𝐁𝐥𝐮𝐞 𝐁𝐞𝐭𝐭𝐚 / 𝐋𝐢𝐩𝐬𝐨𝐮𝐥

8. 𝑩𝒂𝒃𝒚 𝒊𝒏 𝒃𝒍𝒖𝒆

Durante las últimas dos semanas, Jinsoul estaba muy emocionada. A pesar de que se acercaban los exámenes finales, lo que la estaba estresando muchísimo, seguía yendo a todos lados con una gran sonrisa en su rostro.

Desde que Jungeun la había dejado venir y quedarse durante ese breve descanso, se había quedado a dormir todas las noches. Jungeun se despertaba temprano solo para prepararle el desayuno y dejarla en el campus antes de ir a trabajar.

Jinsoul estaba apegada y mucho. Ella pensaba que antes era muy dependiente, pero ahora era un caso extremo de necesidad, tenía que tener a Jungeun de alguna manera todos los días. Era como si ya estuvieran casadas o esa era la fantasía de Jinsoul. Ella sabía que la mujer sentía lo mismo, ya que ella era la que siempre le decía a Jinsoul que vendría a quedarse a pesar de que ella quisiera o no, pero Jinsoul siempre lo hacía. En realidad era simple: ambas estaban ocupadas con su trabajo, pero estar en presencia de la otra era suficiente.

Las noches en que Jinsoul venía a su casa, estudiaba y hacía los deberes con la ayuda de Jungeun, por supuesto. Con Jungeun como su guía, empezó a entender mucho más sus cursos y estaba segura de que iba a sacar una buena nota en sus exámenes como siempre. Su relación se estaba volviendo rápidamente doméstica y sólida. Algo que Jinsoul no esperaba con Jungeun, pero no se quejaba porque nunca había sido tan feliz en su vida.

Ella pensó que su relación se quedaría en el nivel de citas casuales, pero parecía que Jungeun también se estaba ahogando en ese sentimiento. Todos los toques cariñosos que recibía hacían que su corazón latiera muy rápido y Jungeun se esforzaba por llevarla a pequeñas citas cuando no estaban cansadas. Siempre terminaban el día abrazadas y los días que no iba a casa de Jungeun por la noche, la obligaba a quedarse al teléfono con ella hasta que una de las dos se quedaba dormida.

Estaba tan enamorada, pero aún no lo había dicho. Sin embargo, sentía que no era necesario decirlo. Lo sentía y estaba empezando a creer que Jungeun también lo sentía. La forma en que la miraba se lo decía. Jinsoul planeaba hacerlo en Año Nuevo y decirle a Jungeun que su resolución era darle todo su amor, devoción y confianza. Pensó que era romántico y esperaba que Jungeun pensara lo mismo.

Jinsoul solo tenía una queja sobre estar en esta etapa amorosa con Jungeun: parecían olvidar la atracción sexual que sentían la una por la otra. La última vez que estuvieron cerca de estar en un momento acalorado fue cuando Evangelista le bloqueó el coño a Jinsoul.

Por lo general, se duchaban juntas, pero incluso entonces Jinsoul no recibía más que una palmadita en el trasero cuando besaba profundamente a Jungeun. En este punto, ella piensa que la mujer la estaba molestando por despecho. Captaba las sonrisas burlonas cada vez que ella resoplaba de frustración. A Jungeun le gustaba calentarla, pero eso estaba empezando a molestar a Jinsoul.

Intentaba excitar a Jungeun frotándole zonas sensibles como los muslos y la barriga, pero la mujer siempre empezaba a roncar como si le estuvieran dando un masaje. Sin embargo, eso le dio una idea. Esa noche se había desnudado por completo, había usado la loción favorita de Jungeun y se había acostado en la cama esperando a que su amante saliera de la ducha. Jinsoul no pensaba que fuera sexy, pero maldita sea, estaba esforzándose al máximo levantando el culo y arqueando la espalda.

Jungeun entró con cuidado, sacudiéndose el agua del cabello sin prestarle atención a la rubia cachonda que estaba en la cama.

Envuelta en una pequeña toalla, la dejó caer al suelo, lo que hizo que Jinsoul se sintiera aún más delirante de deseo. Tenía un montón de deseo por Jungeun, pero no creía que nunca hubiera sido tan malo. Necesitaba su toque o iba a explotar. La última vez que estuvo tan cerca de estar tan cachonda fue cuando entró a la sala de juegos de Jungeun sin ser invitada.