Huyendo del Sentimiento [En Proceso]

Capitulo 4

En este momento si tengo ganas de matar al condenado periodista que público la condenada foto sobre mi en internet, lo juro.

En lo que Selena termina de sumar dos más dos ya estoy inventando una excusa para explicar el porque ya nos conocemos.

— Nos conocimos en....— no termino la frase porque prácticamente nos empuja hacia adentro.

—Shh, shh, sin peros ya que se conocen podemos entrar y continuar la conversación adentro.

Me giro en su dirección cruzada de brazos, destilando molestia por todos los poros de mi piel y la observo hacerle señas a su esposo invitándolo a pasar.

— Amor, pasa por favor. No te quedes ahí afuera solo— le dice con todo el cariño posible; casi haciéndome vomitar.

—Esta bien amor, con permiso—dice cortésmente entrando a la casa
— Buenas tardes Señorita Elisabeth
—Saluda alegremente, pero guarda silencio al darse cuenta de mi expresión.

Lo ignoro y miro a mi tía con fastidio.

—Selena ya te dije que tengo planes y no tengo tiempo para tus cosas— señaló la puerta con una mano— así que si no te importa, me tengo que ir— hago el amago de salir por la puerta pero la cierra en mi cara deteniendo mi acción.

—Oh no tan rápido, tú y yo tenemos una conversación pendiente, y es muy importante por cierto, así que no te puedes ir todavía — me giro lentamente ahogando una maldición entre dientes.

— ¡SELENA! Ya te dije que tengo planes y...

Le susurra unas palabras a su marido y me ignora por completo, lo que me irrita aún más.

—¡Selena!

Suelto una maldición entre dientes.

—¡Selena!

Se da la vuelta y empieza a caminar con su esposo de la mano ignorando por completo mis quejas.

— ¡Selena! Detente ahí.

Se detiene al darse cuenta que no la seguimos.

— Dejate de tantas quejas y date prisa— se da la vuelta y se pierde por el pasillo dejándome con el idiota a mi lado.

— Maldición. Ya empezó con su teátrico de mujer mandona otra vez — me quejo en voz baja sin importar que cierta persona a mi lado me escuche.

Carraspea y me observa entretenido.

— Vaya, no tenía idea de que el mal genio fuera de familia— suelta una carcajada, cosa que a mi no me hace ninguna gracia.

Descruzo los brazos y lo acuchilló con la mirada.

— Cierra la boca, que esto no es asunto tuyo—lo señalo— y sera mejor que no le hayas dicho nada a selena de lo que sucedio, o juro que haré que rías pero no de risa sino de dolor.

Levanta los brazos rindiéndose.

— Oye tranquila— baja la mano con la que lo estaba señalando — Yo sería incapaz de andar contando cosas como esas sobre una mujer.

Achico los ojos poco convencida.

— Más te vale porque si me entero que Selena sabe de....

Escucho a selena llamarnos interrumpiendo lo que iba a decir.

—hey, ustedes dos —Selena se asoma y nos señala a ambos desde el final del pasillo— se que tienen mucho de que hablar pero vengan y haganlo adentro.

Ruedo los ojos, ya va a empezar a dar ordenes como si esta fuera su casa que molesto.

— Si, ya vamos — asiente y se va.