero sólo hasta cierto punto, en el que tendrías que hojear los títulos de los libros de una sección para encontrar el libro que necesitas, por lo que no hay ningún incentivo real para ordenar los libros alfabéticamente de principio a fin. La disposición en un degradado de colores, aunque no tiene ningún valor organizativo real, resulta estéticamente agradable y, por lo tanto, estás más motivado para seguir el sistema".

"Huh", dice Gakuhou pensativamente, "supongo que tienes razón".

—Sí —Gakushuu se encoge de hombros—. Así es como siempre lo hace mi... papá . Oh, "eh".

"¿Hm?" dice Gakuhou.

"No, yo solo..." Gakushuu mira a un mini Gakuhou frente a él, luego comienza a sonreír y se inclina para alborotarle el cabello.