El aullido del lobo

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Es de noche e Innik se encuentra sentado viendo la luna llena y con ella los cientos de ruidos nocturnos entre ellos los aullidos de los lobos malditos, la fas tranquila del moreno no concuerda con sus pensamientos y movimientos erráticos de manos, los nervios están a flor de piel ya que es la primera vez en tres siglos que está al frente de la manda. Siempre creyó ser mejor que Jonathan, siempre vio y percibió que el "trabajo" de su hermano era pan comido, ahora que los sonidos propios de la noche y los sonidos de las diferentes bestias pone en duda el llevar el manto del lobo.

Jonathan en el porche de la casa de su rancho escucha casi los mismos sonidos, sus ojos azules se tornan de lobo sin dejar de ser hombre, su mirada viaja a diferentes lugares al centro que es la entrada principal, a la derecha a lo lejos los establos y graneros , a la izquierda su diferentes camionetas de trabajo. Unos gruñidos de dolor hacen que sus orejas humanas caigan a sus pies bañadas en sangre y en su lugar un par de orejas puntiagudas cubierta de pelaje beige sin dejar de moverse atento a los sonidos, su mirada de clava a una pequeña jauría que corre a su presencia, no eran otros que sus custodios que llegaban despavoridos, el rubio sonríe triunfante ya que fueron a ponerse a salvo, sin decir palabras mueve sus manos dando indicaciones y rápido hacen formación de batalla quedando él al frente sin cambiar a lobo .

Innik aún sin cambiar mueve a sus hombres cuando los ataques comienzan a los poblados cercanos, Innik a la cabeza de los arqueros cazando y siendo cazados, dos lobos cuadrúpedo le dan alcance, uno ataca las piernas el otro al pecho, los mordiscos y rasguños cumplen su propósito y en poco tiempo lo dejan inconsciente, ambos lobos al verlo inmóvil lo dan por muerto.

El rubio ya cambiado a bestia de dos patas no duda en dar muerte a uno que otro de sus atacantes, sabe que ya han caído dos de sus amigos, eso lo hace enfurecer más de la cuenta y no se tienta el corazón ni hace caso a la razón cuando parte a la mitad a esos lobos que al caer al piso caen hechos hombres, para asegurarse que no se levantarán retira la cabeza del cuello e incluso come las entrañas de los caídos haciendo que sus amigos se agazapen del miedo. Es la primera vez que Jonathan es cien porciento maldito, da un paso cae inconsciente y de inmediato lo rodean defendiendo al ex alfa y todos los ahí presentes ven una luz dorada salir del cuerpo de la bestia eso hace correr a sus atacantes.

Es de noche las auroras boreales iluminan una extraña noche dónde no hay ni ni estrellas.

_ - Innik no deja de tocar su propio cuerpo- ¡Estoy muerto! - sigue en shock tocándose y una estrella cae a sus espaldas, se gira y ve que es su hermano - _¡ Ay no, lo mataron! – corre en auxilio del rubio, cinco minutos después y los azules ojos del rubio se abren - _ ¡ Estamos muertos!

_ ¿ Hm? – trata de incorporarse, pero cae de nuevo a los brazos de su hermano , asustado Innik lo abraza con todas sus fuerzas - _ n...no respiro...- manotea tratando de liberarse del abrazo - _ I.. Innik ... ¡Suéltame!

_ Jonathan ¡ Estamos muertos!

_ - Se pone de pie y ayuda a su hermano, observa con atención a su alrededor, es de noche, no hay luna ni estrellas, no hay sonido alguno, recarga la espalda en la espalda de Innik- _ ¿Por qué estoy aquí? Ya no soy tu portador.

_ ¿De qué hablas? – ambos hermanos se cubren las orejas con sus manos y caen de rodillas sufriendo por el dolor que un sonido que al odio humano es impresentable, pero para los canes es casi mortal - _ ¡John!

_- El sonido se detiene, ambos tirando en el piso con los oídos sangrando ante ellos el espíritu del lobo- _ ¿Por qué nos atacas?

_ - El lobo camina rodeándolos - _ Innik tantos años esperando una oportunidad y eres un verdadero inútil.

El alfa del norteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora