Fairy Harem [Nanatsu no Taizai]

II

" Diosas, Demonio, Gigantes, Hadas y Cyra"

El plan no había salido del todo bien, o bueno no a conciencia de Cyra, a diferencia de los demás masacrar al pueblo no estaba en sus planes pero eso a nadie le importo.

Así que furiosa se dirigió a su hermano, pero no contaba con que el maldito hubiera salido, pero afortunadamente vio como salía por la reliquia de las cuevas, y no dudo en seguirlo. 

Usando sus poderes camuflo su magia y presencia para seguirlo de cerca, pero ya se le estaba haciendo extraño el lugar a donde estaban yendo, no parecía que se fuera a detener pronto, pero aun asi lo siguió, vaya sorpresa que se llevó al ver como se reunía con una diosa. 

— Me cago en Dios...— su hermano se estaba besuqueando con una diosa. 

Sentía que algo le iba a dar, no es que le molestara, personalmente no tenía problemas con las relaciones entre razas, pero si alguien se enteraba ajena a ella, seguramente a su hermano lo ejecutarían por traición, y eso no es algo que fuera a permitir.

Pero luego miro como ambos emprendían vuelo y se alejaban hacia el este, así que ella tambien comenzo a volar detrás de ellos a una distancia prudente, aun sin ser vista.

Volaron cerca de una hora y fue cuando comenzó a ver su destino a lo lejos — ¿El bosque de las hadas? ¿Por qué...? 

Ellos pasaron con naturalidad entre los árboles y fue ahí donde les perdió el rastro, así que ella bajo y caminado atravesó los árboles intentando llegar a donde su hermano.

Pero ajena al hecho de que había atravesado la barrera protectora sin el mínimo esfuerzo, el árbol sagrado la reconoció y le brindó acceso y eso no pasó desapercibido para el rey de las hadas, quien al sentir esa intromisión, se disculpó con su amigo Drole y se retiró en dirección de la extraña presencia.

Podía sentir el entusiasmo y éxtasis del árbol sagrado, lo cual lo hizo sentirse curioso del porque el bosque se sentía tan feliz por esa presencia. 

Y fue allí donde la vio, su corazón comenzó a latir con frenesí, un delicioso aroma a canela con azahar inundó sus fosas nasales y llevó a su mente a imaginar cosas de lo más inapropiadas, sintió sus vellos erizarse y su vientre bajo palpitar junto a un extraño cosquilleo que hacía las palmas de sus manos sudar, incluso sentía su cabeza palpitar pero no era doloroso era delicioso.

Y cuando creyó que nada podía mejorar, ella giró un poco su cuerpo dejando ver su rostro, y por todo lo sagrado del mundo, juraba nunca antes haber visto a tan hermoso ser de luz, ella era simplemente la encarnación de la belleza, no había forma alguna de describirlo.

Quería... no necesitaba enterrar su nariz en su cuello y aspirar su dulce fragancia, sus dedos ansiosos deseaban recorrer sus largos y oscuros cabellos y su cuerpo quería envolverla en sus brazos para calmar la horrible sensación de su cuerpo por tenerla, la deseaba, la quería, la necesitaba.