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Algo me aplastaba, me removí y solté un jadeo cuando la cadera me punzó y un hormigueo se extendió por mis piernas, abrí los ojos ¿Qué carajos me está aplastando?

Una respiración chocó en mi nuca y el alivió llegó instantáneo, ya no estaba sobre Ed, ahora le daba la espalda, él abrazaba mi cintura y estaba acurrucado en mi espalda con su pierna sobre mi cintura... todo el peso de su pierna sobre mi pequeño cuerpo

Tenía un metro ochenta con noventa kilos sobre mi

—Ed — murmuré, pero su respuesta fue un quejido — Ed— sacudí me removí de nuevo incapaz de quitármelo de encima

Se removió balbuceando algo incoherente y me hubiera burlado si no hubieran tocado la puerta de esa forma tan específica, un par de toques bruscos que me paralizaron

—Muriel — dijo mi padre del otro lado de la puerta

Mire a Edmund asustada, si mi padre se entera que mi guardia dormía conmigo, armaría un alboroto sin importarle que fuera Ed, su casi hijo. Casi lo patee para escapar de su agarre pero el hombre no reaccionaba,  lo moví con más fuerza y sentí ganas de jalonearlo del cabello o soltarle una bofetada, una bofetada no podría hacerle tanto daño y entonces abrió un ojo, Dioses taba despierto

Estiró ambas manos, balbuceando algo estúpido y me apresó contra su pecho

De nuevo ese par de toques contra mi puerta y no sabía que era más fuerte, si los nudillos de mi padre contra la madera o el latir de mi corazón

Me quejé removiéndome de nuevo

—Ed, maldita sea — murmuré plantando las palmas en su pecho

—Muriel ¿Estás despierta? — mi corazón se detuvo para empezar su marcha con más fuerza

—Majestad, buen día — escuche la suave voz de Carol

Con suerte nos daría unos minutos más, enterré la cara en el pecho de Ed, en esos firmes músculos de sus pectorales… y lo mordí

Ed, soltó un jadeo y me apartó de inmediato, casi me tiro de la cama y se sentó apartando la tela de esa porción, frunció el ceño viendo las marcas de mis dientes y me miro mal con el rostro hinchado y expresión adormilada

—¿Que te pasa? — murmuro con la voz ronca

—Mi padre está afuera, tienes que esconderte — susurre poniéndome de pie y buscando donde meterlo por la habitación

—¿Muriel aun no despierta? — pregunto mi padre, no hubo respuesta de Carol, pero puedo apostar que lo ha negado — Entonces entraré

Me quedé quieta, le di una mirada a Ed y luego miré la cama donde el seguía

—Oh, Majestad, no quiero ser... entrometida pero no creo que a la señorita Muriel le agrade que entre así a su habitación

—¿Dónde está Edmund no lo veo?

Ed y yo nos quedamos de piedra compartiendo una mirada mientras lo maldecía en silencio ¿tenía que ser tan grande?

—Metete bajo la cama —susurre arrastrándolo

—Él está en entrenamiento Majestad — de nuevo nos miramos, entre aliviados y sorprendidos

¿Desde cuándo Carol tenía una habilidad extraordinaria para mentir?

—Iré  a buscarlo y por favor despierta de una vez a Muriel, tengo que hablar con ambos

Los pasos de mi padre resonaron por el lugar y ambos suspiramos, aun cuando Ed ya estaba bajo mi cama

KalonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora